El guardaespaldas de la primera dama

Cochiquera/Eunuco. Los caballeros las prefieren rubias (y morenas sí sí)/El tren. Easy Rider.
Es todo tan ridículo e inverosímil que delira. Es ligera, no se toma en serio, a dios gracias, guasa, jacarandosa, desparrama, y lo mejor son las damas, la asiática y la caucásica, ambas beben los vientos por esta especie de psicotrónico Callahan de saldo o tercera, la mala y la buena, la tonta y la otra, qué cuánto desparpajo las adorna, para la ocasión, ataviar.
Es cutre y zarrapastrosa sin exagerar, humilde, comedida, timorata, prudente, tibia, tímidamente, casi hasta elegante en su bazofia como programa, como un adolescente, arrebol.
El macguffin y el desarrollo o transcurso de los hechos te da la risa, no (se) puede ser más lerdo (o lloras como una magdalena, esa es otra), solo de pensarlo, mejor no hacerlo, dejarlo estar es lo más ideal, no te hagas mala sangre, hermano, esa impotencia suprema aliñada por unos cuantos descerebrados asesinos dale que te pego, te ablanda como una breva el cerebro, da también miedo, acojona, con político, novedad, al fondo, sanguijuela.