Reconozco que tengo mucha facilidad para reírme con cualquier locura o estupidez que cometa cualquiera de los personajillos amarillos derivados de los Rabbids del videojuego Rayman pero hay que reconocer que la película que precede a ésta, ‘Los minions’ (2015) no tenía ni pies ni cabeza resultando ser una película de sketches, casi episódica y sin sentido alguno pero la trilogía de Gru hasta la fecha (la 4 sale en julio de 2024) a mí me divierte y conmueve a partes iguales y aunque el ingenio y encanto de la primera entrega del 2010 no la alcanza ninguna, me resulta una saga entrañable y sobre todo desternillante.

Entrando en materia, a diferencia de la complejidad argumental que pudiera demostrar Lightyear hace unos días, he de decir que aun teniendo una calidad similar en el género de animación, ‘Minions 2’ no siente una comparación odiosa con el resto (la saga Toy Story era intocable obviamente) ya que su predecesora dejaba bastante que desear, pero los 5 años que han pasado desde que el mundo se divirtiera con ‘Gru 3’ le han sentado bien al estudio, dejando espacio al ingenio, a la diversión y a la perfecta construcción del personaje de Gru, enlazando todos sus ticks y características además de personajes secundarios y gadgets en un ‘Cómo empezó todo’ y no se dejan nada en el tintero por lo cual se agradece.

Que en la ecuación los minions sean secundarios y solo los tres principales (Kevin, Bob y Stuart) tengan la relevancia y peso en la trama más fuerte de la saga ayuda a que la diversión quede comprimida y no estirada como pasaba en las anteriores y que se incluya a Gru como figura principal, columna vertebral de la cinta como dejaba caer al final de la anterior película, ayuda bastante a que lo absurdo y lo episódico desaparezca para resultar un visionado placentero y sobre todo desternillante.

Los villanos funcionan y eso que esta vez son 6, tirando la casa por la ventana y sorprendiendo la voz de Mónica Naranjo en la líder de los villanos cuando este tipo de experimentos de cantantes doblando no suelen funcionar. La construcción del personaje de Gru desde su niñez y relación con los Minions y secundarios de la primera entrega de 2010 resulta natural y fluida ayudando también las referencias a la cultura pop de los 70, un humor más ‘Dreamworks’ (se nota que Universal y Dreamworks trabajan juntas actualmente) y una selección musical exquisita dejando gags para el recuerdo y un ritmo vibrante.

‘Minions 2’ es un Sí rotundo en las funcionalidades que representa tanto el género de animación como el infantil y el familiar. Lejos de cualquier complejidad que pueda distar Pixar o Disney a veces, se torna una película honesta, divertida y recupera la calidad de la trilogía de Gru resultando una secuela de una precuela más cerrada y arrancando carcajadas tanto a grandes como a niños. No es cine de ir con lupa, es cine de evasión en estado puro y eso lo van a agradecer las familias este verano y con razón, porque apunta a taquillazo.

LO MEJOR: El ingenio en los gadgets y diseño de personajes, añadir a Gru le da un sentido a la trama.

LO PEOR: Las conveniencias, lo predecible y le faltó una pizca emotiva que sí tiene la trilogía de Gru.

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Desconocía la historia de la película más allá que fuera de baloncesto por el póster. Ni trailer vi, ni el reparto ni el director los conocía y leyendo después de verla he visto que el guionista es el mismo que el de ‘La corresponsal’ de Rosamund Pike pero poco mas. Un equipo más sudafricano que americano ha apostado fuerte por contar una increíble historia real de superación y eso finalmente ha calado emocionalmente tanto a mí como a mi familia durante el visionado.

Aunque la fórmula de la cinta pueda mantener un corte convencional como suele pasar con el 95% de los dramas deportivos, más recientemente en ‘Garra’ al final lo que cuenta es cómo está contada la historia, cómo desarrollan los personajes y los acontecimientos de cara a la evolución de los mismos y el calado emocional en el espectador, y en este caso ambas películas lo cumplen con creces.

Es cierto que con los dramas deportivos debemos tener cuidado con su mensaje ya que suelen ser bastante peligrosos en términos materialistas y ambiciosos. Claro que la parte de los sueños están bien, pero la codicia que desata la abundancia de dinero y fama que conllevan el salto brutal de los personajes a veces consume a las personas convirtiéndolas en máquinas de dinero más que en humanos con sus claroscuros y valores.

Lo bueno de ‘Rise’ es que dentro de una historia real de superación con baloncesto no deja de ser una excusa para contarnos un drama social tan vivido y cercano sobre la inmigración en la actualidad (en este caso años 2000) y cómo hay tanta discriminación y burocracia en estos términos de ‘Sin papeles’ que azota al crecimiento, desarrollo y propia supervivencia de tantas familias y es por ello que la cinta enfoca la parte de la unidad, trabajo y esfuerzo para el progreso y beneficio de la misma.

Las injusticias, chantaje, manipulaciones y persecución que sufre la familia Antetokounmpo son tangibles y por ello cualquier ser humano que vea la película la va a disfrutar a la vez que sufrir, se va a divertir a la vez que emocionarse. Las lágrimas de emoción están garantizadas y la naturalidad de los personajes ayuda a que no sientas que te estén manipulando o tomando el pelo con ideales que no son realistas como pasaba en la notable pero irregular en su mensaje ‘El método Williams’ y es por ello que ‘Rise’ da la talla, encesta y sobrevive ante cualquier obstáculo que se presente.

Es una cinta para disfrutar en familia, para ayudar a valorarla y apreciar los talentos de cada persona que por más fronteras y burocracia que haya, somos humanos y debemos respetarnos por encima de todo, por ello agradezco que Disney en esta ocasión apueste más por la unidad familiar y no por la demonización de los padres que tan recientemente se está inculcando considerando a los padres extremistas y carentes de libertad o exceso de sobreprotección. Aquí hay un poco pero está justificado y por ello se entiende la motivación de los personajes. Disfruten de ‘Rise’ como de la mayoría de cintas deportivas las cuales aunque sigan un patrón dan pie a 100 minutos de puro cine y emoción.

LO MEJOR: El guion, la historia, el mensaje y la entrega de los actores.

LO PEOR: Su falta de estilo en la dirección seguida por un patrón mil veces repetido.

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Sin ser yo el mayor fan del universo Star Wars, siempre gustándome todo de forma comedida, reconozco que esta era la serie a la que más ganas tenía más que nada porque Obi Wan era mi personaje favorito y ‘La venganza de los Sith’ mi película favorita, por lo cual ver un reencuentro 17 años después era un acontecimiento a nivel cinematográfico.

Claro, las expectativas siempre juegan malas pasadas y eso que apenas vi el primer trailer y poco mas, sin datos, sin referencia que me pueda condicionar vi los dos primeros episodios y aunque me dejaron algo fríos podía entender el tormento del personaje principal tras la pérdida de la amistad y tragedia que se narró en el 2005 y eso se plasma bien en el tema de la banda sonora para el personaje que ha compuesto John Williams.

A nivel visual tiene varios aciertos pero tiene el tono grisáceo que últimamente le están imprimiendo a los productos Disney y que carecía de la luminosidad y colorido de las películas de Lucas (al menos esas cosas las hacía bien George) y Ewan Mcgregor está bastante entregado al personaje al igual que Christensen (aunque sus expresiones faciales se vean na y menos).

Voy a ser breve y no estirarme como la miniserie que perfectamente podría haber sido una película de 2 horas y media si quitas varias reiteraciones, simplificas algunas subtramas y manejas mejor las elipsis y escenas de acción pero eso es un trabajazo de planificación y la elección en dirección habría sido clave como si lo fue en las de ‘Mandalorian’ e incluso en la al principio irregular ‘El libro de Boba Fett’.

Debora Chow es impersonal, trabaja al servicio del guion y precisamente no es lo más fino de la serie, dejando algunos matices interesantes pero bastantes agujeros, deus ex machina, diálogos cuestionables y persecuciones y escenas de acción tremendamente horribles, mareantes y anticlimáticas tanto en los cortes como en la composición de planos resultando carentes de emoción.

Claro, a esto se le suma un fandom que llevaba mas de 15 años esperando esto, que acaba produciéndole una sobredosis de nostalgia que con solo ver a ciertos personajes en pantalla se les cae la baba, el problema es que no se respetan los parámetros cinematográficos, algunas escenas resultan insultantes y las conveniencias de guion y falta de profundidad a nivel psicológico (que tampoco es que hubiera mucha antes pero algo había) acaba resultando un producto genérico, conformista tanto por parte de varios espectadores como por parte del equipo, que parece más centrado en Mandalorian que ha sido la gallina de los huevos de oro.

Menos mal que en el último episodio llega la emoción, el trabajo elaborado, el respeto musical a las obras de Williams ya que Holt ha bajado el listón tras su tremendo trabajo en ‘Loki’ y es que tras haber estropeado escenas que podrían haber sido emocionantes y épicas lo han logrado todo al final, como el examen de recuperación de junio del adolescente que no se ha esforzado lo suficiente y en apenas 15 días lo logra por los pelos.

Una pena que de poder ser la mejor serie de Star Wars haya resultado la peor especialmente en términos de dirección y banda sonora, a nivel técnico no suelo entrar porque es algo que el dinero de Disney cumple. Quizá en una hipotética segunda temporada no se conformen con la nostalgia, con flashbacks y retrotraernos al pasado y aporten mayor riesgo, personalidad y emoción a algo que lo merece porque potencial había. Un cambio de dirección quizá contando con Jon Favreau, Bryce Dallas Howard y Dave Filoni darían el cambio necesario y coherente con el universo que están ampliando.

Ya que amplias, aporta, ya que quieres contar algo que tape agujeros entre el episodio III y IV, hazlo de manera natural, no forzada, no dependiente de lo que el espectador espera y mucho mejor no estirar el chicle para ganar mas suscriptores que es lo que está buscando Disney actualmente ya que cada vez confía menos en los espectadores de las salas.

En definitiva, una serie funcional, entretenida y a ratos interesante pero quitando el último episodio se queda en algo genérico, poco arriesgado e impersonal que deleitará a muchos por volver a comer ese trozo de la pizza de la marca que siempre compramos, pero los que queremos un segundo plato o un postre se queda con una sensación de deja vu y de marca blanca que es difícil tragarlo.

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Dos años llevábamos sin una película de Adam Sandler en streaming y siete llevamos al menos en España sin una suya en cines desde ‘Píxels’ y en parte es normal ya que debido al éxito cosechado por sus películas en la plataforma suma y sigue y van ya 10 producciones (9 películas y 1 stand-up) con Sandler como protagonista con Netflix y no va a parar porque a finales de este año interpretará a un astronauta para la nueva película del creador de la miniserie ‘Chernobyl’ titulada ‘Spaceman’.

Es lógico que si encuentra su éxito, le pagan bien y genera audiencia no se desvincule de la gallina de los huevos de oro. Ahora bien, con el actor hay que ir con pies de plomo pese a lo que me gusta su filmografía, ya que cuando se reúne con sus colegas Kevin James o Rob Schneider suele repeler bastante al público con sus guiones de poca monta pero cuando se pone serio es capaz de hacer cintas para el recuerdo como la reciente ‘Diamantes en bruto’ de los hermanos Safdie, ‘The Meyerowitz Stories’ de Noah Baumbach o ‘Embriagado de amor’ de Paul Thomas Anderson.

Dicho esto, centrándonos en ‘Garra’, la segunda película del director Jeremiah Zagar tras la buena acogida que tuvo su anterior cinta ‘We the animals'(la tengo pendiente) Netflix tuvo buen ojo en seleccionarle para este drama deportivo quizá bastante convencional (¿Qué drama deportivo actual no lo es?) pero haciendo honor al título, con mucha garra, mucho gancho y mucho talento interpretativo tanto de Sandler quien acaba resultando entrañable su relación como mánager de una estrella potencial, como de la revelación de la cinta para mi sorpresa, el jugador madrileño de baloncesto Juancho Hernangomez que debuta como actor en el cine, y la verdad deja un poso emocional bastante memorable.

La historia se sustenta en la búsqueda de una futura estrella revelación que emergiese de unos barrios bajos, en este caso de Mallorca, y en este caso con antecedentes penales que pueden manchar su historial. Todo esto entra en un juego de pies puntillas, de problemas con empresarios capitalistas y clasistas y problemas familiares y financieros que afrontar en una historia de perdedores, de fracaso pero también de superación. De muchos cameos del baloncesto norteamericano, de mucha NBA, la cinta claramente va más enfocada al público estadounidense pero la vibración del asiento y el entretenimiento están garantizados.

En apenas poco mas de hora y media, ‘Garra’ se construye en base a la relación de dos personajes que recuerda a Rocky y Creed en ‘Creed 2: La leyenda de Rocky’ con familia de por medio y muchos problemas internos y autoestima baja ante la presión del sistema, del mundo, del periodismo y de compañeros y contrincantes que hacen la vida imposible para desconcentrarte del juego.

La película es capaz de divertirte con sus ingeniosos diálogos en los entrenamientos y momentos de juego, con su vibrante ritmo y su motivacional historia de vaivenes emocionales, pero también te pone el corazón en un puño, la rabia emerge y la tensión es tangible en ella.

‘Garra’ te atrapa y no te suelta, no parece una cinta de Sandler en términos generales para lo que el público está acostumbrado pero da gusto este cambio de registro casi más asociado a dramas estupendos como ‘Coach Carter’. Espero que siga reventando audiencias otra cinta más de Sandler y en esta ocasión una de sus cinco mejores películas, en una de las mejores películas del año hasta la fecha, honesta pero sólida, convencional pero entretenida, predecible pero motivacional. No se la pierdan, sean o no sean aficionados al baloncesto, conozcan mucho o poco a las estrellas de la NBA, el espectáculo está garantizado, ya que es el equivalente al Rocky (obra cumbre del género deportivo) del baloncesto.

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Me acaban de marcar un gol a pierna cambiada y con razón ya que a diferencia del resto del mundo, Top Gun y su conjunto de machirulos aceitosos sin camiseta no me gustaba nada de nada y más aún me aburría su estética videoclipera (sus canciones eran buenas, eso no lo voy a negar) y sus escenas de aviones, que suelen dejarme bastante frío en general las películas de este subgénero pero claro, había dos factores que se habían incrementado desde que viera la primera hace dos años.

He visto más cine de Tom Cruise y he conseguido apreciarle como actor, como estrella, como timón que lleva el rumbo del Hollywood actual y a la vez el único actor que arriesga de verdad poniendo toda la carne en el asador y dejándose la piel en todas y cada una de sus películas. Si Cruise estaba en el proyecto como cabeza de serie se ha sumado que su amigo Christopher McQuarrie esté en el guion tras sus colaboraciones en Valkiria, las últimas de Misión imposible y Al filo del mañana, es un plus mas la producción de Bruckheimer que ya no tiene ese tirón ni esa cantidad de películas como antaño.

Este conjunto de factores han logrado una película que pese al miedo que tenía de que no me gustara por razones obvias y personales, ha conseguido emocionarme, viajar a los 80, respetar la obra original pero sin resultar repelente y a la vez innovar para las nuevas generaciones.
Joseph Kosinski tras su brillante y escondida joya real ‘Héroes en el infierno’ (disponible en Netflix) llega de nuevo este año repitiendo con Miles Teller con quien sacó jugo de un buen personaje y esta vez lo vuelve a hacer, con una química brutal con Cruise jugando la parte emocional y paternofilial de la historia dando un tono clásico y emotivo que pocos no podrán evitar secarse las lágrimas en ciertos momentos como hijo de Goose.

Aunque no hayas visto la primera entrega el director y guionistas se encargan de plasmarte ciertos flashbacks para contextualizar y no tener tanta dependencia de la del 86. Cinta a la que le han dado la vuelta, han obviado el CGI, han apostado por el riesgo y a la vez por una capa mas en los personajes para que el conflicto entre ellos lo sienta el espectador y se sienta parte de la aventura tan intensa como impredecible. Unas secuencias de acción espectaculares en su doble clímax hacen del fan del cine de Cruise y de acción una experiencia inmersiva e inolvidable y obligatoria de sentir en una sala de cine.

Sin obviar el trabajazo de un Lorne Balfe en la banda sonora(recuerda al Zimmer de Días de trueno) que saca petróleo de la parte instrumental del Hold my Hand de Lady Gaga dotando de personalidad a la banda sonora sumada al tema principal de la primera mezclando la parte más clásica y romántica con Jennifer Conelly los cuales están increíbles en dicha relación para culminar en la parte más heroica y épica.

En definitiva, ‘Top Gun: Maverick’ es una cinta para fans del cine de acción, para el cine más clásico y ochentero posible, ese del que ya no existe, ese del que muchos intentan homenajear pero se queda en pinceladas, una carta de amor a esa época, al cine en pantalla grande, a la emoción más vibrante. Aunque diste de ser una obra compleja, es un blockbuster más que funcional, emocionante y de los que al llegar los créditos te levantas y aplaudes ante semejante entrega de Cruise y su equipo.

Entiendo porqué han tardado tanto en estrenarla y en retrasar tantas veces su estreno. Tenían una joya guardada en un cajón y con casi 60 años, se siente a un Cruise leyenda y a la vez un Cruise que no ha envejecido, ni él ni su cine. ‘Top Gun: Maverick’ es el ejemplo de una cinta bien contada y construida para que ames a los personajes y para que te guste el cine de aviones.

Lo mejor: Tom Cruise, Connelly, Miles Teller, la banda sonora, las escenas de acción, el ritmo y la emoción que desprende.
Lo peor: Que se sienta parte de un universo Tom Cruise y todas las cintas que haga no haya cambio de registro.