Mateína

Muy buena, sortea con gran astucia las limitaciones presupuestales, generando una comedia absurda de mucha eficacia y sobre todo excelente ritmo. Los guiños a la pasada dictadura en Uruguay y la paradoja (no explicada) de que internet parece haber desaparecido (y los autos son todos de los 80s) le agregan condimentos muy inteligentes que se burlan un poco de ese miedo apocalíptico en el que parecemos estar. Por último, el tema en sí de la prohibición de la yerba mate (y que las autoridades la consuman sin restricciones) genera una eficaz sátira del prohibicionismo y recuerda a la discusión sobre la legalización de la marihuana en Uruguay, además de hacernos pensar si la demonización de las sustancias y su ilegalidad no tiene más que ver con intereses políticos de control que con problemas morales o santitarios. Recomendable película.