Converso

La pantalla en negro y un texto que aparece en ella con el interrogante: “¿Padre?” mientras suena de fondo el tono de una llamada telefónica. La respuesta: La persona con la que intenta hablar no está disponible o está fuera de cobertura, por favor inténtelo más tarde. Aparece una enorme imagen de Dios dibujada en la cúpula de una Iglesia.

Así arranca este inteligente documental de David Arratibel, que tiene ya un doble juego en su título: Converso, tanto del verbo conversar como de la conversión a otra creencia religiosa. El director se encontró años atrás ante una situación bastante peculiar en nuestros tiempos: en un corto espacio de tiempo, los miembros de su núcleo familiar se convirtieron al catolicismo uno tras otro. Ello le llevó a sentirse desplazado de sus hermanas y madre, y a tener un conflicto familiar siempre que surgía el tema que no deseaba tener. Él, agnóstico, no podía entender qué podía haber llevado a sus seres queridos a realizar esta conversión. Su forma de canalizar este conflicto fue este proyecto cinematográfico, que seguro que le sirvió a él de terapia personal: se sentó en una silla y convirtió el confesionario de sus familiares en el suyo propio, en una atmósfera íntima y personal, reconstruyendo los sucesos y reviviendo anécdotas ante las cámaras, logrando así capturar una gran espontaneidad en las conversaciones.

El film parte con la premisa de un gran interrogante cinematográfico: Si el Espíritu Santo entra en nuestra casa, ¿es posible hacer una película sobre él?. No obstante, el mismo director admitió haber fracasado en la contienda, y sigue sin comprender qué puede llevar a alguien a convertirse al catolicismo. Pero el resultado del documental es fabuloso, y trata con gran sensibilidad el cariño, las ausencias, las distancias, el vacío… sin perder en ningún momento el sentido del humor, siempre presente. Y durante el visionado del mismo, es complicado que a uno no le venga a la mente la familia Panero, retratada en el magnífico documental de El Desencanto, de Jaime Chávarri; de hecho, la misma hermana lo termina mencionando al percatarse de la situación.

Resulta lindo que al final, el elemento que sirve para reunir de nuevo a la familia, sea el paso de David Arratibel a animarse a cantar junto a toda su familia una especie de canto gregoriano. La música no entiende de diferencias. Como dijo Julio Cortázar: “Música, melancólico alimento para los que vivimos de amor”.

"Algunos instrumentos como las trompetas incitan al valor. Otros, como la flauta, a la dulzura. Y hay otros, como el órgano, que arrebatan el alma a lo celestial."
-Aristóteles

David Arratibel nos presenta su segundo documental. Ya nos sorprendió haces unos años con su primer trabajo “Oírse” donde nos contaba la historia de aquellas personas que escuchan constantemente voces en su cabeza. El trabajo que ha realizado esta ocasión “Converso” ha sido presentado en el Festival de cine de Málaga donde ha obtenido el premio al mejor director en la sección de documentales.

Aunque últimamente no esté muy de moda y nos hayamos olvidado de ello, el catolicismo sigue siendo una religión y una forma de pensar que se vive muy a fondo, y no solo por parte de la gente ultraconservadora.

En esta ocasión el director, cámara en mano nos ha querido mostrar, preguntado y hablando con sus familiares por qué uno tras otro se han ido convirtiendo al catolicismo. Él, que en un principio no compartía, ni entendía esos comportamientos va poco a poco entrando y entendiendo los que sienten sus seres queridos.
Pero lo más gratificante es ve como al final, la familiar permanece unida y entendemos que no solo se nos está hablando de religión, sino de ese amor que está por encima de cualquier otra cosa.

Todos los personajes que aparecen en el documental son parte de la familia del director, sus dos hermanas, su madre, su cuñado y sus sobrinos

Lo mejor: Los motivos que nos cuentan los protagonistas para amar la religión.
Lo peor: Que no quiera ser vista por otros pensamientos o personas de otras religiones.

Hacía tiempo que no me gustaba tanto una peli... Gente normal a la que le ha pasado algo excepcional, como tantas otras historias de cine. Totalmente creíble, porque es un documental, no son actores, cuentan lo que les ha pasado de verdad. La peli cuenta la historia como ya quisieran contar otras historias otras películas. La música, buenísima. Se me hizo cortísima, me atrapó, me hizo pasar un rato estupendo. La recomiendo y creo que la voy a volver a ver, porque seguro que descubro cosas que pasé por alto, a pesar de que captó totalmente mi atención y no me distraje ni un momento

Esta pelicula la fui a ver un miercoles, vispera de festivo, en un cine en el centro de Madrid... pues bien estaba yo sola en la sala.... De hecho, crei que me habia equivocado y de hecho un poco si me equivoque porque crei que era una pelicula y no un documental, y aqui mi decalago de lo que me ha parecido la peli:
1. La pelicula solo dura una hora, yo hubiera querido mas, que me contaran mas del padre.
2. Era miercoles, dia del espectador, asi que por ahi bien
3. La hermana del director me emociono cada vez que salia
4. El director tiene una voz de Padre Todopoderoso, la habra heredado del padre ausente?
5. Me gustaria que esa voz me hablara
6. Creo que a ellos tambien les gustaria volver a oir la voz del padre
7. El marido de la mujer que me emociona tiene la cabeza muy bien amueblada, podria escucharle durante horas
8. Cuando una persona es autentica es rara y en esta pelicula hay muchos raros y todos me interesan
9. La hermana pequeña es deliciosa
10. La conclusion del director parece clara, encuentran en Dios un sustituo del padre ausente

Recomiendo totalmente esta pelicula, sali queriendo ver mas documentales.

El documental se centra en la conversión o, -en algún caso, reconversión- de unos miembros de una familia navarra -la del director y de otra persona externa-, al catolicismo, partiendo de muy diferentes visiones previas sobre el hecho religioso.
Encantadora la benjamína de la familia.
El director parte como persona agnóstica a la que inicialmente esta situación no agradaba en exceso, pero que ha tenido la valentía y amplitud de miras para exponernos esas vivencias de forma respetuosa. En mi caso, como creyente heterodoxo no vinculado a la iglesia católica ni necesariamente al cristianismo en general, ha supuesto una agradable e interesante aproximación a la experiencia vital de estas personas.