El caso Sancho: Episodio cero (TV)

Bueno, comencemos: imaginen que uno de sus retoños mata a alguien y luego lo descuartiza. Prosigan con esta pesadilla y visualicen a su hijo ocultando el cadáver y siendo capturado al poco por la policía del país en el que se ha cometido el crimen, en el que, por cierto, existen dos posibles sentencias para esta salvajada: pena de muerte o cadena perpetua en un presidio lleno de bestias humanas en el que lo mejor que se puede esperar es que el joven sea violado y apalizado casi a diario durante un número indeterminado de años mientras aguarda la remota esperanza de que algún día sea extraditado a su país natal, donde será considerado como el monstruo sin alma que es durante el resto de su vida.

Ahora imaginen que ustedes, en lugar de pensar que esto es la pesadilla más horrible imaginable, lo consideran un reto vital y afirman majaradas como que «hay cosas mucho, mucho peores», que compadecen a las personas que nunca han vivido momentos tan terribles como este porque nunca conocerán su verdadero potencial, o que llevan toda su vida preparándose para un momento como este. Después, justifiquen el hecho de trocear a otro ser humano como una opción perfectamente plausible en un instante de ofuscación atribuible a la inmadurez propia de un «muchacho» de casi 30 años, y equipare al descuartizado con el descuartizador afirmando que ambos son igualmente víctimas.

A continuación, despierten y comprueben, aliviados, que ustedes no son el sociópata pirado de Rodolfo Sancho ni su hijo es el psicópata descuartizador de Daniel. Vuelvan con sus vidas y traten de olvidar que esto no ha sido solo un sueño, que, lamentablemente, esta pareja de tarados existe. Fin del ejercicio.

Ah, ¿el documental? Pues va de un enajenado hablando con total frialdad (bueno, a veces se le escapa la risa) de las atrocidades cometidas por otro enajenado que, casualmente, resulta ser su hijo. No pierdan el tiempo.

Desarrollada en un ambiente casi marciano, Rodolfo Sancho ahora otorga una entrevista presuntamente cobrada de la que no se espera otra cosa que la de defender a su hijo con todo el derecho del mundo claro. Obviamente es lo que tiene que hacer un buen padre respecto a sus hijos, defenderlos a capa y espada a pesar de que todo indique presuntamente lo contrario. Sacar a colación a Séneca, no me parece de lo más acertado puesto que para sacar uno mismo su potencial, no es necesario que te sucedan cosas así en la vida de malas, simplemente es cuestión de proponerte hacerlo y trabajarlo mucho. Se alivia con una serie de pensamientos de terapia cognitiva conductual que le hacen claramente evitar la tristeza, la depresión, la ansiedad, la fatalidad de los hechos y poder levantarse cada mañana con ganas de luchar. Está bien, es una manera de no hundirte y es comprensible porque es un marrón enorme lo que tiene.
La altiveza que algunas veces muestra sin rubor, es lo que mucha gente no termina de comprender y la verdad es que supongo que es una manera también que tiene él de protegerse de todo lo que se dice, no debe ser fácil estar en su piel. Además supongo que él piensa que hay gente que presuntamente está disfrutando con su mal ajeno, porque gente así la hay sin duda. Además que cobre no me parece mal, las televisiones y los medios de comunicación llevan llenando su parrilla con este tema, horas y horas para el presunto disfrute del público en general.
Parece que la parte de la víctima también tendrán su capítulo en la serie lo que hará que se tenga la opinión de ambas partes pero vamos no recomiendo esta serie para nada. No gasten el dinero en verla, no vale la pena

El principal atractivo de este documental es el morbo, claro está. Vamos a ver a un padre responder a la pregunta de por qué a tu hijo se le ha ido la puta cabeza y ha descuartizado a un tipo. Pero no nos engañemos, el documental en sí mismo no creo que trate de “blanquear” a Rodolfo ni a Daniel Sancho, sino ver hasta dónde puede llegar la negación del ser humano de decir “mi hijo no hace esas cosas”, o, si tu hijo si las hace, decir que “hay cosas peores, la gente no sabe de qué va el mundo”
Lo de Carlos Quilez sí que es de traca y supongo que todos los periodistas de España le odiarán.

No miro la tele, con lo que de este asunto solo veía que los algoritmos de internet me sacaban de vez en cuando algo al respecto, no había leído su contenido. Sí había llegado a leer algo así de un asesinato como lo hacen los sicópatas, todo lo truculento que se pueda uno imaginar en un país donde mejor no meterse en líos.
Miro el episodio cero de la serie, la verdad que me sale constantemente en pantalla y nunca me da por mirarlo, pero ya, presa del tedio, lo miro, al fin y al cabo es una historia real con lo que algo de realidad tendrá lo que se pueda decir y hasta donde se pueda decir por muchas razones.
Mientras veo el episodio en cuestión básicamente te ponen algo en antecedentes y ofrecen una especie de entrevista al padre del homicida (o presunto me da igual) donde hace reflexiones sobre lo que le toca vivir.
Creo que soy bastante ingenuo, con lo que lo que voy pensando mientras escucho al actor puede que sean muestras de falta de inteligencia (emocional sobre todo) por mi parte.
La verdad que veo un tipo apuesto y duro, similar a como entiendo o veo que es un amigo mío.
Imágenes de esos cráteres marcianos que la verdad impactan, como dos grandes ojos que observan. Es un buen punto del episodio.
El tipo duro se comporta como tal, en sí no veo nada malo en ello, ya me gustaría tomarme los problemas como él se las toma.
Sí que hace algunos comentarios llamativos, como eso de que hay cosas mucho peores, me quedo pensando en ello, seguro que tiene sentido lo que dice, pero no lo acabo de ver y me gustaría tener una aclaración que no llega. Supongo lo dice desde su perspectiva, no la del hijo o la de su víctima, pero ya digo que eso no lo dirá porque sí, he de pensar en ello simplemente, puede que hayan cosas peores sí, me lo creo.
También lo del momento de perder la consciencia tras cometer el homicidio (accidental o no) llama la atención, que eso dicen los sicólogos, yo imagino más a un sicópata la verdad, pero no entiendo de eso.
O eso de que no tenemos ni p idea de lo que va la vida es interesante también, otra vez me quedo a medias y me hace reflexionar algo.
El momento que sale riendo y jugando con su hijo en la playa pienso que es muy esclarecedor, se le ve buen padre y con buena relación con su hijo, asunto donde los paparazzi intentan hurgar pero donde me temo que no hay nada malo aparentemente que sacar.
Total, que como está basado en hechos reales y entrevistan a personas reales me parece interesante y perturbador.
Luego leo que el padre hace la entrevista por dinero.
Algo aparece la familia de la víctima, pero eso para mí tiene menos interés porque bastante tienen, desde ese punto de vista no me interesa ver la continuación.
Quizás los entresijos legales o algún detalle que desconozco pueda tener interés pero no me compensa estar pendiente pues me parece que perderé el tiempo, lo más interesante ya lo he visto.