The Dog

The Dog es una película documental basada fundamentalmente en las entrevistas y en el seguimiento durante años a un tipo de apariencia convencional. A priori, no parece diferenciarse mucho de cualquier testimonio del programa de Juan y Medio, espacio que, dicho sea de paso, me parece muy interesante porque asomándonos a las biografías del ciudadano de a pie, de aquel que no tiene miles de seguidores en twitter, del que nunca visitará la ostentosa casa de Bertín Osborne a presumir de batallitas, nos percatamos de lo excepcional que es la vida de cada uno de nosotros.

Pero en The Dog, al poco tiempo de introducirnos en el relato, nos damos cuenta de que este hombre de imagen vulgar es realmente excepcional. Un personaje con una existencia compleja y desordenada, consecuencia de llevar al extremo una máxima que convierte su vida en una montaña rusa sin asidero en el vagón: Vivir en todo momento según sus impulsos. Actuar movido por el corazón, apartando totalmente de sus decisiones lo que le pueda aconsejar su raciocinio más primario.

Una forma de entender la vida que lo lleva no sólo a convertirse en un peligroso delincuente, sino que lo encamina a una espiral de locura que le hace creerse un héroe esperando nuestro halago. Desorientado y perdido, como perro sin cabeza.