Raiva

El director y guionista portugués Sergio Trefaut nos presenta su segundo largometraje de ficción. También ha dirigido varios documentales. En esta nueva película adapta la novela Seara de Vento , del escritor Manuel Fonseca. La cinta es una mezcla entre western y cine negro que no dejará indiferente a ningún espectador. La película tuvo su estreno internacional en el Festival de cine de Moscú. En los premios Shopia (los Goya de Portugal) obtuvo hasta seis galardones. Ahora la podemos disfrutar dentro de la sección Memoria Histórica del Atlàntida Film Festival.

Desde la escena inicial hasta el final no podrás ni pestañear un solo momento, la película empieza con una gran tragedia, Antonio, padre de familia sale de su casa con una escopeta en mano, su objetivo es acabar con la vida del terrateniente del pueblo y la de su hijo. Una vez perpetrado el crimen vuelve a casa y allí será detenido por las autoridades. A partir de ese momento volvemos al principio de todo para ver los motivos que han llevado a cometer semejante crimen.

La película se desarrolla a finales de los años 50, en algún lugar de Alentejo, muy próximo a la frontera con España. Trefaut nos refleja de una manera sublime el día a día de esta familia completamente pobre, que no tiene ni siquiera para un poco de pan. Por otro lado tenemos a los poderosos y ricos que maltratan con su indiferencia al resto de habitantes. La desesperación y la impotencia son la base fundamental de la historia.

Magníficamente rodada y con un blanco y negro que corta la respiración. La base fundamental de que todo funcione tan bien es gracias a la dirección artística, al montaje y a su estilo narrativo. Se nota mucho también que el propio director ha trabajado bastante como documentalista. La fotografía también es exquisita.

Dentro del reparto destacan las actuaciones de Leonor Silveira (actriz fetiche de Manoel de Oliveira) y de Isabel Ruth (una de las actrices habituales de Rocha). Destaca también la breve aparición de Sergi López. Estupenda película que todo buen espectador al cine debería ver. Tengo que reconocer que en muchas de las escenas vistas me recordaba mucho a la maravillosa “Los Santos Inocentes”.

Lo mejor: El montaje, la estructura narrativa y su fotografía
Lo peor: Que pase desapercibida y no la vea casi nadie

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