BloodRayne

Uwe Boll está dando pasos agigantados para que en Filmaffinity se pueda puntuar con 0.
Un verdadero engendro con disfraz de película, pero que no lo es. Deberian pagar a la gente incluso por bajarla en Divx.

Para hacer mas corto esto, diré lo que tiene de bueno, y terminamos antes: ......

Entiéndanlo como quieran.

Algunos sospechamos desde hace tiempo que Uwe Böll no es más que el nombre en clave de un programa de ordenador que hace películas. En espera de confirmación de este rumor, nos asestan un golpe mortal con esta obra maestra donde podemos apreciar las capacidades interpretativas de la ex-Terminatrix, Kristianna Loken (dios..como es posible que salga tan mona en Terminator y tan horrenda en esta película), una especie de bulldog que arrea las hostias más desganadas que he visto en mi vida. Además, podemos alucinar ante un reparto tan desaprovechado: ¡Ben Kingsley, Michael Madsen, Udo Kier, Geraldine Chaplin!. Y vomitar ante ese montaje que a partir de ahora llamaré montaje rollercoaster y que caracteriza al maestro Zampa Böllos. Sólo nos queda una incógnita que despejar ante esta inmundicia ¿es su peor película?.
No señores. Es "House of the dead".

Esperandome una nueva obra maestra me dispuse a ver la nueva maravilla de Boll, esperando ver la tercera peor película de la historia del cine y lo cierto es que me ha sorprendido esta película pues aún teniendo las rasgos característicos del cine del Vizconde de los abismos, también debo decir que "Her" Uba ha mejorado bastante.

Lo cierto es que "Mr. Videojuegos" sigue sin tener estilo. Se podrían enumerar miles de películas a las que plagia sin piedad (El señor de los anillos, Blade, Drácula de Bram Stoker, Matrix (nunca falla) e incluso El padrino (con esa gran frase mencionada antes). "Mugre" Boll ha conseguido una cinta tan previsible pero que sigue siendo una comedia por momentos gloriosos.

Es algo cutre la película, pero incluso en estos aspectos pienso que Bubba Boll ha mejorado bastante. Es cierto que las peleas siguen siendo un poco cutres (un poco bastante) pero también es cierto que Boll consigue una ambientación conseguida. La fotografía no destaca, de hecho es uno de los grandes plagios de la película, en ocasiones de "El señor de los anillos" y en otras de películas anteriormente citadas.

El guión es cutre pero que se puede esperar de una adaptación de un videojuego. Si todavía no se ha hecho ninguna adaptación de videojuego decente (bueno la de Final Fantasy se salva). Es cutre, en ocasiones sin sentido, casi siempre risible, las frases que sueltan los actores no se las creen ni ellos y luego está el mega-polvo entre Kristanna Loken y Matt Davis. Madre del amor bendito. Menuda mente enferma y depravada tiene el amigo Boll.

En cuanto a interpretación, por supuesto hay actores humillados por "El antipapa del celuloide". Kristanna "Pechitos" Loken está mediocre, Ben Kingsley vuelve a interpretar un papel humillante (Sospechoso cero, El sonido del trueno) y con ¡peluca!, Matt Davis deberia aprender el significado de la palabra carisma, Udo Kier (o cómo pasar de hacer todas las películas de Lars Von Trier a esto) ridiculo. Michelle "cara de perro" Rodriguez también bastante risible. Pero los papeles realmente humillantes (incluso por encima de Ben Kinsley, que ya es decir) son los de Geraldine Chaplin (genial aparición la suya de medio minuto, antológica) y Billy Zane (a que coño viene su personaje, ¿aporta algo?, es una pregunta que me haré siempre). Al único que me dejo sin criticar es a Michael Madsen ya que si lo hago, vendrá a mi casa, me atará a una silla, me pegará hasta que no aguante más, me dejará marcas por todo mi cuerpo de cigarrillos y me acabará cortando la oreja. Y yo todavía soy muy joven para ser torturado así por un psicópata como él.

Resumiendo, que si que es bazofia, pero no es la grandísima mierda que me esperaba, que Boll ha mejorado mucho respecto a sus dos anteriores películas pero que sigue siendo el mejor director de cine en la actualidad. Y que siga así durante muchos años.

Tras ver House of the Dead y Alone in the Dark me temía lo peor. Uwe Boll es un mal director, está claro, y encima mancilla éxitos de los videojuegos. Pero aún así, especialmente HotD me resultó tremendamente entretenida sin buscar nada más que una evasión estúpida de hora y media. Bloodrayne sigue esa senda. Es una cinta regular, poco fiel al videojuego en que se basa, pero en conjunto casi aceptable. No pasaría por ser un telefilme de los tantos que echan por la televisión un fin de semana, pero con paciencia puede verse.

El reparto es aceptable, aunque por desgracia sus actuaciones son generalmente una basura. Ni siquiera Loken se cree el papel que interpreta, así que vamos mal. Y la muerte de algunos... Matt Davids no está hecho para actuar, vaya. Las semejanzas con el videojuego son notables en dos tomas de 5 segundos cada una: La primera es el logo, fielmente recreado, y la segunda es un salto de Loken en el que se agarra el enemigo y le chupa la sangre del cuello. Parad de contar.

El resto es un atentado a la más que notable historia narrada por Majesco en los videojuegos. Aquí Rayne trabaja en un circo, busca incansablemente a su padre, se enamora de un notas cualquiera (incluso hay escena de sexo fuera de lugar, una seña de identidad de Uwe), mueren muchos y se salva la importante.

El ritmo videoclipero de las dos previas del alemán se mantiene también aquí, pero no recurre tanto a él. No faltan -al final del metraje- las escenas "por que sí" en tiempo-bala, tampoco los litros de sangre o escenas presuntamente gore -que dan risa-. E incluso intenta imitar sin éxito la trilogía de El Señor de los Anillos, poniendo planos aéreos de los protagonistas viajando por paisajes bastante bonitos para "dar coherencia" a las distintas escenas. En HotD usaba secuencias del juego, y aquí montañas con una cámara en un helicóptero. Va progresando.

Definitivamente es una película mala. Uwe Boll ha vuelto a hacerlo: Ha llegado y se ha cargado el videojuego Bloodrayne, ha creado un guión absurdo y lo ha rodado con poca gracia. Pero entretiene si se ve sin demasiadas expectativas -algo difícil viniendo de él-. Muchos telefilmes de los fines de semana son muy inferiores, incluso cintas de más presupuesto como Terror en la Niebla o Ultraviolet. Vedla con amigos para reiros un poco, pero no os la toméis en serio...

Ya sé que a muchos de vosotros os cuesta aceptarlo y que seguís ofreciendo religiosamente vuestro tributo al genio en forma de “uno” en cada película suya que os toca valorar, pero él se ha ido… Sí, lo sé; todos recordaremos por siempre ese primer escalofrió de asombro al enfrentarnos por vez primera con el dios Boll . Todos, al contemplar su incomparable y supremo arte, supimos entonces que él, ángel para unos, demonio para otros, había venido para mostrarnos los placeres prohibidos más allá de los confines del dolor.
Pero no estuvimos a su altura. Y él, ofendido por nuestra ignorancia, nos ha abandonado. Ya no está… Se convirtió en un simple director de cine. Es más, los hay -¡malditos blasfemos!- que dicen que su última película es hasta medio buena…
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Y es aquí donde comenzó su “decadencia”. Porque, es triste reconocerlo, pero esta película no es lo mala que cabría esperar; no está a su suprema altura.

Oh, sí, que se entienda; es una mierda. El guión es tan ridículo y enrevesado como sólo cabria suponer de la adaptación de un videojuego –porque, esa es otra… ¿qué coño esperabais, Ciudadano Kane? - y los diálogos parecen escritos por Buñuel puesto de ketamina. En cuanto la parte “artística”, el vestuario parece robado de una representación escolar de Robin Hood y los efectos especiales son dignos de “Homer Simpson Productions” – sólo falta la cortinilla de estrella-.

Y luego, para más inri, tenemos las actuaciones, que salvo las honrosas excepciones de Ben Kingsley y Geraldine Chaplin, que a saber cómo acabaron aquí, son como para fusilar al reparto... Y es que, sí, Kristanna Loken estará buenísima, pero la tía tiene dos modos de interpretar: con el pelo suelto y recogido. -Viéndole la cara mientras la torturan, pareciese que le están sellando una quiniela... Yo creo que en “Terminator 3” no interpretaba: es realmente de una polialeación mimética-. Y en cuanto a los secundarios… ¡Qué decir del gran Meat Loaf!... ¡Por favor, que nunca deje la música!

Y como guinda, y para acabar de joderlo, tenemos también algunos de los “inimitables” toques de genialidad de Boll. Por ejemplo, vuelve insistir con esa ridícula y enervante “técnica” suya de combinar la cámara lenta con la rápida haciendo que la imagen vaya a trompicones – ¿será que el muy desgraciado ésta intentando imitar el típico ralentizado por falta de RAM de los videojuegos?... Capaz-. Y, muy a destacar: por primera vez en su filmografía se atreve con el sexo. Eso sí, con los resultados imaginables: es la escena de sexo más extrañamente sucia y violenta que he visto en mi vida; un canto a la castidad.

Y, sin embargo, dicho todo esto, la película, siendo mala, no es de “uno”. La historia en ocasiones “casi” resulta entretenida, la fotografía es correcta y el ritmo de la narración es medio aceptable. Además, se le ven las tetas a la Loken y eso merece una estrella extra.

Tan mala como un telefilm de sobremesa, sí; pero no peor. Me decepcionas, Uwe.