Bárbaros (Serie de TV)

Una serie del 2020, de una media por capitulo de 45 minutos, de 6 capitulos, de producción alemana, bajo dirección de Bárbara Eder y guión de Andreas Heckmann.

En el que sin alarderdes es un gran trabajo, no está mal, pues al fin en cuenta termina siendo entretenida dentro de su género bélico y sangriento.

Hay que reconocerle que esta bien firmada, y resulta firme. Aunque también altibajos, y puede resultar aburrudilla, si uno inconscientemente espera algo mas.

Históricamente es mayormente un montaje muy personal, sobre la batalla de Teutoburgo entre Galas Julius Arminio contra Publio Quintilio Varo, en lo que fue tal vez la mayor derrota del Imperio Romano en las Galias. Fue un punto de inflexión, y Roma durante mucho tiempo quedó afectada, ante la pérdida de tres legiones sobre 20.000 bajas. Tras esta batalla Arminio no logro la unificación de los pueblos germanos. Varo fue enterrado, pero se le des enterró y de Capito, para emviar la cabeza a Augusto.

La fotografía es aceptable, y la ambientación está conseguida, a mi gusto la interpretación le falta un poquito, y la dirección un tanto fría.

Pero bueno esta bien, pues no todo debe ser una obra maestra, y la tabla media es un aprobado.

Me coloco detrás de mi fiel scutum y desenvaino el gladius para proceder con esta crítica.
Desde hace tiempo, la fórmula del "bien contra el mal" parecía haberse agotado en el cine y la televisión. El público necesitaba de personajes enmarcados en una amplia escala de grises. Malos con razones para ser malos, y buenos cuyas acciones no les honraban... Una deliberada ambigüedad moral que obligase al espectador a rascarse la cabeza y sacar sus conclusiones. Pues bien, esta serie no es así.

Bárbaros está rodada, como su nombre indica, desde el punto de vista de los bárbaros. Y no es que esto sea algo malo. Al contrario, en la primera temporada sale bastante bien con ese enfrentamiento entre Arminio y Varo.
El problema viene con la segunda temporada. Porque mire usted, si lo que yo quiero es ver a romanos actuando como imbéciles y a divertidos salvajes dándoles golpes hasta en el DNI, me busco un comic de Asterix, que tiene mejor guion seguro. Pero en una serie supuestamente histórica, y además con una ambientación y un vestuario tan conseguidos como los de Bárbaros, espero algo más de calidad. Espero que al menos un solo soldado en todo el ejército romano sepa reconocer a un bárbaro cuando se cuela en su campamento a plena luz del día. Espero que los germanos tengan alguna disputa que no se deba únicamente a la funesta influencia de los romanos sobre su pacífica existencia en armonía con la naturaleza. Espero, sobre todo, que si se me da la oportunidad de escuchar una serie en latín como versión original, este no se use sólo para pronunciar exabruptos antes de pasar a un fantástico idioma alemán moderno en cuanto vuelvan a la pantalla nuestros queridos bárbaros.

En definitiva, una pena. Pudo haber sido una gran serie, pero parece como si alguien se hubiese empeñado en convertirla en un panfleto contra el imperio romano... ¿Será que el fantasma de Arminio se ha apoderado de la filial alemana de Netflix?
De nuevo, repito mi veredicto de otras ocasiones: a la crítica profesional le encantará esta serie.

Seguro que en tu provincia, en tu comunidad tienes una batalla decisiva. Aquí cerca, en menos de cincuenta kilómetros tenemos, que recuerde ahora dos, una la de el Puente de Alcolea y la otra, mas en consonancia con la entrada, la Batalla de Munda.
En este caso los de Netflix se han buscado la Batalla de Teutoburgo para sacarse una historia entretenida donde un trío de personajes consiguen lo impensable: Agrupar a todas las tribus teotónicas para darle caña a los romanos. Mientras tanto te van contando sus historias, la de Arminio, Thusnelda y Folkwin, este último sacado de la pluma de los guionistas. Un poquito de amor, de odio, alguna traición, aventuras, aquí hay mas problemas con los padres que en Élite.
El caso es que se deja ver. Se pone de moda las batallas históricas y hay que reconocer que dan juego. Metes en la coctelera un personaje conocido del que tampoco tengamos mucha información, Vercingetorix, Arminius, Viriato, Boudica, algún conocido mas y muchos personajes secundarios que son los que van a hacer que la historia cobre sentido. Y... oye, te lo tragas que da gusto. Si está bien mezclado hasta te pides otro (otra temporada) si no, pues... te lo has bebido fresquito, y no está mal.
Hay que reconocer que las series históricas a veces salen muy bien curradas. Por su puesto gazapos meten como todas. Pero suelen tener un vestuario acertado, a veces precioso y muy currado como las armaduras, pero es que también contratan a historiadores para que un campamento romano sea un verdadero asentamiento romano y no la acampada de "Los albóndigas atacan de nuevo". Además también el lenguaje se ha hecho un hueco en las series. En este caso es el Latín, todo lo que charlan los romanos lo hacen en esa lengua (¿muerta?). Al igual que en su día el Tzotzil, o algo así, que también salió en la serie de Cortés. Y es que no solo vestuario, y caracterización son lo que hacer mas creíble una serie. La diferencia de lenguaje en nos muestran las diferencias entre culturas. ¿Como iba a ser creíble un indio que hablaba perfecto inglés en las películas del oeste?

Producto bien hecho en general, escenarios y vestuarios 100% reales. Pero es vergonzoso como abusan del recurso de poner al enemigo (en este caso los romanos) como imbéciles. No se cuantas veces habré visto que algún prisionero de máxima importancia se les escapa del campamento como si nada, o que vayan a la lucha corriendo como pollos sin cabeza. Si estos hubieran sido los romanos reales, no habría existido el imperio tal y como lo conocemos.

Siempre me molestó oír a los romanos hablando en inglés, pero qué sorpresa, qué deleite nos regala esta serie al poner a hablar a los actores en latín, eso ya justifica la producción, pero, además, ¡los bárbaros hablan en alemán! de manera que un idioma común de Nuestra Civilización traspasa las fronteras del mundo civilizado. Eso es un precioso guiño a la lengua.

Por otro lado, resulta muy grato ver humanizados a los bárbaros del norte. No hay rigor histórico, pero hace pensar que los bárbaros hacían algo más que escapar de otros pueblos más bárbaros que los invadían desde el norte y el oriente.


Es una serie adaptada a nuestros tiempos, por lo que se toparan con algo de feminismo en la historia, ideales democráticos (o republicanos para ser justos con la Grecia Eterna) y los aspectos que toda serie de Netflix debe respetar; dejando un mal sabor a quienes esperen hallar traspuesto a Gibbon o Mommsen en la pantalla, pero dejando una dulce sensación en quienes esperan un aporte de aspectos diversos al rigor, pero que en definitiva acaban por volvernos mucho más rigurosos al momento de revisar y pensar la Historia.