De tu ventana a la mía

De tu ventana a la mía es una película excelente, ambiciosa y pretenciosa, ¿como no, en una directora novel?. Una coral de experiencias áridas y pasionales tejidas al calor de la inteligencia para sobrevivir en situaciones adversas. Tres historias, tres mujeres en diferentes épocas, que sobreviven al amor encontrado y arrebatado (Inés), al amor perdido (Violeta), al amor no percibido y descubierto al fin (Luisa).

Hay un ejercicio de maestría en esta película, que quizás en menor exceso resultaría más efectiva y amable, sin embargo, la directora apuesta por un clasicismo duro y también previsible, de cine europeo de autor-a, en maridaje sostenido con la plástica de la emoción visual y auditiva, rebasando los límites de la reiteración sostenida (más allá de Peter Greenaway), y apostando por una guión que sobrepasa el dramatismo fácil del cine comercial, para adentrarnos en una historia de coraje y profundidad contenida, desarrollada en unos paisajes urbanos y rurales, rotundos, difíciles, áridos e inhóspitos, llenos de reminiscencias literarias. Leticia Dolera interpreta a una adolescente, sensible y brillante científica de la época, que emula las letras y se duele del alma como Virginia Woolf en The Hours. Maribel Verdú, es una aguerrida y apasionada mujer y madre coraje, heroína universal contra cierzo y secano en medio de la represión y postguerra española, que saldrá adelante con la cabeza alta. Luisa Gabasa nos enternece en su adormecido papel de reprimida y contenida soñadora de amores imposibles, mientras vive los años con su prima Isabel sin apenas darse cuenta del amor que recibe, un detonante en plena eclosión política, le hará descubrir un mejor final en libertad, que aquel otro que vivieron Shirley MacLaine y Audrey Hepburn en La Calumnia (1961).

Hay quien dice que resuelve muy bien la estética y la plástica pero no acomete la historia en su totalidad con naturalidad y frescura, es cierto, esta película no es una comedia, ni una drama o folletín de serio B, ni es un infame y pestilento drama bélico o patriótico sobre los esfuerzos de sobrevivir pisoteando a otros, ni es una historia anodina de vencedores o vencidos, desarrollada en paisajes que nos son ajenos. Esta película es un ejercicio importante de abstracción simbólica sobre la vida de tres personas que representan muchas vidas reales, cercanas y creíbles, (tal vez a Luisa le habría puesto un final menos vistoso en su expresión queer, y le habría hecho romper fotos de dandis y tirarlas al vuelo, mas real para la época ¿no?), A pesar de esto y por encima de ello, admiro y aplaudo la elección de Paula Ortiz al realizar y dirigir esta película, es la primera mujer aragonesa que dirige un largometraje, sea bienvenida a la cinematografía de altura, creo que hay emoción en lo que transmite, lo plasma con belleza, dignidad y buen hacer en el oficio de cineasta. Hay que verla, no va a pasar desapercibida, porque vale mucho.

Paula Ortiz presenta en la Seminci 2011 su primer largometraje, con alguna duda que para nada desvirtúa un digno resultado final. "De tu ventana a la mía" es un drama femenino y feminista enmarcado en un tríptico donde tres mujeres, de distintas generaciones, luchan por hacerse valer y por enarbolar orgullosamente su condición de personas independientes, y no simples comparsas erosionadas por el tiempo y las circunstancias.

Poética puesta en escena, aunque a veces roza lo pretencioso, para una obra que va "in crescendo", y que cura la segunda parte de algunos innovadores excesos que tienen lugar en la presentación de los personajes. Estos desafortunados y breves instantes, que llegan a incluir una especie de video-clip con un tema de Pachi García, son borrados por un enérgico y esperanzador cierzo final.

Sería injusto acusar a Paula de partidista en una sociedad en la que las víctimas por violencia de género siguen lamiéndose sus heridas supurantes de las que, además de sangre, semen y pus, brotan la estupidez y el machismo a borbotones.

El comienzo es significativo. Una serie de frases rimbombantes e imágenes de pretendida poesía y trasfondo. Pura nada. Cháchara vacía que aburre a lo largo del metraje. Los actores hacen lo que pueden. Es significativa una escena con huevos que se rompen que produce risa y que sólo recupera la compostura gracias al esfuerzo de Verdú. Historias simples que te dan lo mismo y que incluso acabas aborreciendo debido a esos planos reiterativos de mujer lánguida en la 1ª historia o paisaje desértico en la 2ª.
Mala por pretenciosa. Y no lo disculpa aquello de cine de mujer para mujeres. El aburrimiento y la poesía barata no conocen de sexos.

Todo en la película transmite poesía, las tres historias, la música, las interpretaciones, los tránsitos entre las escenas de las diferentes historias. Es una maravillosa película donde se habla de mujeres y de sus sentimientos, de su forma de entender el sufrimiento, el amor, el desarraigo...¡como se nota que está Zentropa detrás de esta producción!
Las tres historias se entrelazan para darnos un mosaico de lo que la mujer puede sobrellevar encima de sus hombros en momentos críticos de su vida.
La elección de la música es, casi siempre, bien precisa y no enfatiza los sentimientos sino que ayuda a entender los sentimientos de las tres protagonistas. Inmensa la canción de Fito Páez cantada por Carmen París para terminar las tres historias narradas.

De tu ventana a la mía es un film tan absolutamente pasado de moda, artificial y engañoso que no puedo entender como a estas alturas de la vida todavía se pretende ser interesante con estas mamarrachadas de lagrimeo fácil y situaciones incomodas para el espectador, donde no sabe si reír o llorar de la risa. El hilo argumental (que en este caso es literal) es un pretexto para crear tres situaciones que no me dicen nada.
En primer lugar, una especie de drama rural con un argumento escaso y muy mal planteado, donde la gracia de Maribel Verdú queda soterrada por lo inverosímil de la situación. Sólo salvo está parte por los planos generales de los exteriores, que en muchos casos son tan pretenciosos que dejan de ser agradables.
Leticia Dolera nos regala planos y primeros planos de gran belleza en la historia de la joven bióloga, pero, otra vez, la directora se pone nerviosa con tanta posibilidad estética que acaba cayendo en su propia trampa, tejida con ese hilo pretencioso que parece no tener fin. El guión también está atrapado en esa trampa.
Luisa Gavasa ofrece la historia más verosímil de las tres; una mujer angustiada y atrapada en un mundo que no logra entender demasiado bien y que parece que siempre le da la espalda cuando más necesita de él. No está mal (del todo) Y aquí es cuando veo que la directora sabe hacer las cosas bien, sobretodo cuando logra zafarse de artificios y recursos varios para centrarse en una historia coherente. Lástima que esta historia sea la misma de siempre. Una lástima, de verdad.
Con lo que la vida de las mujeres desvalidas se queda en eso y poco más. Un intento por poner en relieve problemas que sabemos que necesitan una solución, pero no por ello debemos caer en la tentación de hacer bueno algo que escasamente llega a ser mediocre en su conjunto.