Slow West

Es siempre interesante ver un género modificado, por lo menos cuando está hecho con la combinación adecuada de respeto y locura como en "Slow West."

Es un western, como el título sugiere, pero es un western extraño. El primer largometraje de John Maclean como escritor y director está hecho en los sitios adecuados, incluido el rodaje, dónde Nueva Zelanda representa el oeste de Estados Unidos, pero sólo en cierto modo.

Jay Cavendish (Kodi Smit-McPhee) aterriza ahí, un muchacho de 16 años, que está muy lejos de su casa en las montañas escocesas. Está buscando a su enamorada, Rose (Caren Pistorius). Ella y su padre han construido una casa en Colorado, pero lo que Jay no se da cuenta es que Rose y su padre tienen una recompensa por su cabeza.

Todo el mundo lo sabe, incluído Silas (Michael Fassbender), un cazador de recompensas experimentado que saca de apuros a Jay, averigua hacia dónde se dirige y le informa que él, Silas, será su guía y le pagará por su labor.
descubre dónde se dirige y le informa que, Silas, ahora será la guía de Jay y que recibirá un sueldo por su labor.

Y se van. Y obviamente, encontrarán obstáculos en el camino.

El entorno es precioso - toda la película es. El ojo de Maclean es estelar, en términos de encuadre y composición, así como la selección que hace de ellos. Estamos acostumbrados a tierra quemada y gargantas resecas en películas del Oeste. Este paisaje ofrece diferentes peligros, y su propia majestuosidad.

En el fondo, es la historia de Jay y Silas y su inevitable vinculación. Por supuesto, Silas quiere el dinero,pero no descarta la amistad.

Fassbender se come la pantalla allá dónde aparece y en esta nuevamente está impresionante. Sabe cómo encarnar el estilo de Steve McQueen y Clint Eastwood, y se adapta comodamente en el género.

Aunque "Slow West" deja unos pocos puntos de la trama abierta, eso no hace sino añadir multitud encantos al film.

¡Qué película extraña!

Es un western desde una visión europea que te descoloca porque los paisajes luminosos (rodada en Nueva Zelanda) no condicen con las agrestes tierras de Colorado (por lo menos con los clisés hollywoodenses a que estamos acostumbrados) y los interiores son limpitos como quirófano sin el desorden, la mugre y el polvo habituales en el viejo oeste (o al menos el que nos han impuesto), y hasta las carretas carecen del toldo-lona característico, entre otras curiosidades.

Sin embargo, esta historia de inmigrantes miserables, caza-recompensas despiadados y enamorado en búsqueda del amor perdido, tiene su encanto por los diálogos simples (a veces hasta poéticos), por la extraordinaria composición de Michael Fassbender y por un remate digno del mejor Quentin Tarantino a quien parece que se le homenajea. En cuanto a la asepsia de los decorados cito a un distinguido bloguero (Tato) de SomosMovie: "Respecto a las escenas de interiores (especialmente las del flash back cuando el muchacho recuerda su historia con la mujer) con madera muy lustrada e impecable me da la sensación de que es un recurso expresivo para contrastar la felicidad pasada con el oscuro presente".

Reconozco que posiblemente no tenga una aceptación masiva (ya los consabidos "aburrida" sin tener un poco de paciencia para intentar meterse sin prejuicios en la trama son cada vez más asiduos), pero a mí me gustó y me atrevo a sugerirle a aquellos que quieran ver algo fuera de lo habitual a que paguen una entrada al cine, vale la pena..

Un aplauso a John Maclean, por el descaro de elegir un western para su debut, una apuesta arriesgada hoy en día, pues sus mejores tiempos los vivió con John ford, John Wayne, Gary Cooper, Kirk Douglass, Randolph Scott, Gregory Peck y Errol Flynn, para posteriormente reinventarse con Segio Leone, Clint Eastwodd y morir dignamente con "Bailando con lobos" y "Sin perdón".
Este Western no es una clásico a lo Ford, ni un Spagueti a lo Leone, es un western cocinado al siglo XXI, que te lleva a una atmósfera parca, sombría y aventurera, pues no le falta de nada, como son los grandes paseos a caballo por paisajes y praderas fotográficos, en donde unos tipos solitarios, desconfiados y duros se van cruzando por ella, sin ley, contando buenas historias, pegando buenos tragos, pasando noches al raso y bebiendo cafés de buena mañana para coger fuerzas, ensillar los caballos y empezar una nueva jornada, pues esto es el Oeste y cada día es una nueva aventura. La película por ello, no carece de sus dosis de violencia, humor negro y un crudo final que no dejara a nadie indiferente.
Entre los actores destacan Michael Bassfender y Ben Mendelsohn quien desempeña un papel malcarado al estilo de los spaghetti en donde se presenta con un look al mas puro estilo Robert Redford.
Finalmente desde que mi diosa la India, me dijo que viera "Frank", Michael Fassbender, entro en mi elenco de actores polifacéticos, que hacen papeles de todos los colores y son tan versátiles como un bajo Jazz bass, de ahí que este actor, sea conocido en el mundo de la música como Michael BassFender. Bassfender please cantemos "I love you all".

Rodado en Nueva Zelanda, nos traslada al viejo Colorado, en el siglo XIX, lugar en el que el joven adolescente Jay Cavendish -Kodi Smit-McPhee- procedente de Escocia busca a su amada Rose -Caren Pistorius-. En el camino, se encontrará con Silas -Michael Fassbender- un misterioso viajero que le ayudará, a cambio de una compensación económica, a sortear los peligros de la aventura entre los cuales se encuentra una peligrosa banda liderada por el enigmático Payne -Ben Mendelsohn.

La película combina la acción en tiempo real, es decir, la búsqueda de Rose por parte de los dos viajeros, con flashbacks en forma de sueños que el protagonista experimenta y que sirven para contar la relación que mantuvo con la joven en el viejo continente, antes de partir hacia la tierra prometida. De esta manera la narración es muy fluida y junto a las escenas de acción hace que el ritmo sea bastante ágil hasta llegar al vigoroso final de la cinta.
El reparto por su parte esta perfecto, en especial Fassbender que en este 2015 tiene pendiente de estreno dos títulos que le pueden reportar grandes beneficios y reconocimiento de crítica y público: Steve Jobs (Danny Boyle) y Macbeth (Justin Kurzel). Kodi Smit-McPhee, a pesar de su juventud (nació en 1996 y debutó a la edad de 10 años) demuestra que tiene un futuro bastante prometedor, mientras que Ben Mendelsohn se está convirtiendo en esos secundarios expertos en robar escenas a los primeros espadas de los repartos en los que aparece.

A todo ello se suma una notable labor en la fotografía y el montaje que hace de Slow West un título más que recomendable para recuperar un género olvidado en el cine actual y que pone en escena a un director a tener en cuenta en el futuro.

Más sobre esta y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com.es

“Slow West”, es la obra primogénita de John Maclean; director escocés, cuya mayor participación en el cine, hasta ese momento, se había reducido a bandas sonoras de películas independientes.

Mclean, en una cinta de apenas una hora con veintitrés minutos, logra comprometer distintos elementos cinematográficos que hacen olvidar al espectador que es un primerizo: Con exquisitas tomas panorámicas, cada escena que se expone en la cita se convierte en una perfecta postal, con guiños claros a las highlands de su natal Escocia.

Todos sabemos de las inmensas capacidades actorales de Michael Fassbender. Es un hecho que es uno de los grandes actores que nos dará el siglo XXI y, esta vez, como era de esperar, no defrauda. Silas Selleck, representa al prototipo de forajido que tanto se amaba en el género western. Un hombre sin moral que, al mismo tiempo, por fuerza de costumbre y compañía, termina cediendo a la historia, transformándose en un anti-héroe que, al mismo tiempo, será héroe de muchos.

Kodi Smit-McPhee, con una vasta carrera a pesar de sus 18 años de edad, ha demostrado con el paso del tiempo que encabeza a la nueva generación de actores talentosos y que, al mismo tiempo, están intentando alejarse de las garras de Hollywood, enfocándose en el cine independiente. Jay Cavendish, el joven aristócrata y poeta escocés, que viaja en busca de un amor perdido, resulta un elemento importante de humor negro e inocencia que, finalmente, termina guiando la película, y a los personajes, a una seguidilla de situaciones que mantienen al espectador en la punta del asiento en todo momento.

A pesar de la simpleza, el guion resulta maravilloso y profundo: cada diálogo se transforma en esa preciada “escena favorita” que tanto buscamos. En base a conversaciones inteligentes, la película comienza a tener una clara orientación crítica a la sociedad estadounidense de fines del siglo XIX. Todo esto, mediante la relación que se establece entre cazarecompensas, inmigrantes e indígenas norteamericanos: un estallido de ese humor “inapropiado” que en muchas ocasiones de acerca a lo que hacen Quentin Tarantino y Wes Anderson.

La banda sonora resulta un factor importante para armonizar y resaltar la teatralidad de la cinta, al tiempo que traslada en el tiempo al espectador. Genera constantemente un ambiente de compañerismo y tensa alegría que hace entender que, a pesar de la tranquilidad del momento, en cualquier minuto la historia puede tomar un giro inesperado.

En conclusión, es una película que no se puede dejar pasar. Independiente de si se gusta, o no, del género del western, la película va más allá. Cuando tomas el guion de una cinta y lo puedes adaptar a cualquier época, espacio y tiempo, es porque hay algo poderoso en él, y este tiene poder por sí sólo.


Respecto al “mensaje de la película” (spoiler).