The Discovery

Una propuesta interesante que devela lo obnubilante que puede ser la ciencia en la obsesión por descubrir algún sentido a nuestra existencia. Un film mental que explora las emociones colectivas, ya que experimentando en el umbral nos encontramos ante la posibilidad de explorar esa única verdad inminente reconocida en vida llamada muerte. Es de esas películas que te dejan pensando, mas allá de su narrativa despierta en el pensamiento del espectador reflexiones filosóficas inherentes a nuestra naturaleza cósmica y humana.

The Discovery nace de una gran premisa, pero esta gran idea no se explota a lo largo del metraje y termina en una típica historia de amor. Debieron aprovechar todos los elementos de partida y trabajarlos mejor

No os voy a engañar. Antes que nada leo las críticas y si veo alguna chispa, me lanzo. En esta ocasión no vi la chispa. Sólo rompo esta regla cuando actúa algun director/actor/actriz que me interese, hasta en los bodrios. En este caso me empujó Rooney. Y todo lo que vi fue muy atropellado. Muy flojo. Muy de película de domingo por la tarde en la tele justo después de comer para echarte una cabezadita sin arrepentimiento. Normalmente una buena historia salva a una película. En este caso, no.

La historia tiene el vuelo necesario para que toda la película resulte interesante. Escribo esto como una respuesta a quienes rechazan la calidad de la realización porque no resultó romántica como ellos esperaban. También para quienes la rechazan porque el ritmo del relato no los atrapó. Según mi interpretación, la historia alude a una creencia muy extendida, en el oriente, en la antigüedad... Algo que también circula en occidente de manera fluida, en los tiempos que corren, en las relaciones entre individuos. Allí anida el tema. Es una película muy interesante.

The discovery, es un sorprendente largometraje yanqui-británico del año 2017 dirigido por Charlie McDowell, que incursiona en el género de ciencia ficción dura de temática que podríamos catalogar como un romance ontológico de tintes nietzscheanos. Esto se debe al amor a la vida que profesa nuestro protagonista y, a su vez, el amor a una mujer, sumado a la filosofía del eterno retorno cuyo matiz ético es claramente un romanticismo filosófico.

El aspecto general abarca el descubrimiento de una especie de vida más allá de la muerte, y la película consiste en la profundización de esto mientras los destinos de nuestros protagonistas se cruzan. El clima blanquecino es poético y cierra, de hecho, poéticamente.