Desmadre a la americana

Esta no es ni más mi menos que la clásica película sobre fraternidades universitarias americanas, gamberra y divertida. En este caso hay que valorar que Animal House fue una de las pioneras dentro de esta temática. Landis se suelta la melena y se deja llevar por el salvajismo y la desfachatez como él mejor sabe hacer, confirmando que sus obras alocadas son las más sobresalientes.
Siendo justos, la cinta es más bien normalilla, con un montón de personajes sin gracia y con una parte final que se podía haber aprovechado mucho más. Siendo igual de justos, hay escenas que pertenecen ya a nuestra memoria y que han sido versionadas hasta la saciedad.
Dentro del reparto están los jovencísimos Kevin Bacon y Tom Hulce, la cómica intervención de Donald Sutherland y poco más.
Pero me he reservado mis últimas líneas para el party animal John Belushi, la verdadera clave que hace que esta obra sea hoy recordada; todos sus minutos en pantalla son de auténtico lujo y regala los grandes puntos de la peli. Su discurso, el autoservicio, la fiesta toga, el dormitorio femenino... todo es simplemente fabuloso porque este hombre era enorme en todos los sentidos.

Desmadre a lo Belushi.

Otro nuevo ejemplo de hipocresía humana. Desmadre a la americana puede ser una buena película, pero no es en absoluto diferente a otras producciones masacradas a día de hoy por ser infantiles, estúpidas y absurdas por definición. Me encantan esas películas, pero a la crítica y a aquellos que hablan desde un atril de lo que es el cine no, pero sin embargo ésta, por ser de John Landis y por ser de los años 70 goza del respeto y admiración. Lo único que vengo a decir es que esta misma película exáctamente igual se estrena ahora y llega a duras penas al 4 de media en votaciones.

Quitando todo esto, Desmadre a la americana me pareció una película bastante aburrida, bastante simple y sin ningún tipo de trascendencia. Reflejo algo exagerado de la vida estudiantil de la época y de la estupidez adolescente hormonada de todo ser humano en su edad del pavo (y posteriores años). Macrofiestas, togas, gamberradas y rock n roll sesentero, pero así a botepronto se me vienen a la cabeza muchas mejores opciones como Aquél Excitante Curso de Amy Heckerling.

Para los cinéfilos, John Landis es un director que no necesita presentación. No es que esté considerado como uno de los grandes clásicos, pero seguro que todos conocemos películas como la divertida Granujas a todo ritmo, la aterradora Un hombre lobo americano en Londres, las ingeniosas historias de En los límites de la realidad, el vídeo-clip Thriller de Michael Jackson o esta disparatada comedia titulada Desmadre americana, sobre la que todo el mundo coincide en una cosa: fue el origen del subgénero de las alocadas juergas universitarias, el cual tuvo una gran acogida en los ochenta, aunque a día de hoy está desgastado por completo.

La película basa su éxito tanto en el hábil guión de Harold Ramis (Los cazafantasmas, Una terapia peligrosa) como en las ocurrencias del interesante grupo de cómicos salidos del programa Saturday Night Live, con el que Landis contó para el film, quienes, en especial el inolvidable John Belushi, tenían en muchos momentos libertad para saltarse el guión y dar rienda suelta a sus extravagantes e inesperadas ideas.

El espíritu conferido a la obra en todo momento es el del gamberrismo puro y duro. Nunca se sale de él como en películas posteriores, que lo desvirtuan acercándose a la comedia romántica. El libreto se limita a narrar sucesivamente una serie de secuencias absolutamente hilarantes, dentro de una universidad privada estadounidense, orientado siempre al mismo propósito: provocar la carcajada en el espectador.

Muchos se tendrán a menos de calificar esta destartalada comedia de buena, pero se trata de un film que cuenta con una magnífica puesta en escena (Landis siempre ha destacado en este menester), una banda sonora de muy alta calidad (ritmos de Rock y Blues entre los que destaca la célebre Shout de The Isley Brothers) de ingeniosos actores que interpretan e incluso improvisan, como si de un escenario teatral se tratara (no como otros que se limitan a aprenderse los textos), precursora de otras muchas y, por si fuera poco, de una indudable capacidad para hacer reír a todo el que la ve. Por mi parte, creo que todo aquel aficionado al humor en particular y al cine en general, debería disfrutar de su visionado.

¿Que más se puede decir de esta película que no se haya dicho ya?
Tiene un reparto fantástico, empezando por John Belushi, que aquí hace el papel de su vida, pero con otros actores estupendos como el veterano John Vernon ("El fuera de la ley"), Peter Riegert (Estupendo en "Un tipo genial") o Tom "Amadeus" Hulce solo por mencionar unos pocos.
La dirección de John Landis está llena de vitalidad, el guión de Harold Ramis es impecable y no exento de cierta crítica mordaz a la sociedad americana, la música repleta de clásicos del rock y soul es perfecta.
Una película que fue un exitazo en su momento (aunque al principio los productores no las tenían todas consigo) y que dió lugar a la avalancha del cine de universidades de los años 80 ("Porky´s"), ("La revancha de los novatos") y cientos de películas más.
Después de pensarlo mucho solo puedo decir una cosa más:

TOGA TOGA TOGA

Parece envejecida pero no es así, aún mantiene cierta frescura, esta película que fue precursora de tantas otras sin pretender ser ejemplo de nada sino todo lo contrario, y que sin quererlo fue un grito de rebeldía entre sus bramidos irreverentes y escatológicos, pues; se puede ser cerdo, se puede ser lo siguiente, o se puede ser todavía peor; se puede ser como quienes habitan esa casa de fieras (Animal House) que es la sede social de la fraternidad Delta.

Que su transcurrir entre gestos soeces, entre su absoluta falta de sensibilidad hacia nada ni nadie, y su absoluto desprecio por la sensiblería, no le impida disfrutar de un par de fabulosos números musicales y de un final delirante y devastador.

Lo peor de ella son las secuelas; todas aquellas que sólo tomaron de ésta, el acné, la sordidez y el mal gusto pero olvidaron en ésta, el talento y la mala leche.

Como colofón, y ya que escribo esta reseña en dos mil veintiuno, quiero dejar constancia del hecho; de que por muy desmadrada que les pareciese, “Proyecto X” (2012), recuerden que este desmadre a la americana fue muy posterior al desmadre original; al desmadre de “Desmadre a la americana”.