Intruders

Acabo de venir del cine y salgo con dos sensaciones; que me ha gustado bastante y que esta peli no va a funcionar bien.

¿El motivo del fracaso? Bueno, se puede resumir en el comentario que hacía una chica a sus amigos cuando entraban en la sala “Esta peli es como Candyman pero da más miedo…”.
Pues no, no es como Candyman. Si vas buscando una peli SSF (sangre, sustos y fantamas), esta no es tu película y si ya la has visto, habrás salido decepcionado.

La peli habla de los miedos (infantiles) pero no es una peli de miedo “al uso”. Te mantiene en tensión, pero no te va a asustar. Esta catalogada como “Terror” pero es más bien un Thriller.
Y es que ese es el problema. La promo del film vende algo que el espectador espera ver y no encuentra. Es una buena película, pero supongo que los productores prefirieron el gancho de “mucho canguelo” por ser más comercial.

Por lo demás, las actuaciones son bastantes decentes teniendo en cuenta lo complicado que es trabajar con niños, la música acompaña a crear atmósfera y el ritmo de la película peca de lentitud en algunos momentos.

Buena peli si no esperas ver “Candyman” jeje
Gracias por tu voto intruder ;-)

"Intruders" de Juan Carlos Fresnadillo ha sido la película encargada de dar el pistoletazo de salida a la 59ª edición del Festival de San Sebastián. Un honor que se antojaba extraño y que tras ver el film se convierte en algo incomprensible. El realizador, una de las promesas del panorama español internacional (su valentía a la hora de afrontar "28 semanas después" así lo ameritaban) se ha ido por las ramas y lo que ofrece en esta ocasión es un cóctel bastante poco afortunado de elementos comunes, clichés del género que van desde cintas como "Hausu" hasta "Regreso del más allá" pasando por "Poltergeist", "El exorcista" e incluso "Urotsukidôji", sin olvidarse de referentes actuales como podrían ser "La huérfana" o un cortometraje que adapte la lista de la compra del Supermercado del Mal de alguna novela de R.L. Stine.

Todo se inicia con una secuencia costumbrista que acaba con un sueño terrible, que nada tiene que envidiar a un videoclip de algún grupo goth. Encapuchados, lluvia, música estridente marcando el ritmo, casi pareciendo que es la música la que construye la secuencia y no la cámara la que captura la acción. Un niño se despierta de tan terrible pesadilla y su madre le tranquiliza "Tranquilo, es sólo una pesadilla". "¿Y si vuelve?" responde él, con voz temblorosa. Su buena madre, ágil de mente, le dice "Cuenta hasta cinco y desaparecerá...". Yo lo hice y no funcionó. Un minuto más tarde aparece Clive Owen y tiene una frase tal que así "Cuéntaselo, no mantengas la intriga". Fresnadillo debió tomarse menos en serio la frase escrita en el guión de Jaime Marqués y Nicolás Casariego porque lo de dar respuestas e ir invalidándolas con giros argumentales está muy visto. Y no funciona. El tramo final de Intruders tiene unos tres giros, una resolución que pliega las dos historias que se desarrollan en paralelo de una forma bastante discutible y su final, aunque potente, no puede evitar ser estúpido.

"Intruders" roza el ridículo en demasiados momentos, alarga el clímax sin necesidad y cuando intenta hacer algo diferente (como potenciar el drama familiar) no le sale bien la jugada. Tener un reparto tan notable, unas ideas válidas y presupuesto considerable parecen no haber sido suficiente para que Fresnadillo saque adelante una buena película. Se le notan las costuras a estos intrusos y al final, los que nos sentimos fuera de la pantalla, verdaderos 'intruders', somos los espectadores. Flojísima, y por tanto fallida. Una pena.

Dos niños de dos países diferentes sufren el acoso de Carahueca todas las noches. Los padres calman a sus hijos de sus pesadillas, pero... ¿Son pesadillas o realmente Carahueca existe? La madre del niño busca ayuda en la religión y los padres de la niña buscan ayuda en la psicología.

La verdad es que a mi Intruders me atrapó desde el primer minuto. El argumento no engaña y si te dejas llevar por la trama pasarás un buen rato. La película habla sobre los miedos infantiles, los traumas, las pesadillas....y todos hemos sido niños y sabemos muy bien como es ese sentimiento de inseguridad y el miedo que da la noche, las sombras... Por eso la película te llega, porque narra muy bien todas esas sensaciones y los actores consiguen plasmar esos miedos.

Lástima que, al igual que el resto de películas de este género, tras una buena exposición del problema falla en las explicaciones finales. Fresnadillo ha decidido dárnoslo todo bien mascado no vaya a ser que nos vayamos sin entender la peli, y ese ha sido el error más grande.

Vaya por delante que considero muy difícil sorprender en un campo tan trillado como es el terror. Las tropecientas películas que han tenido a zombies como el eje central pueden respaldar en cierto modo esta afirmación. Sin embargo, después de haber visto '28 semanas después', cabía esperar bastante más de Fresnadillo, el cual se ha limitado a hacer un copy-paste de todo lo visto desde el nacimiento del género, incluyendo la BSO, los rostros demacrados, el uso de ropa negra, los típicos sustitos que ya no sorprenden a nadie y un sinfín de aspectos que no cito para no sobrecargar el ancho de banda de FA.

El gran mérito que le atribuyo al director es haber elegido para uno de los papeles protagonistas a Ella Purnell, que calca plano a plano todo lo que se espera de una niña-adolescente en un filme de terror. Habrá que seguirla con atención porque tiene pinta de poder convertirse en una buena actriz dentro de unos años. En general, todo el reparto es correcto, aunque podrían haberse ahorrado un par de sueldos*, y debido al doble idioma en que está rodada (ENG-SPA) hay ciertos momentos un tanto confusos** (ambas cosas las pongo en spoiler por si las moscas).

Pero, sin duda, el mayor pero que le encuentro a la película es su resolución (tranquis, aquí no hay spoilers), previsible hasta decir basta. A los 15 minutos ya ves más o menos por donde van los tiros, y pasada la mitad prácticamente te puedes levantar e irte, porque lo que te queda por ver seguramente ya lo hayas adivinado. Pero por si acaso no lo has hecho, Fresnadillo te lo entrega todo mascado en el final, tanto que suena hasta insultante.

Huelga decir que me parece de lujo que el cine español no sea un mejunje de comedias chorra y dramas barriobajeros, y películas que intenten aportar un soplo de aire fresco son bienvenidas (como, en cierta manera, fue Celda 211), pero Intruders no aporta absolutamente nada nuevo al terror en nuestro país. Si quieres pasar miedo, es preferible poner Telecinco un sábado por la noche, porque el "malo" de esta película no asusta ni a un tierno niño.

"Carahueca despertó, porque alguien había dicho su nombre; tras muchos, muchos años, era libre. No era joven ni viejo, ni feo ni guapo; no tenía forma, ni siquiera tenía... cara. Se acordaba de un niño con una cara parecida a la suya; Carahueca tenía que encontrarle".

Dos mundos distintos. Madrid y London. Son familias separadas, aunque conectadas por un mismo elemento: unos intrusos, mitad fantasmas mitad monstruos, que aterran a los niños. Es la premisa a partir de la cual parte este cuento de terror, ciertamente pueril, que nos es servido mediante una impecable factura técnica, y que trata acerca del pánico, bien aquel que sienten los niños ante lo desconocido, bien el que ataca a los adultos frente a lo conocido.

Intruders es una obra notable. La poderosa narrativa nos transporta por los entresijos de la ingeniosa historia ideada por Jaime Marqués y Nicolás Casariego (este, perteneciente a la estirpe literaria de los Casariego). Eso sí, quién acuda al cine en busca del típico terror barato (no tiene porqué ser despectivo), se llevará un buen fiasco. Aquí no se trata de sustos y gritos. Este es un terror pulcro, inteligente y sobrenatural, que le sigue el rastro, aunque todavía de lejos, al maestro de maestros dentro del género, M. Night Shyamalan.

Fresnadillo busca jugar con el espectador. Confundirlo, despistarlo mientras le inquieta, le atrapa y le carcome el sistema nervioso hasta la resolución del misterio. Clive Owen no era preciso para engatusar al espectador, pues de astucia aquí va sobrado el cineasta español, aunque sin duda, un peso pesado como él, nunca está de más en el cartel.

En fin, cinta servida a través de una atmósfera tan cautivadora como inquietante, con un brillante guión (puede que algo cogida con alfileres la resolución), un buen reparto y una narrativa magnética y astuta. No es una obra maestra, pues carece de ese punch especial que otras cintas sí tienen, lo que no quita para que, en su conjunto, 'Intruders' suponga una bocanada de aire fresco para el espectador. Importante que todavía existan cineastas tan prometedores como Fresnadillo.