Las chicas de Manson

Mary Harron, directora de la impactante American Psycho y, más recientemente, de la fabulosa miniserie Alias Grace, vuelve a triunfar con Las chicas de Manson, un recuento no tanto de los crímenes de la tristemente conocida "Familia", sino de cómo se forjó uno de los casos de manipulación psicológica más graves de la historia reciente y del trabajo posterior que hizo después en la cárcel Karlene Faith con las tres asesinas más fieles de Manson, Susan Atkins, Patricia Krenwinkel y Leslie Van Houten (las tres renunciaron al líder poco después y han sido presas modélicas durante décadas).
Aún falta una gran película de ficción sobre Charles Manson y su espiral de muerte y locura. Pensábamos que podría haber sido Érase una vez en Hollywood, pero Quentin Tarantino decidió optar por otros caminos narrativos. Sin embargo, es posible que Las chicas de Manson sea la mejor que hemos visto hasta la fecha. Y lo es porque triunfa en explicar cómo y por qué se gestó aquella locura, por qué Manson llegó a ser considerado prácticamente como un dios entre sus seguidores, la espiral de sexo, drogas y manipulación en la que vivían los habitantes de Spahn Ranch y cómo y por qué Atkins, Krenwinkel y Van Houten terminaron por comprender lo que habían hecho y consiguieron reconducir sus vidas (siempre desde prisión... Atkins murió encerrada en 2009 y Krenwinkel y Van Houten continúan encarceladas hoy en día). Una gran narración, combinada con unas estupendas interpretaciones (especialmente por parte de Matt Smith, que está fabuloso y siniestro a más no poder en la piel del Mesías Manson), dan como resultado un drama más que notable, entretenido, y sobre todo francamente impactante.

Lo mejor: Su manera de narrar esta historia y reflejar todas las aristas de sus protagonistas. Y la estrafalaria y aterradora interpretación de Matt Smith.
Lo peor: Que no haya tenido más repercusión.

De hacer una película sobre la familia adaptada a los tiempos actuales.

Cortada por el mismo patrón de otras tantas podemos resumirla como sigue:

Película que intenta mostrar el perfil psicológico de las tres psicópatas que acompañaban a Charles Manson en los diversos asesinatos cometidos por la Manson Family a finales de los años 60. La película se divide en dos claros momentos: un presente en el que las psicópatas están entre rejas y un pasado, a modo de flashback, en el que la directora pretende mostrar cómo fueron manipuladas y engañadas por un psicótico y charlatán Mason (interpretado por Matt Smith).

De la dos partes del filme, lo más interesante y destacable es lo que sucede en el rancho Spahn, donde Manson creó su secta y se planearon los crímenes ya conocidos. Se dibuja un Mason con una personalidad narcisista, manipuladora y resentida, al tiempo que muestran a sus seguidores como el grupo de idiotas que eran. Además apartes de la intimidad de la Familia Manson y todo lo que esto conllevaba: sexo, promiscuidad, celos, drogas, culto a la personalidad, manipulación, violencia, etc.

Las escenas con las que se pretende mostrar el mapa mental de las tres psicópatas, son sumamente aburridas y quedan a deber. Las tres secuaces siguen siendo igual de idiotas tanto en el rancho como en la cárcel. Al final tiran el mensaje simplón y feminista de que por ser mujeres fueron víctimas del hetero patriarcado (representado por Mason) y bueno, pobrecitas ellas. Nada nuevo con estas directoras feministas.

El mejor de la película es Matt Smith, que construye un Mason increíble, muy humano como profético. Aunque pudieron hacer mejor trabajo con esa barba postiza. Hannah Murray, algo encasillada en papeles de mujer lerda y de poco espíritu (Gilly en GOT), hace un destacado trabajo, mostrando todo su talento.

Enhorabuena por las escenas de los asaltos de los Mason, lo mejor del filme.