Encuentros en Nueva York

Película natural, de vidas normales. Con un poso de tristeza que se te va impregnando con el transcurso de la cinta. Te hace ver lo importantes que son los pequeños detalles en la vida (voy a este sitio hoy o no, le sonrio a esta persona o no, le compro este pantalón a mi hija o no, etc...). Magnífico guión precisamente por no tener nada de extraordinario. Te muestra claramente cómo las personas somos muy distintas entre sí, con sentimientos muy diferentes ante los mismos acontecimientos. La verdad es que no me parece una comedia, tal y como se la cataloga.

Me parece especialmente interesante el papel de Catherine Keener (Kate), mostrando a una mujer en permanente lucha interior sobre su vida, si actua correctamente o no.

En resumen: Buen cine independiente norteamericano, donde se muestran una diversidad de personajes diferentes con vidas relativamente normales.

Al ver este film debo decir que me quede con un sabor un poco agridulce… las interpretaciones están muy bien (geniales Amanda Peet y Keener), la historia esta interesante, los personajes son acordes… pero como que me quede esperando un giro más, un giro final, como que algo tenía que pasar de otra manera para que termine de convencerme el film, algún giro en la historia que termine de coronar una película que tiene fundamentos como para lograr más.

Mientras un matrimonio espera que su anciana vecina fallezca para poder contar con el departamento lindante y así poder ampliar sus ambientes y agrandar el hogar, suceden cosas que cambiarán su percepción de la vida.

Con el humor negro como principal conductor, esta comedia/drama reivindica el sentido del humor yanki.

Las actuaciones son en general excelentes, y el guión sólido y ácido por demás.

Lejos de los convencionalismos de las comedias hollywoodenses, con muchos menos códigos, y con un humor más certero y oscuro, Please Give es una bocanada de aire puro en medio de la pobreza general.

Sin ser inolvidable, el film nos mantiene entretenidos durante su metraje (aunque vaya de mayor a menor) y nos saca varias sonrisas con algo de mala leche.

Nota= 6,5

Ahí que voy yo, ilusionado por la crítica y me siento a ver una de esas películas que se intuyen diferentes... pero no es así.

El film finge una profundidad de la que carece, adolece de humor o de sustancia y el único sentimiento que es capaz de despertar en el espectador es una irrefrenable ansia por abofetear a la malcriada hija de la infeliz pareja, que no sólo muestra una nula sensibilidad por la realidad que le rodea, una falta de educación y respeto hacia sus padres descarada, sino que, además, resulta ser una chiquilla infantil y repelente, encaprichada de unos pantalones vaqueros de 200 dólares, que sus estúpidos padres acaban por comprarle para regocijo de todos los miembros de la familia.

Por favor, si valoráis vuestro tiempo y el de los amantes del cine, no le deis más de un 4 a esta película para daros de intelectuales.

Completado con una planilla de actores que han sido conocidos y reconocidos en diversos filmes, el argumento de esta película está sustentado en fenómenos curiosos de la vida contemporánea. Podría decirse que es como una nueva edición de Belleza Americana: hay que decir que el nuevo Kevin Spacey es el señor Platt, y que su actuación, como viene siendo habitual en muchos filmes, es una grata muestra de naturalidad y perfecta burla de sí mismo.
Catherine Keener, con su singular belleza, obra como mujer llena de bondad, carisma y nobleza en todos sus actos y define el horizonte bajo el cual se sustenta todo lo que ocurre en la película: cierto enredo romántico, el ir y venir de sus vecinas, el melodrama de su hija adolescente y el encuentro con las historias que hay detrás de los muebles viejos.
No es una película sensacional; pero tiene una melodía cinematográfica que, seguramente, te ayudará a ver lo que no ves en tu vecindario.