Diamantino

De la sátira a la sociedad, a los gobiernos, a los cuentos y roles interiorizados, a los medios, a la familia, al espectáculo, sólo nos salva Diamantino con su inocente ternura.

La crítica nos avergüenza por lo evidente, quedando algo difusa por todos los temas que toca el film aunque sea superficialmente, o precisamente por ello.

Desconcertantemente encantadora, las dosis de humor funcionan al no buscar la excelencia, pero, ¿se ríen con nosotros o de nosotros?

Esta película corre el riesgo de caer en el olvido o en convertirse en un enigma que la lleve más adelante al cult movie.

Personalmente me ha seducido por lo sorprendente, atrevida y descarriada en algunos momentos.

No deja de tener su coña ver en una película a un claro sosias de alguien tan popular y ultramediático como el futbolista portugués Cristiano Ronaldo, cuyo físico, aspecto, actitud y otras similitudes, coinciden de manera mucho más que evidente con las del personaje protagonista de esta tan curiosa como fallida película portuguesa, que se puede ver este mes en el Atlántida Film Fest.

Y el caso es que la cosa es original en su tratamiento, y tiene algunas sorpresas visuales en las ensoñaciones del exitoso futbolista prota, además de tener cierta gracia al principio; pero esto se agota pronto al reiterarse situaciones y caer en un humor chorras que estropea en gran parte la buena intención satírica de su premisa argumental.

Busca la pureza a través de, solo una aparente extrañeza y distorsión de la forma. Pero busca lo mismo que las grandes obras basadas en historias de amor. Es cierto que puede funcionar como sátira de ciertos personajes famosos, pero eso tan solo es el parche, la excusa para contar otra historia. Una oda a la bondad y a la nobleza que, como defecto puede cargar por pretender ser, en todo momento, original y diferente. Pero nunca en el contenido.

Diamantino (Carloto Cotta), es el mejor futbolista del mundo, es un tipo atractivo y bastante ingenuo, vive con su papá a quien admira y quien administra su carrera, y junto a sus dos hermanas. Pero cuando está jugando el partido más importante de su carrera, la final de la copa del mundo comete un fatal error que lo marca para siempre.

Tras sufrir una irreparable pérdida, sus hermanas se hacen cargo de su carrera, pero Diamantino cree haber perdido la magia de su juego, por lo que decide retirarse y para buscar un poco de redención, adoptar a un niño inmigrante.

Es imposible no relacionar a Diamantino con Cristiano Ronaldo, en quien está basado el personaje principal de esta película, por lo menos en cuanto a su apariencia física, pero no así el resto de la historia, que se aleja por completo de la realidad del futbolista portugués. O quien sabe.

La película es una sátira no solo del personaje protagonista, sino que también lo es su mirada del mundo que presenta, en una historia que intenta críticas desde el humor el estado de las cosas en la Europa actual, y lo hace con ingenio y algunas buenas ideas.

Todo se narra a través de la mirada de Diamantino, un futbolista fenómeno y millonario, pero con un coeficiente intelectual correspondiente a un niño, quien tras su fracaso deportivo y un episodio personal irreparable empieza a tomar cierta conciencia de los problemas que padecen los inmigrantes que llegan en balsas a Europa, por lo que decide tomar acciones, pero sus ambiciosas hermanas tienen otros planes.

La película contiene en su historia una acumulación de temáticas que por momentos se perciben en demasía, así pasan por el relato temas como la paternidad, la inmigración, conspiraciones y asuntos científicos y de genética, políticos y demás, que no todos consiguen ser desarrollados de manera correcta pero que aun así y pese a cierto tono en el humor portugués, consigue ser una rareza que vale la pena conocer.

https://tantocine.com/diamantino-de-gabriel-abrantes-y-daniel-schmidt/

Hay que recordar siempre no juzgar un libro por su portada, ni siquiera si la misma está protagonizada por la cabeza flotante de un clon de Cristiano Ronaldo.
Gabriel Abrantes y Daniel Schmidt sorprenden contra todo pronóstico con una de las sátiras más divertidas y desprejuiciadas de 2018. Un extravagante cóctel que da confluencia a los princesos Disney, las conspiraciones bondianas, los perritos voladores y los memes futbolísticos mientras hila con candoroso sentido del humor una improbable alegoría sociopolítica sobre el tiempo que nos ha tocado vivir.
La ridícula originalidad de la propuesta está reñida con su liviandad, y aunque en ciertos aspectos eso puede resultar decepcionante, al final es fácil ceder a su encanto tontorrón.
Funciona, y muy bien, dentro de sus propios -y extraños- términos.