The Blockhouse

Extraña película que parte de una situación muy teatral, y sin embargo renuncia por completo a cualquier tratamiento dramático de los hechos. No esperen, por tanto, abundantes diálogos ni largos parlamentos ni conflictos existenciales ni enfrentamientos dialécticos ni cosas así, porque no hay. Pero tampoco espectáculo, más allá del bombardeo inicial bastante bien resuelto. La cosa va por otro lado, por el camino de la cruz: estamos ante una crónica realista, sobria y profundamente deprimente (nunca mejor dicho) de una experiencia extrema, donde los actores se comprometen hasta las barbas, y Peter Sellers y Charles Aznavour carecen de momentos estelares. Es cierto que el guion les da poco más que la comida almacenada para hincar el diente y que el film en lugar de avanzar parece hundirse, pero también es verdad que se va impregnando de una gravedad no del todo desdeñable. Tendrían que verla, principalmente, los que osaron llamar duro a nuestro confinamiento.