Invasión

¡Me parece una película excelente!, sobretodo en la forma en que esta filmada, editada, sus tiempos y ritmos, los cambios de cámara, sumamente detallista y con gran talento de Hugo Santiago. Los actores también están fantásticos, sobre todo Murúa, Zubarry y Paz. Es una película marginal en nuestro país, un poco por el momento en que fue hecha, por que fue secuestrada por los militares, y otro tanto por que el director mismo se exilio en Paris, quedando casi desconocido para el público en general. Esto genera que no tenga aún el lugar en la historia de nuestro cine (argentino).

Film moderno que contiene las dos vertientes de la literatura borgeana: lo fantástico y la tradición de sus relatos sobre cuchilleros de los suburbios del Buenos Aires del 1900, el propio director lo define como una obra de “criollismo fantástico”.
El argumento es simple pero como todo cuento fantástico siempre narra más de una historia, la visible y otra subterránea. La muerte de una ciudad, de una cultura urbana encarnada en un grupo de personajes y el atisbo de su renovación a cargo de los jóvenes.
Desde el principio de la película sabemos que estamos dentro del universo literario de Borges y no hay que desesperar por entender toda la trama rápidamente, sola va a ir develándose ante nosotros, mientras se disfruta de la fotografía oscura y de los extraños encuadres y movimientos de cámara.

En los extras que trae el dvd, Hugo Santiago (hombre muy locuaz) dice algunas cosas muy interesantes y útiles al momento de ver la película:

- Aunque el film rápidamente fue objeto de interpretaciones alegóricas y lecturas políticas –principalmente se la leyó como referencia a la violencia política en Arg., tanto sobre el accionar de las guerrillas como de la última dictadura- ellos, al escribirla no la pensaron más que como un juego de creación literaria, y considera que la película refiere estrictamente a lo que dice el resumen que escribió Borges para el cuaderno de prensa que presentaron en Cannes: “Invasión es la historia de una ciudad sitiada por fuertes invasores y defendida por unos pocos hombres, que acaso no son héroes. Lucharán hasta el fin sin saber que su batalla es infinita.”
Claro que la película es más que eso pero también es cierto que no es una alegoría, Borges despreciaba ese recurso literario, el enrarecimiento de la historia y las elusiones a lo verosímil producen ese efecto pero no hay símbolos concretos y funciona primordialmente como la narración fantástica sin elementos barrocos, donde lo fantástico surge de la superposición de diferentes planos de realidad.

- Sobre el uso del sonido en off. Santiago cuenta que se propuso crear varios planos que van desde el sonido en off que acecha el cuadro y se relaciona con la imagen hasta planos en que se desarrollan secuencias de personajes sonoros que son independientes de la imagen en cuadro. Esto se nota en varias secuencias. En una funciona por contraste con la imagen, en otras sonidos de distintos pájaros se relacionan con distintos personajes.

- La estructura del relato fue pensada de forma simétrica. Hay correspondencias entre distintas partes de la película.

- Con la excepción de Irene, los personajes principales no tienen psicología, funcionan como comportamientos diversos ante la muerte. Este es un tema típico de la literatura de cuchilleros de Borges.

- La ciudad está pensada como un desplazamiento de Buenos Aires y del mismo modo el dialecto que hablan sus habitantes nunca existió, no se trata de la imitación de un habla porteña arcaica, sino de una creación ficticia que rompe el verosímil.

Lautaro Murúa y Olga Zubarry se apropian de la pantalla en cada aparición.

De lo mejor que he visto del cine argentino.

Película de horror, horrorosa. Parafraseando a Borges sobre las novelas, esta cinta podía contarse en 5 minutos y ahorrarnos dos horas de un bodrio inaudito. Por empezar, da la sensación de pertenecer al genere fantástico, onírico, marciano, en especial por los diálogos. Demasiado cursis, innaturales, pedantes y asimétrico con el gesto. Segundo, la flemática inglesa que le quieren dar y mezclarlo al ambiente iletrado del mundo del hampa porteño (Aquileia!), no se la cree ni Borges. Para él, el coraje son un conjunto de frases que el valiente se repite en la cabeza antes de actuar y que nos hacen abrir los ojos, no por lo grandioso si no por lo que de sobreactuado y narcisistico (el sentirse decir algo profundo). Yo creo que el coraje no se piensa, y menos se busca, sucede, son acciones espontaneas. Ni que hablar de las acciones, disparos y persecuciones cuyo realismo y verosimilitud ya habían sido superado en el cine, allá por los años veinte. Mudo y con la fecha 1897, este film hubiera sido hermoso y eso sí, no más de 5 minutos de duración.

De haber aplicado el sentido de brevedad que tanto caracteriza la obra de Borges, está película hubiera funcionado en su guion, pero no, solo se tolera por esa dirección tan francesa de Santiago, que parece que si pudo incorporar algo de lo que aprendió con Bresson.
Invasión no es para nada una mala película, pero tampoco es buena, y su punto de partida y la filosofía de su historia es realmente interesante, pero da la sensación de que Borges se obsesionó con esta metáfora de "quien es quien" y se olvidó de que cine no es literatura, o talvez nunca lo supo.

Invadida por la especulación de su ambivalencia, Invasión termina siendo una redundancia de ella misma y, enteramente, una inteligente pero mal desarrollada metáfora.

Si Borges hubiera entendido el cine de la misma forma que entendía la literatura, Invasión, probablemente, sería hoy uno de los mejores cortometrajes de la historia.