The Boys (Serie de TV)

Lo mejor que se puede decir de "The Boys", que no es poco, es que no es lo que parece. La adaptación del aclamado cómic de Garth Ennis y Darick Robertson prometía en sus avances ofrecer una mirada adulta y oscura al mundo de los superhéroes, poniendo énfasis en la violencia, la sangre y una fotografía de tonos sombríos, apostando su carta al impacto rápido, quizá sin sopesar si más allá de esa carcasa había algo más. Y efectivamente, lo hay. Evan Goldberg y Seth Rogen, que ya adaptaron a Ennis en la notable "Preacher", en colaboración con Eric Kripke (Sobrenatural) han creado una serie tan disfrutable como irresistible, una traslación del material original que no sólo se limite a eso sino que sabe cómo adaptarse a los tiempos que corren para ser completamente relevante.



La premisa de "The Boys" es bastante buena: estamos en un mundo en el que los superhéroes son plenamente aceptados y "Los Siete" son su cara más visible. Vought, la compañía que se encarga de su imagen pública a modo de empresa de representación, sabe cómo gestionar sus acciones heroicas y en qué momento deben dar su próximo movimiento para sacar máximo rendimiento de su imagen. Así pues, estos cuasi-perfectos iconos a nivel global, claramente inspirados en Superman, Aquaman, Wonder Woman, Flash, etc (lo que ayuda a que el espectador rápidamente cree una conexión con ellos) parecen tener vivir una existencia perfecta. Pero todo cambia cuando uno de ellos, en plena misión, pierde el control de su superpoder y mata de forma extremadamente violenta a la novia de Hughie, protagonista de la serie. Es en este punto donde arranca la producción de Amazon.

Cuando lo primero que vemos es cómo un Flash 2.0. aniquila a una chica y la convierte en un charco de sangre y vísceras, en un impactante tiempo bala que remite a la plasticidad y potencia visual de "300" de Zack Snyder, rápidamente podemos llegar a pensar que la serie acaba de establecer sus bases. Pero luego entra en escena Luz estelar, una chica que lleva, junto a su madre, toda la vida esperando su momento para convertirse en superheroina, accediendo a castings, hasta que finalmente es fichada por Vought. Cuando entra allí, descubre que lo que parecía perfecto desde fuera no lo es tanto en el interior. Es a través de ella y de Hughie que el espectador descubre qué hay detrás de la imagen proyectada sobre "Los Siete" y nace, de manos de este último y otros personajes, el nombre del grupo que da título a la serie y cuyo objetivo es claro: matar a 'los súpers'.



Su episodio piloto, dirigido por el siempre eficiente Dan Trachtenberg (su magnífica "Calle Cloverfield 10" siempre es recomendable, en cualquier situación) asienta unas bases y los demás las expanden, subvierten y deconstruyen poco a poco. Es una serie sobre superhéroes, que no de superhéroes. No gira tanto en torno a lo que hacen sino a las repercusiones que tiene sobre ellos el hacerlo. Y sobre el pueblo, y sobre la agencia que les lleva su imagen pública, y sobre Hughie o 'El Carnicero', su gran aliado, interpretado de forma absolutamente arrolladora por Karl Urban.

Lo que me fascina de "The Boys" es que más allá de su imagen de rebeldía, de querer demostrar que no es otra serie más de superhéroes, eso sí siempre sin renunciar al ADN de estas producciones (de hacerlo, no funcionaría igual de bien cuando la subvierte); más allá de todo eso, esconde un corazón que late a mil por hora. Todos los personajes tienen una riqueza, unas capas y una profundidad por encima de la media. Tanto los humanos como, sobre todo, los superhéroes. Aquí no tenemos a un hombre que se esconde tras unas gafas para pretender ser humano. Existe un héroe aparentemente perfecto, cuya debilidad es algo tan básico como encontrar el afecto. Y se habla de drogas, de dependencia emocional, de traumas del pasado, de identidad sexual, de acoso y violación, de qué hay que hacer para conseguir los objetivos aunque esto implique decidir, en posición de dioses sobre la tierra, sobre la vida o la muerte. Es una serie que en sólo ocho episodios tiene tantas aristas que pareciera que han ocurrido cinco temporadas enteras.



Y aunque no es la primera ficción que explora un lado oscuro, político y adulto del mundo superheróico, pues hemos tenido ejemplos como "Defendor" (2009) de Peter Stebbings, el díptico "Kick Ass" basado en el material de Mark Millar, "Chronicle" de Josh Trank con su impactante found footage adolescente, "Watchmen" y su traslación perfectamente imperfecta al cine, o sobre todo, "Super" de James Gunn, una extraordinaria producción con una Ellen Page en estado de gracia, no ha sido quizá hasta "The Boys" cuando todas las piezas se han colocado en el lugar correcto y han encontrado en su estructura episódica y serializada su razón de ser.

Porque uno llega a "The Boys" por su impactante y estilizada puesta en escena y termina quedándose por sus personajes, escritos con inteligencia y una inesperada profundidad. Se trata de la serie que merecía el género, una que va más allá de lo superficial y se pregunta qué clase de héroes tenemos, cuáles merecemos, y cómo bajo una capa de perfección aparente hay algo que no querríamos descubrir. Porque en el fondo, ¿podríamos confiar nuestra seguridad a personas que son incapaces de salvarse a sí mismas? Una de las mejores series del año.