Strella, más que una mujer

Entre a esta película por mero error, pues yo tenía contemplado ver otra película de la muestra de cine internacional. Con cierto recelo me quede al ver que no era la cinta que tenia yo intención de ver, pero valió la pena.

Lejos de criticar el mundo transexual o gay, esta película te permite entender más de cerca su modus vivendus, además de ver desde otro punto de vista todos esos complejos que la mitología griega retrata con sus personajes. Los diálogos son directos sin rebusque y cuando se trata de diálogos entre las amigas transexuales, se tornan tan hilarantes y divertidos.

Viernes 21 de mayo, 7:30 pm, Cinépolis Diana. Una sala llena en su totalidad y que bien podría reiterar una propuesta interesante, sin embargo es una película a la que se podría calificar de excesiva en muchos aspectos, con la intención de sorprender, pero redonda en deducciones y con muy poco trabajo de montaje para impulsarlo.

Disfunción familiar propiciada por alcoholismo, preferencias sexuales y separación, son algunos de los factores que desatan esta tragedia de la modernidad griega. La aflicción de sus personajes se encuentra inmersa en paisajes urbanos y rutinarios, acentuados por la pobreza, la marginación; una mujer por convicción y un hombre que trata de redimirse serán el eje de la trama, envueltos en una serie de situaciones realistas, pero con la falta de convicción para transmitir su estado de ánimo al espectador.

Personajes pintorescos e inevitablemente estereotipados por la sociedad, transexualismo relegado a las labores del sexo-servicio; parlamentes con chistes o frases locales y fáciles; cinta de una duración cuestionable, sin mayor trabajo de edición, que no limite lo innovador de la trama; y encuentros sexuales acercados a lo explicito, serán algo de lo que se puede ver en Strella, Más que una mujer.

Las tragedias en la modernidad griega difícilmente pueden igualar a las de la antigüedad. Para verse solo una vez.