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¿Qué te juegas?

Comedia Roberto (Rey) y Daniela (Salamanca) son dos hermanos que viven en un mundo de riqueza y glamur gracias a la naviera que heredaron de su padre. Ambos comparten la dirección de la empresa, aunque tienen una actitud totalmente opuesta ante la vida: Daniela es minuciosa y perfeccionista; Roberto, en cambio, es un genio visionario que odia la meticulosidad de su hermana. Sin embargo, ambos encuentran la salida a sus desavenencias cuando se ... [+]
Risas de saldo
Amaia Salamanca es una ejecutiva de éxito que se comporta de manera implacable: solo en los títulos de crédito ya ha despedido a dos personas (¡qué malvada…!). Pero cuidado con su hermano, Javier Rey, un tipo seductor que llega a una cita empresarial en helicóptero y que hace muecas sin cesar. Ambos son millonarísimos y dirigen una macroempresa naviera. Ella quiere cerrar sedes y despedir empleados (¿ya hemos dicho que es pérfida como ella sola?) y él mirar al futuro e innovar. Queda un tercer hermano, militar de alto grado que se sienta tras la gigantesca mesa de su despacho en calzoncillos (¡¡Risas…!!).

La cosa es que, por diferentes azares, Leticia Dolera es contratada por Javier Rey para que seduzca a su hermana. Dolera es una joven de barrio, dicharachera, marisabidilla y monologuista y deberá ser educada por el millonario para dar el pego como dama de alta alcurnia. Pigmalión redivivo.

Así comienza la presunta comedia, que ofrecerá una concatenación de chistes rijosos (acompañados la mayor parte de ellos por estruendosos golpes de música, casi al modo de risas enlatadas que indican dónde hay una gracieta). Están apoyados en unos diálogos de parvulario que, con esfuerzo digno de mejor causa, pelean para hacer sonreír a un espectador que permanece atónito o irritado, según el estado de ánimo, mientras asiste a las peripecias de un supuesto enredo del que se puede predecir cada paso, cada gesto. De cuando en cuando, se ve a Leticia Dolera actuar sobre un escenario con unos escalofriantes monólogos que podría firmar un colegial, dado que no le escandalizarían. Porque, claro, buena parte del humor de “¿Qué te juegas?” está sostenido por un sustrato sexual que cuando quiere ser liviano se queda en pueril y cuando quiere ser obsceno o provocador, en ofensivo.



Inés de León debuta en el largometraje tras haberse dado a conocer con la webserie “Inquilinos” y haber realizado un buen puñado de cortos. Y en su película cede los papeles de algunos personajes secundarios a intérpretes con quienes ya trabajó en “Inquilinos”, como Santiago Segura, o a un desmelenado Brays Efe, a quien dirigió en cortos como “Arreglarse para salir” o “El drama fashion de Paquita Salas”. El trío protagonista tampoco le es desconocido gracias a sus cortometrajes anteriores: a Javier Rey lo dirigió en el “Síndrome del bolso pesado crónico”, a Leticia Dolera en “Efecto Millennial” y a Amaia Salamanca en “Amaia's Little Helpers” y “Uncomfortable silences”, además de contar con estas dos últimas también en “Inquilinos”.

Con diferentes resultados interpretativos, el trío protagonista hace frente a sus personajes (Dolera aporta, al menos su innegable desparpajo actoral), que no son sino marionetas enfrascadas en chistes de bar y visajes continuos que pretenden aportar cierto gracejo a la desmejorada función. Eso no es todo: “¿Qué te juegas?” también tiene una moraleja, la cual se ve venir tan a lo lejos como el humo del ferrocarril en las películas del Oeste. Y nos deja caer el mensaje de que no está bien colocar la ambición profesional por encima de todas las cosas, que el dinero no da la felicidad y que el éxito no lo es todo ¡Acabáramos!

Todo ello se reafirma después de más de 100 minutos de ritmo cojitranco y de desarrollo narrativo anoréxico, cuando uno se queda de piedra con el desenlace, tremebundo, que no hace sino redondear los disparates anteriores: el amor triunfa, la maldad se extirpa y, como decía el gran Manuel Summers… “To er mundo é güeno”.
Escrita por Miguel Ángel Palomo (FilmAffinity)
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