Peaky Blinders (Serie de TV)

Visualmente asombrosa, su ambientación y banda sonora, así como las admirables interpretaciones de Murphy y Neill, te mantienen preso de la pantalla mientras te conducen de la mano por el tan cuidado hilo argumental.

Sé que criticar a una serie de esta entidad y de su calado social es prácticamente un sacrilegio o una herejía. Se debe reconocer el baluarte que supone socialmente, posicionándose para muchos de forma indiscutible en la olimpo histórico de los mejores productos de este formato audiovisual. También se debe reconocer que es sumamente entretenida y que sobre todo ha marcado un canon estético universal e inconfundible. La iconografía de sus grafismos y la banda sonora también constituyen parte del mito. Además las figuras de Tommy, Arthur, Michael y Poly se han convertido en personajes ilustres de la cultura popular. Pero obviando esto, se debe decir sin tapujos que es una serie que está vertebrada por la inverisimilitud de los hechos narrados, lo que a mi parecer quita credibilidad a la obra, sabiendo que no es una historia de superhéroes sino más bien una recreación de un periodo histórico concreto de entre guerras. Es aquí cuando la divinización inhumana de sus protagonistas quienes son intocables físicamente, incorruptibles moralmente y que habitan en un ecosistema repleto de clichés míticos del cine gansteril, hace que la serie sea en el tiempo que más popular por la sencillez de sus planteamientos y el impacto de su trama, progresivamente menos rigorosa y creíble.

Resulta del todo incomprensible cómo una serie con la caligrafía visual extraordinaria y unas dos primeras temporadas excelsas puede ir naufragando impunemente hacia el precipicio de lo increíble, inverosímil y propio de superhéroe de Marvel como le ocurre a Peaky Blinders. El mismo defecto por el que se está suicidando El Cuento De La Criada es el agujero negro por el que se precipita Peaky Blinders. Ambas han muerto por una indigestión argumental de “El más difícil todavía”, bueno para el circo, pero mortal de necesidad para las series.

Las dos primeras temporadas son una lección magistral de cine de gangsters de época realmente para los anales. El virtuosismo visual avanza cogido de la mano de unos personajes adictivos, unas tramas apabullantes y unas interpretaciones colosales. Pero las siguientes cuatro temporadas que la completan van perdiendo agua por sus mil agujeros que exigen una suspensión de la realidad y un pacto de credibilidad con el espectador realmente intragable.

Sólo mantiene el nivel hasta el último suspiro su virtuosismo visual, que permanece a un nivel estratosférico siempre y en todo momento, pero lo que se cuenta empeora en la temporada 3, desbarra en la 4, no logra remontar en la 5 y se suicida directamente en su prescindible y olvidable temporada 6. Todo porque no hay quién se trague las siete vidas de Thomas o Arthur Shelby, ni las tramas imposibles, ni la inteligencia tan perfecta, ni los antihéroes tan de cartón piedra.

Desde que Grace desaparece de la serie (soberbia Annabelle Wallis, el gran personaje que sostiene la pugna con Thomas Shelby, interpretado magistralmente por Cillian Murphy), todo lo que va ocurriendo después es un desvarío en sesión continua sin descanso ni respiro, una imposibilidad tal que te acaba enervando porque piensas que los guionistas están tomándole el pelo a todo espectador inteligente. Su final, es el colmo de la falta de respeto a la inteligencia del cinéfilo y una concesión a la palomita ciertamente intragable. Ese giro final último, esa pirueta con doble salto mortal presente durante sus últimas temporadas, explica la desilusión que ha supuesto para mí esta muy sobrevalorada serie.

Recien visto el primer capítulo ya puedo decir que tiene mi atención.Una apariencia cuidada,un reparto y argumento muy interesante y una banda sonora con algunos temas fascinantes por su combinación entre la fotografía vintage de la serie y un ritmo que despierta los sentidos. Me ha gustado mucho,esperemos que mantenga el ritmo y se convierta en un pilar de este otoño.

Vi las 5 temporadas emitidas hasta la fecha -no sé cómo aguanté tanto- y lamento disentir con la mayoría de las críticas.
Excelente ambientación, vestuario, maquillaje, cortes de pelo y demás. Muy bien dirigida; buenas (ninguna destacable) actuaciones. Mucho presupuesto.
Pero el guión es una porquería y cuando eso pasa, una película o serie se cae a pedazos. Los problemas, soluciones y personajes aparecen y desaparecen de la nada y hay muchísimas situaciones incoherentes (Me extiendo en zona spoiler).
Más allá de eso, el ritmo es exageradamente lento. Muy aburrida. Ninguna conversación es digna de ser recordada. 1 hora dura cada capítulo para que no expliquen nada y te muestren tipos fumando con diferentes tomas.

Por otro lado, muchos aprecian su banda sonora. A mi parecer, poner un tema de Jack White, al principio me pareció innovador -al estilo Tarantino que pone música que no tiene que ver con lo que pasa- pero al hacerlo en absolutamente todos los capítulos, se pierde la gracia y hasta se vuelve un recurso malo. Hubiera preferido canciones como las del juego "Mafia: the city of lost heaven" pero eso ya es algo más personal.

En fin, una serie no recomendable para nadie salvo para estudiantes de Diseño de indumentaria o fanáticos de Jack White. El 6 al que reconozco como una buena nota es sólo por la producción, dirección, ambientación pero creo que no vale la pena invertir tiempo en ella.