Haz click aquí para copiar la URL

Perdona si te llamo amor

Romance. Drama Álex, de 37 años, es un ejecutivo publicitario de éxito, atractivo, inteligente y brillante. Ansía conseguir por fin la estabilidad emocional. Sin embargo, es rechazado por su novia cuando le propone matrimonio. Incapaz de asumir el golpe, parece que su idílica vida comienza a desmoronarse. Precisamente en ese momento irrumpe en su camino sin previo aviso y como un vendaval Niki, estudiante de 17 años que no sólo consigue seducir y ... [+]
<< 1 2 3 4 5 7 >>
Críticas 33
Críticas ordenadas por utilidad
2 de noviembre de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine español está en crisis y no me extraña, si el poco dinero que hay se emplea en hacer películas como esta que no propone nada absolutamente...apaga y vámonos. Para hacer una copia de la película italiana, ya teníamos la versión doblada. No contentos con esto le quitan toda la gracia.

Paloma Bloyd hace lo que puede, pero es una mujerona, no una chiquilla. Flojea en muchos momentos como actriz también, quizá por culpa de este motivo, las chicas están muy forzadas, son demasiado mayores para andar haciendo de adolescentes y se nota, no te lo crees. Por más que quieran poner a un tío de cuarenta y pico ni se atisba la sensación por ningún lado de que un hombre y una niña estén liados, osea que la esencia de la película se pierde. Fracaso.

Le sumamos a eso la erradicación de toda simpatía en las pocas escenas que podían aportar algo de diversión ( las poquísimas que no han eliminado directamente ) y tenemos este triste resultado, la verdad, una decepción absoluta.
Flipewr
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
19 de junio de 2014
23 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
''Oooii... mi novio es TAN cookie... es que me lo comería a besos. Bueno chicas, de hecho, ¡ya me lo como a besos!'' Primer estallido de decibelios. Un topo que estaba enterrado 5 metros bajo tierra y a 10 kilómetros del epicentro, pierde su súper-capacidad auditiva, quedando así a merced de los depredadores que le rodean. A las chicas esto no les importa (en realidad no les importa nada que no sea ellas mismas), de modo que siguen cacareando. ''¡Calla tía, que lo que queremos saber son los detalles guarrillos!'' ; ''UUUUH!!!'' (segunda bomba sonora... y media ciudad a oscuras) ''Vale chicas, os lo cuento... ¡pero sobre todo que no salga de aquí!'' ; ''¡Claro, tía! ¿Por quién nos tomas? ¿Acaso has olvidado que somos... súper-amigas-de-la-muerte-hasta-la-muerte?'' ; ''¡Sí! ¡¡¡SÚPER-AMIGAS-DE-LA-MUERTE-HASTA-LA-MUERTEEE!!!'' Y hasta aquí llega la paciencia de los estadounidenses. El presidente Obama, harto de tener que remplazar, una y otra vez, todos los cristales de la Casa Blanca, ha ordenado al FBI, a la CIA y a la NASA que trabajen codo con codo (con codo...) para averiguar qué coño está pasando aquí. ''¡Maldita sea, señores! ¡Este planeta se va al carajo y a nadie parece importarle!''

Todo empezó a mediados de los noventa, pero como siempre ha sucedido en la historia de la humanidad, los primeros avisos fueron considerados como pequeños accidentes sin importancia. Nada de lo que preocuparse. Pero el suceso se repitió... con más frecuencia; con más intensidad. Y las mentes más brillantes del país más brillante sobre la faz de la Tierra no parecían acercarse a explicación alguna. Un drama. El nivel de desesperación era tal que se comenta que hubo quien hasta intentó ponerse en contacto con el espíritu de J. Edgar Hoover. Lo que hiciera falta con tal de arrojar algo de luz sobre el asunto. Como era de esperar, la experiencia se saldó en un rotundo fracaso, pues aquel pobre iluso terminó con las cenizas del difunto en la boca, sangrando por los ojos y balbuceando una serie de palabras de las cuales sólo pudo rescatarse... ''Italia... ¡España!'' A partir de ahí, nada. El caso se archivó por falta de pruebas, indicios, o de cualquier posible línea de investigación. Al final, el Presidente dio carpetazo al asunto asumiendo que en este mundo, hay eventos paranormales que escapan a nuestra comprensión... y que igualmente este planeta está lleno de gente cuyas motivaciones jamás podrán llegar a entenderse. Es así.

Y no sólo estaba pensando Barack en la población adolescente, sino también en todos aquellos seres cuyo cableado cerebral ha sufrido, por causas más o menos naturales, algún tipo de percance. Podríamos hablar, por ejemplo, del cuerpo de políticos (con sus respectivos asesores y acreedores) al mando del ayuntamiento de una urbe extremadamente preocupada por la imagen que da al resto del mundo. Resulta que los distinguidísimos miembros de tan distinguido órgano gubernamental negaron los permisos de rodaje a una serie que, al parecer, y siempre según la versión oficial, no hacía demasiado honor a la realidad Histórica del país... en cambio, entregaron las llaves de la ciudad a unas personas que llegaron ahí mostrando un desprecio absoluto hacia cualquier forma de inteligencia, tipo de buen gusto y, por supuesto, toda realidad imaginable. En aquel mismo instante, el Líder del Mundo Libre se despertó con la frente empapada en un sudor gélido. Algo le decía que muy pronto tendría que volver a cambiar las ventanas de su humilde residencia.

Es lo que hay. A joderse. Y a prepararse, porque el fenómeno (?) Federico Moccia, al igual que las malas hierbas, no muere... y perdona si te mando a tomar por saco. Perdona, en serio... cosas del cansancio y la impotencia. ¿Justificados? Sí, más aún después de tener que pasar dos veces por el mismo martirio. El que la 'Perdona si te llamo amor' de 2014 comparta cada letra con la 'Perdona si te llamo amor' (¿ven?) de 2008 es, más que una clara evidencia de la cara dura de la propuesta, así como de la vagancia del departamento de... de... ¿naming? (¿existe esto?), una prueba irrefutable de que en este sector tan tramposo sigue habiendo hueco para la honestidad. Es un remake, correcto. Es quizás el remake más fiel desde aquella memorable autofelación ejecutada por Michael Haneke en la readaptación (¿seguro?) de su inigualable (seguro) 'Funny Games'. Copia certificada, y con el beneplácito (segurísimo) de esa criatura grimosa en el ojo del huracán de tanto petardeo híper-glaseado con polvitos mágicos rosas-y-brillantes-de-la-muerte-hasta-la-muerte.

Federico Moccia nunca muere, y en países tan abonados a la diarrea romántica, se hace fuerte. ''Italia... ¡España!'', gritó el fantasma de Hoover... y no se equivocaba. ¿Dónde sino en el país de Berlusconi o en la milenaria nación de Don Mariano iba a sentar sus bases dicho movimiento? Lo preocupante no es que Federico Moccia exista, sino que haya tanta, tantísima gente dispuesta a engullir los fluidos que emanan de sus agujeros más insalubres. No... Mentira. Lo que al fin y al cabo es más inquietante es que haya tanta, tantísima gente dispuesta a repetir. Como para reírse de los reclutas del Sargento Hartman. Fran Araujo y Manuel Burque, los guionistas de la criatura que ahora nos martiriza, consiguen que el Google Translate eche humo. La labor de traducción es a todas luces impecable... el proceso de aniquilación de la personalidad del trabajo original (sí, es mucho asumir), también. Cada vomitona, flatulencia y escupitajo salpica desde el mismo ángulo, suena con la misma frecuencia... infecta con la misma virulencia. El escenario cambia, eso sí. Ahora estamos en Barcelona, la ciudad que selecciona con sumo cuidado los productos que se pasean por sus calles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7 de enero de 2019
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno ve películas como esta comprende muchas cosas. Y no hablo ya del estado comatoso/putrefacto de la llamada «comedia romántica» sino también, por ejemplo, el porqué de las crisis de pareja tan frecuentes en nuestra sociedad actual. Y lo comprende porque llega a calibrar lo perniciosa y nociva que puede resultar la intromisión de aparatos narrativos como el que mueve este film en la realidad del ciudadano común. ¿Cómo no se va a decepcionar la novia o esposa del pobre asalariado que apenas tiene tiempo para dedicar a su pareja y que se puede permitir un ínfimo detalle con su magra mensualidad al ver que el fantoche de la peli se lleva a su churri a París y la acuesta entre sábanas de seda en un hotel de cinco estrellas con vista a los Campos Elíseos? ¿Cómo no va a desencantarse el marido juguetón cuando, en busca de algo de chispa, le arroja un poco de harina en la cabeza a su mujer mientras ella prepara un bizcocho, con la consiguiente bronca y regañina por no mantener un mínimo orden doméstico?

Pero voy más allá. He dicho más de una vez que el cine no tiene por qué (incluso no debería estrictamente) reflejar la realidad cotidiana, pero en este caso la intención del guion (por llamarlo de alguna manera) sí se vuelve indigna, ya que intenta disfrazar de realidad idílica el entorno cotidiano de una pareja en formación, apelando a recursos tan manidos y reconocidamente falaces como el amor a primera vista, la conquista a base de insistencia y matraca ruidosa, la negación absoluta del dilema de la diferencia de edades y algunos otros más (las diferencias de condición social no entran en lid en esta película; todos ellos son asquerosamente pijos y ricos). Llama a engaño, promueve la decepción, fomenta la desilusión paulatina de todo aquel ingenuo que crea poder hacer realidad mucho de lo que primorosa y empalagosamente empotra la película contra la frente del espectador, incluido ese encuentro inverosímil en la punta de un faro en el quinto pino.

Dejando de lado el estupro, evidente y condenable, la película es un cúmulo de estupideces, frivolidades, fruslerías y superficialidades que empujan a todo aquel que comulgue con su mensaje hasta el corazón mismo de la fatuidad de nuestra sociedad actual: las poses, las apariencias, esa suficiencia orgullosa y necia que puede provocar la sinceridad expuesta como virtud absoluta, el triunfo pueril (sea en la empresa en la que trabajas o en el corazón de ese ser al que acabas de conocer y al que amas irrevocablemente) y el mensaje seudo-filosófico de tumbarse a la bartola y disfrutar de todo lo bello y fútil que puede darte este mundo, sin duda el mejor de los mundos posibles, ese mundo en el que, cuando te hartes de tu curro, puedes dimitir y marcharte a casa con una sonrisa, liarte la manta a la cabeza, coger una bici y hacer la vida de hippie que siempre soñaste, observando las olas junto a la niñata a la que nunca debiste herir.

Lo dejo ya, porque el exceso de ironía tampoco es bueno y se puede volver venenoso hasta para uno mismo. Después de tanta azúcar caduca, después de tanto caramelo en mal estado, después de haber sufrido unas actuaciones que dan vergüenza ajena y de haber fumado casi dos horas de lo peorcito que puede darnos el cine actual, no queda sino recapitular y pensar en la propia culpa. Sí, porque al fin y al cabo uno mismo elige las películas que se sienta a ver. Y esta elección, desde luego, no admite perdón.

Horrible.
Arsenevich
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de junio de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Normalmente me apestan este tipo de cintas con la misma estructura romántica pero aún más empalagosa e insoportable que las de Sparks. No he visto la versión italiana que se supone que es la original pero tampoco me muero por verla así que improvisé y la verdad es que esperaba algo peor por lo cual algo de sorprendido me encuentro tras haber pasado un buen rato entretenido y a ratos enternecido gracias a la química entre los protagonistas y la historia poco convencional en el cine romántico actual o al menos de lo que yo he visto. Los actores no brillan por actuar genial pero hacen bien su papel de forma correcta, la dirección sin personalidad con estética videoclipera intenta emular al cine norteamericano por eso es una falta de personalidad aunque tenga momentos cani y ridículos llevados por las amigas de la protagonista como el momento 'Cero' en la playa que no pude evitar agachar la cabeza de vergüenza. La empalagosidad y frases ridículas están presentes pero se solventan gracias a la acertada y emotiva narración de Ramón Langa (voz habitual de Bruce Willis) que suele mejorar lo que se ve en la cinta.
En definitiva, esperaba algo peor y posiblemente otros la masacren más que yo pero reconozco haberlo pasado bien aunque soy consciente de que no es competidora con muchísimas películas del género actuales, podría mejorarse pero tampoco tiene pinta de que el material original de Moccia sea una maravilla. Pasable.
StarNine27
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
26 de agosto de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desastre cinematográfico con visos de drama romántico que es la adaptación española de su homónima italiana que nace de una novela de Federico Moccia, publicada en el 2008. Es curioso lo de este señor. Resulta que además de otros fracasos en 1992 escribió "Tres metros sobre el cielo", novelucha que ninguna editorial importante se prestó a publicar. Sin embargo en 2004 logró que se editara de nuevo y entonces se convirtió en un éxito monumental, lo que dio alas a su carrera como escritor. La pregunta que me hago es si antaño las editoriales cometieron un error garrafal o, como creo realmente, en aquel momento las personas no eran tan idiotas como doce años más tarde se demostraría, por lo que sabían que este tipo de historias antirrománticas encontraran un fuerte rechazo en el público.

Sea como fuere, lo que tenemos en "Perdona si te llamo amor" es una cosa patética que produce irritación de cabo a rabo. En concreto, en la primera media hora me pareció todo tan estúpida que deseaba una matanza de los protagonistas. Atención a lo horripilante voz en off diciendo cursiladas, al grupo de amigas petardas, sabía que la guapa Andrea Duro haría de guarrilla, pero sobre todo a la tontería que tienen encima la pareja protagonista. Ella porque es insufrible, él porque le consiente. En esencia lo que plantea es una historia romántica inverosímil, ella parece una acosadora, falta de calor y que encima es tremendamente dañina para las mujeres. Como a alguna se le ocurra imitar el comportamiento de Niki (Paloma Bloyd, demasiado mayor para este personaje) va a acabar bastante mal.

Ahora bien, la película toca tres teclas que son del agrado del respetable por un motivo u otro. Primero ofrece una fantasía femenina completa: encontrar un amor ideal con un señor que es un caballero, rico y guapo, que es lo que quieren todas. Segundo, propone un modelo de mujer activa igualitaria, que a va lo que quiere y que toma la iniciativa. Y tercero, libera a las mujeres de cualquier responsabilidad y presión porque se le está diciendo que hagan lo que hagan todo les va a salir bien. El resultado no sólo es ridículo sino antiestético: Niki no tiene el más mínimo atractivo. Se supone que es "infantil" pero como lo es una niña caprichosa, boba, desobediente y paliza. Si gusta el carácter infantil en una mujer, y por supuesto que sí gusta, es cuando es una niña buena, obediente, inocente, dulce, alegre, débil y dependiente.
Reaccionario
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 7 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow