La escalera de caracol

Estamos, con este film del poco inspirado realizador Peter Collinson, ante un muy desafortunado e innecesario remake de la memorable obra del gran director Robert Siodmak del mismo título, "La escalera de caracol" (“The Spiral Staircase”, 1945), basado en la novela “Some Must Watch”, de la escritora británica Ethel Lina White. Incluso resulta inferior a la posterior versión televisiva, con idéntico título, del año 2000, dirigida, con pulso más firme, por James Head.

Con esta película de 1975, del citado Peter Collinson, nos introducimos en un supuesto thriller psicológico y de terror donde, increíblemente, nada sucede; en el que la acción está detenida y los personajes tan difuminados que pasan sin pena ni gloria para el espectador. Así como los intérpretes, nefastos --o mal dirigidos-- en esta ocasión y además extraviados en una trama que más parece una serie de postales de interiores que una narración cinematográfica.

El guion es solo un mero esbozo; el ritmo interno del film ilusorio; la inquietud, el suspense, la intriga y la sensación de claustrofobia, de opresión de índole física y mental, aspectos primordiales en el género en el que se inscribe la cinta (aunque ya se conozca la historia), quedan en el más vívido abandono. Solo el absoluto tedio ante secuencias de contenidos reiterativos, y con una inconsistente factura técnica, nos marca su visión. Y con una escena, a modo de conclusión, para estudio psiquiátrico. Nunca mejor dicho.

En fin; todo es inútil en esta obra que, muchas veces, da la sensación de ser más una caricaturesca parodia del ilustre original de Robert Siodmak que un intento de versión actualizada a la época –años setenta del siglo XX– en la que fue rodada. Una pena.

Pasable thriller para aficionados de los enredos tipo quién-es-el-asesino poco exigentes.
La película tiene todos los ingredientes para ser una buena cinta de misterio: mansión con escalera de caracol, protagonista vulnerable (Jacqueline Bisset), asesinatos sin resolver, policías incompetentes, un puñado de sospechosos y una buena tormenta nocturna. Aún así, no logra mantener la tensión por lo previsible del drama y la mediocridad del conjunto. Christopher Plummer merecía algo mejor.