La fiera de mi niña

Ciertamente "La fiera de mi niña" reúne muchas opiniones muy contradictorias entre ellas, hay quien encuentra que es una obra maestra y hay quien la detesta abiertamente. Mi primera impresión, cuando apenas habían pasado unos quince minutos, era mala, tan mala como la peor, porque a menudo por muchos nombre propios que se pongan por delante (el de mayor peso aquí para mí es el de Hawks) el resultado puede llegar a ser lamentable. Los despropósitos que han sucedido en ese inicio me han parecido flojos, y la química entre la Hepburn y el galán de siempre más que dudosa. Sin embargo, no porque haya sido una revelación inmediata, me he dado cuenta de que chispazo tras chispazon han ido sucediendo muchísimas cosas todas del mismo nivel, inverosímiles y estúpidas pero a un ritmo frenético. Pocas veces visto y sobre todo, impensable en el cine actual.

Así que he pasado poco a poco a verla con mejores ojos, no hasta pensar que estaba ante una obra maestra, pero confieso que el entretenimiento ha ido aumentando "in crescendo" y entre leopardos, la cárcel, la tía de la Hepburn y un inacabable ir y venir de todos los personajes hasta me he reído a gusto en algún momento. Sí, lo confieso, lo que para muchos ha sido imposible y a mí así me parecía al principio, ha sucedido en más de una ocasión, no me he descojonado vivo pero lo he pasado bien. De esta manera he pasado de verla con malos ojos a subirla a bastante más del aprobado y, sobre todo, por fin la veo fuera de la lista de recomendaciones. Para mí el enamoramiento de la pareja es muy discutible, pero qué le vamos a hacer, eran imperativos de la época, de hecho, "La fiera de mi niña" tiene mucho más de historia del cine de lo que seguramente me imagino, intuyo que a partir de aquí la comedia evolucionó hasta lo que es en la actualidad con todas las ramificaciones que quedaron atrás.

Un hueso de dinosaurio, un perro peculiar y 2 leopardos son los ingredientes esenciales para esta hilarante comedia de Howard Hawks. Dos grandes actuaciones, de Cary Grant en un papel parecido al que realiza en Arsénico por compasión y que repite aquí de forma magistral, y una incombustible Katherine Hepburn en uno de sus mejores papeles. Curiosa e increíblemente, Hepburn fue apodada después de esta cinta como veneno para la taquilla, tanto por la crítica del momento como del público en general, situación que fue cambiando con la consagración de la actriz. La dirección es inmejorable y marca un ritmo rápido con un argumento que engancha y entretiene, los diálogos son enrevesados e irónicos, marcando una gran narrativa, por lo que sin duda es una comedia digna de ver y un mito del cine clásico, por lo que recomiendo sin lugar a dudas que no falte en su filmografía.

Canturreaban al unísono la pareja Grant-Hepburn, en su mejor comedia. Un modelo perfecto de screwball comedy, con dialogos hilarantes que encadenan a ritmo vertiginoso las escenas del film.
Grant y Hepburn demuestran una química perfecta, con personajes contrapuestos que se complementan a la perfección. Mientras Cary es un despistado y tímido científico, Kate es una excéntrica e inquieta aristócrata. Un hueso de brontosaurio y una particular mascota actuarán como nexo de unión entre dos personajes tan dispares, para regocijo del espectador.
Howard Hawks está de nuevo magnífico en la dirección demostrando que no hay género que se le resista.

Howard Hawks creó en 1938 una de las mejores comedias de toda la historia, el tiempo no ha pasado por ella, al contrario, continua siendo divertida, genial y romántica. La química entre Katharine Hepburn y Cary Grant es insuperable y forman una de las mejores parejas del cine clásico. Imprescindible

No quiero aventurarme a hacer especulaciones acerca de porqué esta cinta con el paso del tiempo se conserva tan bien, pero así es, y yo encantado. Howard Hawks deja su sello en esta brillante comedia que tiene un sentido del ritmo y del humor de lo más mordaz y arrollador.

La película desprende desde el principio de un muy buen ritmo, haciendo una película de lo más dinámica. El humor se encuentra en toda la cinta gracias a unos ingeniosos y muy bien escritos diálogos que desprenden frecura e ingenio. Todo ello lo debemos unir a un muy buen guión, que mete a todos sus personajes en situaciones de lo más alocadas y disparatadas que uno pueda llegar a imaginar. La guinda del pastel nos la ofrece un cuidado reparto encabezado por la grandiosa Katharine Hepburn y el divertido Cary Grant, que ambos logran unas interpretaciones de lo más sólidas y divertidas.

Quisiera no entrar en demasiados detalles con su historia, pues no tiene desperdicio y es mejor que cada uno la vaya saboreando por él mísmo viendo las desventuras del pobre personaje interpretado por Cary Grant. Si algo hay que resaltar de la película es su gran humor, todavía muy agudo a pesar del transcurso de los años y a una Katharine Hepburn divertidísima interpretando a un personaje de lo más alegre e inocente que se gana la simpatía del espectador desde el primer instante en que aparece. No se la pierdan, pues esta pareja de actores nos deparan unos grandes y divertidos momentos en esta cinta de lo más alocada y divertida.