Haz click aquí para copiar la URL

Viajo sola

Drama. Comedia Irene, una mujer guapa y soltera, trabaja como crítico de hoteles de lujo. Viaja sola constantemente, escribiendo informes muy detallados sobre todos los fallos del personal. Dedicada a controlar los horarios del servicio de habitaciones, tomar la temperatura del vino blanco, medir niveles de polvo, sus viajes no resultan muy relajantes, y su vida personal es casi inexistente, excepto por su larga amistad con Andrea, un guapo proveedor ... [+]
<< 1 2 3 4
Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
29 de agosto de 2014
6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me das pena, Irene. No empatizo contigo, lo siento. Y por lo tanto, la película fracasa. No siento que el personaje tenga nada que ver conmigo. Y no hablo de su trabajo, ni de su estilo de vida. Puedo empatizar con un mafioso o un francotirador, si los conflictos de esos personajes me resultan atractivos, interesantes o cercanos. Entiendo a Irene, comprendo perfectamente lo que le pasa, pero no me conmueve. Incluso diría más: te jodes, Irene. Tú te lo has buscado.

Todo esto me recuerda al asunto de la pirámide de Maslow, esa teoría psicológica sobre las jerarquías de las necesidades humanas que tanta influencia ha tenido en el ámbito laboral, y en el marketing y la publicidad.

(...)

Irene, mira, escúchame. Viajas sola porque te da la gana, estás sola porque quieres y no tienes tiempo porque no quieres tenerlo. Así que no me vengas ahora con la crisis de los 40 y todo eso. ¿Tu mejor amigo va a tener un hijo y temes que se separe de ti? ¿Tus sobrinas no te quieren porque no pasas suficiente tiempo con ellas? Te jodes, guapa. A buenas horas… A buenas horas, mangas verdes; quien siembra vientos, recoge tempestades; o follamos todos, o la puta al río. No, este último refrán se coló, no es válido para este caso.

Irene, esto te pasa por confundir independencia con soledad y éxito laboral con autorrealización. En el mundo de hoy, las Irenes e Irenos se reproducen por esporas. Para ellos, solo existe una motivación en el mundo, que es ellos mismos y su éxito (laboral, claro, no existe otro éxito ni triunfo que ese). Nunca tienen tiempo, siempre llegan tarde y no saben hablar de otra cosa que no sea su trabajo, que, generalmente es el más importante del mundo y fundamental para el desarrollo humano. Da igual que sean cocteleros o agentes FIFA.

Entonces, un buen día, entre aeropuerto y aeropuerto, se sienten solos, vacíos, una especie de lost in traslation temporal. Y se amargan un poco. Melancólicos, deciden tomarse un scotch. Y tal vez hagan propósito de enmienda. Luego, se les olvida, minutos más tarde.

Irene se saltó el tercer escalón de la pirámide de Maslow y concentró todos sus esfuerzos en el cuarto, pensando que así, con el cuarto cubierto, llegaría el quinto. Pero no, en realidad solo hay un escalón de necesidades, que es el nuestro. El que nosotros elijamos. No el que nos digan por la tele. Irene siguió la corriente. Trabajó, trabajó y trabajó y ahora tiene un casoplón. Y poco más.

Viajo sola es una película intrascendente, que no opta ni por el drama ni por la comedia y se queda en medio de ninguna parte. Saltando de tópico en tópico, no logra despertar simpatía en ninguno de los personajes (tal vez la sexóloga). Es de esas películas que no arriesga en ningún aspecto, conservadoras hasta enervar, dirigidas para el consumo de espectadores conservadores (no me refiero políticamente, sino en general) que vayan al cine para emocionarse muy levemente (no vaya a ser que perdamos la compostura) y olvidar todo lo que han visto a la mañana siguiente.

Lo Mejor: El contrapunto de la sexóloga.

Lo Peor: Olvidable, frívola y antipática. Una guía de hoteles de 5 estrellas para aburguesados con ínfulas culturales.

[crítica publicada en alucine.es]
david
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5 de julio de 2015
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ascética y minimalista comedia italiana con toques dramáticos que nos narra los avatares de Irene (Margherita Buy), una sofisticada y atractiva mujer que se dedica en cuerpo y alma a su trabajo de inspectora de calidad de hoteles de lujo... y que ha escogido en el terreno de lo personal la soltería y la autosuficiencia por la inmensa libertad que la supone. Sin embargo Irene, tras un funesto acontecimiento, se replantea su elección vital en plena crisis existencial, y se vuelve a preguntar si es capaz o no de lidiar con el aislamiento íntimo que una vida en soledad supone o si por el contrario se va a sentir más a gusto o no con otro tipo de vida.

"Viajo sola" ofrece una propuesta muy muy interesante, trascendente y reflexiva (sobre unos u otros estilos de vida y sus pros y contras a la hora de toparse con la felicidad), y además es llevado a escena con corrección ("Viajo sola" presume en todo momento de una refinada puesta en escena y de una realización oportuna) y con una interpretación principal carismática y medrada (muy merecido el David de Donatello a Margherita Buy por este trabajo).

Por eso resulta una lástima que el film no explore todo lo que prometía en su drama (que se expone y desarrolla de manera taciturna, superficial y maniquea) respecto a las cavilaciones de esa vida en la infinitamente libre y desamparada soltería (un estilo de vida denostado por cierta parte de la sociedad contemporánea (a la protagonista no le faltan esos personajes del "por qué no te casas o te has casado" con su inevitable respuesta de "porque no he querido ni me ha dado la gana") que no comprende que hay gente que escoge la soltería como felicidad ya que le aporta mucho más que una vida en pareja y no por ello esta gente no es feliz. Pues, según que individuo, la vida en soledad o en pareja resulta más o menos conveniente. Y, como el film describe, cada estilo de vida tiene sus partes buenas y malas (normalmente partes no compartidas). La llamada "single life" como la cinta describe tiene su parte de infinita liberación... y su parte de inmensa (y en ocasiones aterradoramente triste) soledad). "Viajo sola" pudo aportar una cinta memorable sobre la resistencia del individuo y su viaje interno durante la vida. Sin embargo la cinta no se arriesga en este drama y lo describe de manera nada atrevida, arriesgada, intensa y audaz, sino de forma medrosa, retraída y pusilánime. Sin reflexiones ni momentos audaces y osados, "Viajo sola" se pierde en demasiados detalles anecdóticos y tópicos de la vida personal de la protagonista y deja de lado aportar una trama evolutiva y de enjundia. La película ofrece muy poco trabajo en el guión en ese aspecto de gran potencial... y por culpa de esto "Viajo sola" carece de nervio y de total implicación... y se hace un tanto tediosa en ciertos momentos vacuos y accesorios.

Y así, sin nervio, profundidad, riesgo, ingenio e intensidad en el drama personal, "Viajo sola" acaba sugestionando durante el metraje gracias a otros aspectos: la carismática, cuidada y sugerente actuación de Buy, y los curiosos y en ocasiones irónicamente cómicos aspectos de la vida profesional de la protagonista.

Porque en el introspectivo drama personal el libreto se pierde... al no tratar este aspecto con tanto cuidado. No es que estemos ante un guión bobalicón, pero desaprovecha oportunidades con detalles o bien insustanciales o bien livianos y "telenoveleros" (algunos pequeños y nada relevantes enfados entre personajes se denotan impuestos) en su conclusión (acelerada, sin elaborar y excesivamente abierta) que echan un poco para atrás.

Así que "Viajo sola" se sostiene (porque lo logra, aunque la sensación de curiosidad e intriga es muy baja durante su visionado, y la indiferencia durante y después de ver la cinta es demasiada) gracias a los dos pilares antes mencionados: Margherita Buy y su atrayente y expresiva actuación que saca petróleo con un personaje que la debió regalar más en el guión (confieso que no soy muy seguidora del cine italiano, por lo que era desconocedora de que Buy ya posee 5 David de Donatello. Pero para mí la actriz ha supuesto un grato descubrimiento) y ese peculiar y suntuoso modo de vida que la protagonista respira por culpa de su trabajo (trabajo que existe para goce de sus empleados (curiosamente tengo un familiar mio que tiene un amigo que trabaja como "huésped misterioso")), en el que el guión incide y que nos deja curiosidad, fisgoneo y seducción (la protagonista vive en un mundo de ensueño de hoteles de lujo a los que examina y vigila "destrangis" y de incógnito con la divertida simpatía y complicidad del espectador. Su trabajo es tan distinguido como ocurrente y despierta cierta diversión (aunque es cierto que también pudo dar muchísimo más en esta temática))

En fin. Esos dos aspectos y una envoltura pertinente (armónica, elegante y ponderada fotografía. Realización sencilla, usual y sin pretensiones pero correcta. Agilidad en su cadencia, metraje calibrado (hora y 20 minutos) y pertinente (sin ser destacada) banda sonora) hacen de "Viajo sola" una cinta distraída, un pasatiempo olvidable que no supondrá un deleite total por culpa de un libreto escasamente arrojado y evolutivo en el aspecto personal y demasiado formal y anecdótico.

Lo peor: Acaba siendo un film anecdótico y pasajero por culpa de se falta de calado, cuidado y evolución del libreto (vuelvo a poner como ejemplo el guión del Pulitzer Tony Kushner en la gozosa "Lincoln" de Spielberg para reseñar lo que es un guión completo y acabado en todos los aspectos de los personajes y momentos).

Lo mejor: Margherita Buy. Las partes del guión que nos describen el trabajo de la protagonista y ciertos de sus cómicos momentos...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spark
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
21 de octubre de 2018
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decir que una película es bonita a secas implica consecuencias. “Viajo sola” nunca trasciende la pulcritud vacacional de sus imágenes. Es como si la propia cinta se negara a reaccionar contra el mundo que exhibe con pudor de telefilme. El lujo, aceptémoslo, suele ser ostentación y la ostentación, casi siempre, se torna frivolidad. “Viajo sola”, a pesar de sus buenas intenciones y el cálido esfuerzo de su actriz protagonista, acaba patinando sobre el hielo del dinero: las cinco estrellas de sus hoteles. A veces parece que aborda la crítica, pero no hay ahondamiento. Los regresos de nuestra inspectora de hoteles a su apartamento carecen de densidad; las diferentes desviaciones familiares –esas pequeñas intrigas con los sobrinos, su ex novio o su hermana- se deshilachan enseguida. Si se trata de redondear la soledad del personaje, algo que Margherita Buy está dispuesta a dar, la mordaza de la directora no debería impedirlo.
La puesta en escena tampoco ayuda. Es anodina, tan trivial como esos hoteles en los que los encuentros son fascículos seriados de telenovela. No hay fricción alguna entre el servicio y la clientela. Se disecciona su relación sin sangre, sin emotividad. Pero no porque se busque la distancia, sino porque la indiferencia es el resultante de la falta de atrevimiento. Y cuando la película quiere reaccionar y sobreponerse a sí misma, lo hace con una pirueta de guion –el adiós repentino de esa viajera espejo de nuestra protagonista-, que resulta impostada. No llega a chirriar del todo, pero su poder terapéutico –como el abrazo en el coche de la futura madre del hijo del ex novio-, carece de verdadero compromiso. Son momentos escritos en un libreto que nunca reflejan la vida con la densidad que esta tiene. Una lástima, puesto que la idea inicial, teniendo en cuenta los tiempos de crisis que corren, hubiera dado para mucho más. Nada se cuestiona. Faltan reproches. La pobre pareja de clase media, asomada por azar al abismo del capital, se queda en esbozo, como si “Viajo sola” escondiera la mezquindad financiera festejando, con su incapacidad, la pacata suntuosidad de la riqueza.
Simsolo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow