¡Que te calles!

No esperaba que la peli estuviese entretenida, porque Depardieu no me termina de cuadrar... Pero mira tú por donde que gracias a las pocas expectativas de entrada, luego me he llevado esta grata sorpresa que hasta tiene sus ocurrencias graciosas. La verdad, mereció la pena el rato que pasamos viéndola (alumnos de 4º ESO y yo mismo)

La verdad es que me reí bastante. La película tiene la sencillez de una premisa de lo más tonto y visto: dos personas muy distintas a las que junta la casualidad, y poco más. Pero el director se atreve a hacer que Depardieu sea el tonto más tonto del cine, y a ponerle a un maravilloso Reno en su línea habitual, y ellos dos levantan una película hasta la altura de sus capacidades interpretativas, que ya sabemos cuáles son. En resumen, un buen guiso con lo poquito que había en la nevera, mérito de los cocineros.

Vaya par de dos, jajaja... Es obvio que no estamos ante la octava maravilla del mundo (y tampoco creo que pretendieran eso los responsables de esta producción) pero tengo que reconocer que me he caracajeado varias veces viendo esta película. Tampoco es algo muy original, aunque es hilarante el contraste de los personajes de los dos protagonistas y sus desventuras, a cuál mas ridícula o absurda. Al principio te deja un poco frío pero cuando vas conociendo a los personajes y le pillas el punto a su humor te divierte bastante. Muy correcta en todos los apartados (dirección, diálogos, historia...) y sí, sobresale un poco en la interpretación del dúo principal. PARA PASAR UN RATO DIVERTIDO.

De las más divertidas que he visto en los últimos tiempos. Muy recomendable para pasar un rato entretenido. Eso sí, no esperar cine de autor, porque no lo es. Muy preferible a cualquiera de las supuestas comedias americanas.

Mayo del 2005, Suecia, disfrutando de mis vacaciones en casa de mi tío que vive allí hace muchísimo. Y me dice que tiene una película francesa que es muy divertida, se titula ¡Que te calles!

Lo cierto es que nos reunimos la familia en el salón y nos dispusimos a verla y nos lo pasamos pipa, recuerdo las risas desternillantes de forma continúa y que me divertí mucho con ella.

Se me ha ocurrido verla quince años después con ese grato recuerdo y vaya decepción, es increíble lo poco que me he reído esta vez, siendo la misma película. Es muy divertida eso si, pero no tan genial como la recordaba. El dúo protagonista está genial, en especial Gérard Depardieu quien se come con papas a Jean Reno, carga con el peso de la trama y lo cuadra. Ese personaje al cual lo podríamos definir como un auténtico idiota, nos hará vivir las anécdotas y vivencias más alocadas e impensables.

La trama va sobre Quentin el personaje de Gérard, quien es tan idiota que se va a atracar un casa de cambio de monedas en lugar de un banco y cuando se decide por éste último, luego se mete en un cine. Cuando lo ingresan en prisión, se dan cuenta que el tipo no lo aguanta nadie, porque no deja de hablar. Poco después, apresan a Ruby, quien se niega a hablar y un comisario de policía, cuando le hablan de Quentin, decide ponerlos juntos para que lo desquicie y lo haga hablar. Es a raíz de aquí cuando se convierten en uña y carne por diferentes motivos, provocando las situaciones más ridículas y alocadas de la película.

Divertida comedia, donde destacan las grandes actuaciones del dúo protagonista.