El barbero del presidente

Al comienzo se cuenta como sus padres se conocieron hasta el día de su nacimiento. Su padre (Song Kang-ho) regenta una sencilla barbería en una pequeña ciudad, un hombre familiar, inocente y sencillo que cree en su trabajo por encima de todo.

Un día luego de capturar a un supuesto espía norcoreano en el techo de su casa, es invitado a Cheong Wa Dae, y recibe una placa por heroísmo de parte del Presidente Park Chung-hee. Entonces, su vida cambia al aceptar una oferta para convertirse en el peluquero del Presidente

Luego el dictador Park declara que los espías norcoreanos han estado en las cercanías de Seúl y que todos tienen problemas gastrointestinales infecciosos, por tanto, se pone en marcha un sistema de rastreo de contactos.
Cualquiera que muestre signos de diarrea debe haber estado en contacto con ellos y probablemente sea un colaborador.
Entonces, cuando el hijo pequeño del barbero se queja de un malestar estomacal al alcance del oído de un alto funcionario del gobierno, es torturado hasta quedar paralizado.

Hay escenas largas en las que Song socava la solemnidad de un funeral al esforzarse por hacer caca. El hijo es torturado con electricidad y rápidamente conectado a luces de colores para que el torturador pueda bailar como Elvis Presley.
Hay secuencias de sueños con horripilantes asesinatos.

Pero en el centro de todo está el lento desgaste de Song. Comienza la película como un ingenuo amable pero, a medida que el régimen de Park avanza, gradualmente se vuelve cada vez más sombrío. Está atado a un régimen que ha destrozado a su familia, y el conocimiento de esto amenaza con destruir todo su sentido de sí mismo.

Es solo al final, después de la muerte de Park, que recupera una apariencia de su antigua personalidad. Su hijo comienza a recuperarse. Está expulsado de la casa presidencial después de hacer una broma sobre la calvicie del sucesor de Park. El "final feliz" de esta película es un secuestro y una paliza.