Bombón, el perro

Es curioso que un perro pueda cambiar en algo la esencia de una persona, abrirle nuevas puertas y conectarla con gente que antes casi la ignoraba. “¿Y ud. qué hace, a qué se dedica?” El oficio o profesión como forma de justificar nuestra existencia ante los demás. Villegas accede a ese juego absurdo y se pretende “Criador de perros”; porque un vendedor ambulante de cuchillos, o un ex mecánico de una estación de servicio, a menudo no consiguen acercarse a los otros.

Una de esas películas simples que todo el mundo quiere, pero cuidado, no nos dejemos engañar, hay cierta hipocresía alrededor de ella. Quienes le otorgan puntajes tan altos, ¿pagarían para verla en el cine? Y si la alquilan en un video club, tras el visado todavía dudarán si no debieron esperar a que la pasen por cable un día domingo.

Por otra parte, veo demasiada indulgencia con los llamados “Actores no profesionales”, una modalidad conmovedora pero difícil de acoger, porque invariablemente nos saca de la ficción. Como en una representación escolar, parte del elenco a duras penas recita sus líneas, y terminamos emocionados a causa del intérprete, no del personaje. Si, ya sé, alguien podrá objetarme que esta clase de actores hacen de ellos mismos, que la propuesta consiste en confundir deliberadamente persona y personaje, pero aún así, los resultados son discutibles, la declamación memorizada y artificiosa asoma con frecuencia.

No obstante aquí hay una historia, la de ganarse la vida, para algunos no será un gran conflicto, aunque para el veterano Villegas, acaso las fatigas cuenten por partida doble.

Al igual que en "Historias mínimas", Sorín plantea un film muy sencillo desde lo argumental y/o temático, orillado concienzudamente y con no poca solidez hacia el minimalismo. Sorín usa apenas un par de personajes humanos y, por supuesto, la figura de un hermoso dogo para hablarnos de lo cotidiano, de las pequeñas cosas, de que lo más mínim y más insignificante puede expandirse en lo máximo y más reconfortante.
Juan Villegas hace una interpretación cerca a lo conmovedor en un personaje tan querible como lleno de enormes sentimientos.

¿Cómo narrar simplemente una vida simple? ¿Cómo decir mucho cuando no hay tanto que decir y sobran las palabras?
La vida de Juan Villegas es la vida de Juan Villegas como mi vida es la vida de Leonardo Vergara, es simple como la veo a veces y otras veces es un documental sobre la mente hablado en ruso (del cual aclaro, no entiendo una sola palabra).
Hay tantos gestos en esta película que repito: sobran las palabras a veces, en estos casos, en los cuales los ojos y las comisuras de las bocas dicen tanto. En los cuales dice tanto la ausencia de diálogos en el mirarse entre un hombre y la magia de las casualidades, entre un hombre y su perro, entre un perro y su hombre.
El amor es algo extraño, no voy a descubrirlo yo, ni voy a descubrirlo en una película. El amor entre un hombre y un perro es algo complejo que quizá solo pueda narrar el silencio en la quietud de un mirarse conmovido, mas allá del tiempo, mas allá de lo que se sea o se haya dejado se ser. El amor entre un hombre y su perro no es un tema sencillo, el amor no entiende de comparaciones, porque la vida, en su esencia, es incomparable.

“Cómo extraño verlo acostado en su hueco,
cómo extraño verlo escapar enfurecido,
cómo extraño su necesidad de afecto,
su pelo y su animal irraciocinio.”

http://lafiligranadelpensar.blogspot.com.ar

Carlos Sorín continúa con sus clásicos paisajes patagónicos, con sus actores "inventados" que realmente brillan aunque no sean profesionales...
Es una película que se centra en las relaciones que pueden trazar las personas cuando no tienen esperanzas o futuro alguno.
Aunque contiene algunos pasajes aburridos, vale la pena mirar esta película.
Cuando una mascota se convierte en algo más que un "amigo" sino una razón para continuar con la vida.

Quizás para algunos se trate de la película donde el protagonista combina el roll principal con la imagen tierna de un perro, tan solo. Pero yo quiero recordar esta película como aquella en la que dos amigos, un hombre y un perro, acompañados de un paisaje diferente pero igual, se echan a andar en busca de su destino, o lo que queda de él, uno con sus artesanales cuchillos y el sol a sus espaldas y el otro con su tierna y vidriosa mirada perdida echado al camino con el sol quemandole el lomo, su día a día se transformará en una batalla sobre el como encontrar la manera de sobrevivir, a tal punto que Don Juan Villegas te convencerá plenamente de su humilde y excepcional papel a tal grado que te comprometerás con el mismo sin excusas ni reparos y asi podrás experimentar por momentos tocar el cielo con las manos y la desesperaciòn y angustía total del final, supongo que a todos nos pasa una vez.
Finalmente añado la tierna y dulce intención de rendir homenaje a el más noble animal que Dios puso sobre la tierra, si para estos asuntos no he crecido mucho todavía, por eso como no recordarte Bombón si estas allí de una u otra forma desde mi niñez, eres y serás la película que me recuerde el feliz y dulce misterio que se encierra en mi cabeza como un hierro caliente, que deja la memoria ardiente, el cual nunca me permitirá olvidar tu nobleza perro, amigo mio, a comparación del verso que te escribí con la única y admirable suerte que no sea la de maldecir.