Hampa dorada

Hampa dorada de Mervyn LeRoy, es un drama de mafia y cine negro, considerada una de las primeras y un referente del género. Está dirigida con un ritmo vigoroso, y es arrojada y atrevida por tratar el tema de la mafia en plena época de su apogeo. Novedosa para su momento y precursora de cintas del hampa, es portentosa, impecable e irresistible.
La fotografía en blanco y negro, hace excelente uso de los claroscuros, y está definida de forma maravillosa y fantástica, por estar llena de detalles alusivos. La música, es melódica, hermosa y dulce, además de emotiva y agraciada, y usada solo en los momentos tranquilos. Y tiene unos planos y movimientos de cámara con planos detalle y primeros planos sobrios y cuidados, y estéticamente elaborados.
El guion, es interesante y sustancioso por contar el rápido ascenso de un gánster, y desde luego es acertado, incitador y agresivo. Argumentado con tono amenazador e implacable, gusta ver y sobrevive eficazmente al paso de los años de forma admirable y asombrosa. Empleando para los personajes, unos vestuarios y caracterizaciones elegantes e impecables, típicos y sugestivos de la mafia, al igual que los lujosos decorados.
Las actuaciones, son remarcables, convincentes y precisas. Con Edward G. Robinson al frente realizando una gran labor, con personalidad, carácter, determinación y firmeza. Siendo acertadas y correctas las interpretaciones de Douglas Fairbanks Jr, Glenda Farrell y Stanley Fields. Usando diálogos ácidos y agresivos, agudos y violentos, totalmente característicos de estos personajes, y creando así, un auténtico referente lingüístico.
En definitiva, la considero una obra imperecedera y esencial dentro del cine negro y de gánster, por ser violenta y arrebatadora. Totalmente recomendable para los seguidores del género, que no se sentirán defraudados de ver una cinta intachable, arrolladora y mítica dentro de su categoría. Y desde luego, es considerada con justicia por muchos, como la abuela y auténtica precursora, de los films de esta naturaleza.

Título clave en el nacimiento del cine negro americano, basado en la novela de William R. Burnett -quien a su vez se inspira en la figura del legendario Al Capone- y dirigido por Mervyn LeRoy, que describe la trayectoria criminal de Little Caesar, desde sus inicios con pequeños robos en gasolineras hasta liderar la banda mafiosa más importante de Chicago.
La película instauró el arquetipo del género y convirtió a su protagonista, un inmejorable Edward G. Robinson, en uno de los gánsteres clásicos de Hollywood.



“Eres capaz de pegar, pero incapaz de encajar.”

Caesar Enrico Bandello (Edward G. Robinson) y su mejor amigo Joe Massara (Douglas Fairbanks, Jr.) son dos atracadores de poca monta que se dedican asaltar gasolineras. Joe triunfa por todo lo alto con su novia Olga (Glenda Farrell) como coreógrafos profesionales de salón. También Caesar Enrico triunfa, pero como un gángster despiadado y cruel, jefe de una banda de asesinos y atracadores, llega a ser conocido por todos como el "Little Caesar".

Este clásico film fue el precursor de muchos títulos posteriores de cine negro, su temática y estilo sobrevive hoy día. Además "Little Caesar" catapultó al actor Edward G. Robinson (1893-1973) al éxito, se convirtió en el gángster clásico de la pantalla, rivalizando con James Cagney (1899-1986) y Humphrey Bogart (1899-1957).

El film nos presenta los dos caminos clásicos a escoger, una vida honrada y trabajosa, llena de tranquilidad, sosiego y paz. Por otro lado una vida delictiva, fácil y llena de riquezas, pero corta y llena de enemigos. La película recibió una nominación al Oscar por mejor guion adaptado.

La película está muy bien. La realización y la fotografía resultan sorprendentes para la época, además el cine sonoro apenas tenía cuatro años y la adaptación es casi perfecta. Por cierto, la cinta le debe mucho al nivel de expresividad alcanzado con el cine mudo (primeros planos, montaje, oficio de los actores...). Y qué decir de E.G. Robinson! Un monstruo que se come la cámara!

Ahora bien, debe ser cierto que en su época la película impactó por su crudeza, pero a mí personalmente me parece reblandecida. Iniciarse y ascender en el crimen, robar, asesinar, asociarse en bandas criminales (¿que asesinan gente inocente por dinero o simplemente por soberbia!), traicionar, enfrentarse a la poli...Todo esto no es tan fácil, es una auténtica tragedia y al film le falta bastante dramatismo. Reconoced que no deja de ser una historia de gangsters encapsulada, "tíos chulitos y pim pam pum". Por este motivo no es una de mis pelis favoritas, aunque la recomiendo sin ninguna duda.

Considerada la primera película de gangsters. Aunque en 1927, Joseph Von Sternberg, con “La ley del hampa” había dado los primeros pasos en el cine de gángsters, ésta era un tanto embrionaria.
"Hampa dorada" es un auténtico referente del género, sentando las bases de otras grandes películas posteriores. Junto con “Scarface” y “El enemigo público” forma el trío de films dorado de gangsters de la década de los 30.

El planteamiento es lineal, sencillo pero efectivo: muestra la ascensión, apogeo y caída de un peligroso mafioso. Basada en la novela “El pequeño César” (1929) de William Riley Burnett, de impresionante currículo como creador literario y adaptador de obras tan importantes como “Scarface”, “El último refugio” o “La jungla de asfalto”.
El empeño de Mervyn Leroy en adaptarla (convenció a Jack Warner) tuvo su recompensa en forma de éxito de crítica y público.

El protagonismo de Edgard G. Robinson es absoluto, toda la película gira en torno a él. Su personaje, Cesare Enrico Bandello estaba inspirado en un violento gansgter de Chicago, Salvatore “Sam” Cardinella, el cual se convirtió en rey de la ciudad con sus fechorías.
Su interpretación, llena de vitalidad, es abrumadora. Descrito a través de la brutalidad de sus acciones, es un tipo rudo, sin modales, de gatillo fácil. Su ascenso es meteórico debido a su falta de escrúpulos y su ansia de poder a cualquier precio.

Los diálogos son rápidos, incisivos y cortantes.
La fotografía de Tony Gaudio es simplemente magistral.
De un valor excepcional.

Los amantes del cine negro tienen una cita ineludible con “Hampa dorada” y el mítico Edward G. Robinson.