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El gran combate

Western En 1868, trescientos indios cheyennes expulsados de sus tierras vivían miserablemente en una árida reserva de Oklahoma. Tras esperar en vano una solución de las autoridades de Washington, sus jefes decidieron emprender un largo viaje hasta sus praderas natales. Pero la huida fue descubierta y la caballería salió en su persecución. En el primer combate murieron el comandante Braden y ocho de sus hombres. Cuando se supo la noticia, ... [+]
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Críticas 36
Críticas ordenadas por utilidad
4 de agosto de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Ford ha sido acusado injusta y reiteradamente de ser un director reaccionario, rudo en sus modales, denigrando siempre a los indios en sus westerns y presentándolos como salvajes y crueles. Yo no voy a entrar en su vida privada, su adicción al alcohol y otros defectos que se le puedan achacar, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Me limito a opinar sobre su obra y creo que si se conoce bien sus películas, casi todas editadas en DVD, no se puede negar su humanidad, su humildad y sencillez ajena a cualquier atisbo de pedantería discursiva o pretenciosa, su defensa de los desfavorecidos, la reivindicación de los derechos de los obreros y otros valores universales. Por cierto, nefasto título español, para el original “El otoño de los Cheyenes”.

En éste último western de Ford, nos lega su homenaje épico a la nación Cheyenne, documentando la heroica marcha de 286 indios, al mando de los jefes Little Wolf y Dull Knife, en 1878, desde la reserva de Oklahoma en donde habían sido confinados y morían de hambre y enfermedades, hasta las tierras de Yelowstone, más 1500 millas en un intento de recuperar sus tradicionales asentamientos. La verdadera odisea de estos hombres se saldó con muchos muertos en combate, por falta de alimentos y por el frío, y provocó incluso una campaña de prensa a su favor en el “New York Herald”. El guión de James R. Webb, basado en la novela de Mary Sandoz, intenta explicar estos acontecimientos de forma ecuánime.

Western crepuscular en el mejor y más puro sentido, de un cineasta de 68 años con una vasta y acreditada experiencia de su oficio. Obra realista sobre el genocidio indio que sabe, también ser productora de desmitificadora ficción. Obra de una melancolía punzante, que denuncia las mentiras y la desfachatez del hombre blanco, siempre pendiente de sus bastardos intereses. No está entre las mejores de Ford quizá por el reparto de estrellas que la Warner le impuso, tampoco le gustaba la música de Alex North, pero tuvo que aceptar, incluso le negaron el montaje final. El episodio de Dodge City se puede interpretar como una pequeña broma macabra dentro del tono general pesimista y sórdido, o una sátira del contexto histórico.

Y aún así, la película rebosa lucidez y hermosura, es tanto un desafío como un triunfo ético y moral. “Cheyenne Autumn” transciende el arte para situarse en los límites de la vida, denunciando como el hombre blanco llegó a ser tan injusto y despiadado. Ahí reside su grandeza y su peligro. El horizonte fordiano resplandecía con inusitada y clarividente luz que anunciaba un ocaso no por sentido e intuido menos desgarrado.
Antonio Morales
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19 de julio de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los muchos y variados western que dirigió John Ford siempre estaban presentes una serie de valores que daban el sello personal a su forma de hacer cine; como La amistad, el valor, la familia, las peleas, los borrachos, etc, etc.
Sin duda ha sido el director que mejor ha tratado el género dedicándole una atención y un esmero que ningún otro director pudo hacer, salvo honrosas excepciones. Luego cultivó todos los campos, pero indudablemente Ford era un hombre que amaba el Western y así quería que se le reconociese.
El gran combate es su ultima aportación al genero. Una obra mayúscula en su concepción y en su desarrollo por los inmumerables problemas que tuvo en cuanto a tener que aceptar varias imposiciones de producción (Recorte de metraje, no utilizar indios nativos, y falta de rigor histórico).
Pese a éstos lastres la obra emerge en su conjunto como una epopeya épica. La de unos indios Cheyennes que huyen de la reserva en la que están confinados por las falsas promesas de ayuda del gobierno de los EE.UU. La caballería les persigue en un intento de devolverles hasta las áridas reservas de Oklahoma. Aunque el oficial jefe (Richard Widmark) no tiene muy claro que obedecer las ordenes de arresto sean del todo correctas.
Como detalles sobresalientes destacar los majestuosos paisajes fotografiados con notable uso del color. El plantel de actores lleno de inmumerables caras conocidas. La música de Alex North esplendida, a pesar de que a Ford no le convenciese.
En su contra tengo que añadir que a la película le falta sentido del humor; es demasiado rígida, demasiado académica. Le falta "alma" y algo más de vigor a la historia.
No puede figurar entre los mejores Westerns de Ford pero siempre estará entre sus más notables obras. !Hay que verla!, sin duda. La luminosidad de sus fotogramas es tan grande que parece que fue hecha ayer tarde.
Walter Neff
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16 de agosto de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se han dicho toda clase de burradas respecto a Ford, un tió que hizo "Que verde era mi valle" o "Las uvas de la ira", o "El sargento negro", no entiendo que se le tache de facha o de racista, lo cual me hace pensar que quienes dicen estas cosas no saben que es un fascista o un supremacista blanco.
Lo que no se entiende es que Ford constantemente dedica sus películas a un héroe incansable con un sentido de la dignidad y el honor inquebrantable aún a costa de si mismo. Y este héroe o antiheroe puede ser hombre o mujer, indio, negro o blanco.
Otra cosa que hace que le llamen facha arbitrariamente es que el cree en una nación ideal que es la patria de su héroe que es su Estados Unidos fundacional, y que encarna esos valores, aunque los "malos" intenten corromper esa idea.
Cuando exalta este ideal, igual que cuando lo hace con su prototipo de héroe, lo hace por los valores humanos que considera más valiosos.
Honestamente, no me parece el mejor guión que ha dirigido Ford (ni el peor), pero es una historia interesante, basada en una real, que exalta de nuevo la constante Fordiana de la dignidad humana, el honor y una visión épica del héroe, que bien puede ser la abuela de "Que verde era mi valle", como el Sargento Rutledge o el novio en "Barco a la deriva" o cualquiera en "Las uvas de la Ira".
En este caso, y sin el menor genero de duda, se la dedica a los indios. Pecando de esa devoción por una nación épica idealizada, prefiriendo ver como los representantes de los auténticos Estados Unidos a algunos de sus personajes, dejando del lado de los impostores a todos los sádicos soldados o políticos que están del lado del mal en esta película.
Por desgracia, irregular y larga, empañando la crudeza del argumento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
el_desertor
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14 de agosto de 2009
12 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de nada, he de decir que creo que es mi primera película que he visto del género western y, por tanto, la primera de quien parece ser que es considerado un maestro del celuloide: John Ford, pero eso creo que no es algo que pueda interferir en mi crítica. La mano en la dirección se nota que es de un director de calidad (el inicio ya es alentador con ese primer plano del foco del tren) pero la historia, tal como está contada, y los personajes que la componen, me parece que no es de una calidad cinematográfica notable o extraordinaria (o sea lo que es el guión más algún que otra añadidura). No hay épica alguna a lo largo del desarrollo y si no había intención alguna de épica el metraje torna a ser plano y nada emocionante.
Si este tipo de personajes y de historia es un patrón en el western me voy a sentir bastante decepcionado por este género ya que solo hay que leer buena literatura y darse cuenta de lo folletinesco que tiene, por lo menos, esta película. Comento en el spolier casos concretos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ghammakhur
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2 de octubre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En sep-1868, trescientos indios cheyenes con sus jefes esperaron en la reserva india, al sol abrasador, la llegada de unos senadores que venían a parlamentar con ellos. Visto el desplante iniciaron una larga marcha de 3000 km. a sus territorios del norte. La larga marcha por los territorios desértico del SO. de USA con el valle Monumento de fondo empieza a ser dramática cuando son vigilados por el capitán Archer [Richard Widmark] con una compañía de caballería y llegan a una situación de necesidad. Acompaña a la expedición una maestra cuáquera [Carrol Baker]. La situación se complica al morir el jefe cheyén y entregar el símbolo del poder a uno de sus hijos. El avance hacia el norte va provocando temor, difundido por los periódicos ansiosos de conseguir exclusivas, aunque en la ciudad vaquera de Dodge City, donde manda el juez Wyarp Erp [Stewart], éste pase sus días jugando a las cartas con Holliday. Los cheyenes se dividen en dos grupos: uno siguió por libre y otro se entregó al comandante [K. Malden ] del fuerte, ya cercano a sus tierras, pero la imprevisión de no haberlos cachearlos antes de encerrarlos derivó en una masacre de soldados e indios. La última batalla fue evitada por el ministro del interior [E. Robinson]en el Refugio de la Victoria consiguiendo que los cheyenes se integraran pacíficamente a sus tierras originarias.

Guión sencillo de la gran marcha cheyene, demasiado reiterado, sobre todo en el tramo del Valle Monumento, que el director fotografía por activa y por pasiva demostrando su veteranía en campo abierto. La escena de Wyarp Erp en el Saloon de Dodge, más allá de un descanso hilarante para los espectadores, es innecesaria en el relato, de la misma manera que la existencia de una misionera cuáquera. Ford muestra al indio en una imagen reivindicadora de la grandeza de un pueblo que había sido confinado en la ordenación territorial provocada por la conquista del Oeste. Esta es el último western del viejo Ford, género en el que destacó por sus relatos de familia, del amor, de la historia del país y sobre todo del paisaje. Debería haber asentado sus estudios en el Valle Monumento.
montipito
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