¡Qué día tengo!

Nos encontramos ante una de esas comedias que realizó Lewis tras su éxito de crítica en "Boeing, Boeing", y que le llevaron a dejar a un lado su personaje de jovencito alocado para relizar personajes más maduros. La película no es mala, pero si estás acostumbrado a su otro estilo de comedia te sientes un poco decepcionado, y te da la sensación de que cualquier otro actor (preferiblemente galán) la podría haber realizado, ya que no es una comedia de personajes, sino más bien de situación, y dónde el propio Tony Curtis por poner ejemplo podría haber hecho también un buen trabajo. También es a tener en cuenta la divertida actuación del inglés Terry-Thomas, que ameniza la trama, y consigue ser un agradable compañero de aventuras para Lewis.