Morgan

En tierra de nadie se queda. Una película que contiene dos películas en una misma. Una primera mitad donde, de nuevo, se exploran los límites éticos y legales en la experimentación para crear clones humanos. En este caso con células de crecimiento rápido, que hacen que el fruto del experimento sea una joven que con cinco años de vida, tiene la apariencia y el saber de una de dieciocho. Esa primera mitad es bastante aburrida y recuerda mucho a otros productos de ciencia ficción que han contado lo mismo bastante mejor: "Ex-Machine" "Moom" "Real humans"

Y una segunda mitad donde el guión de repente se vuelve loco, pasa a ser un thriller lleno de giros de guión, todos ellos poco naturales. Todo funciona de forma precipitada y el comportamiento de los personajes deja de ser creíble.

Lo mejor, sin duda, es el reparto. Pocos directores consiguen tan buen cartel para su ópera prima, y pocos lo desaprovechan tanto. Kate Mara me sigue pareciendo una actriz del copón, empeñada en elegir malos papeles, y Anya Taylor-Joy, sigue siendo de los mejores jóvenes talentos.

Auspiciado por su padre, el renombrado Ridley Scott desde la producción, el debut cinematográfico de Luke Scott se da con una película que contiene una poderosa e interesante premisa, la cual se agota a mitad del metraje.

Una compañía ha creado a Morgan (Anya Taylor-Joy, vista en ‘La bruja’), un ser dotado con inteligencia artificial con apenas 5 años de edad pero con un desarrollo físico como el de una adolescente e intelectualmente muy avanzada.

La cancelación de las salidas a Morgan, quien goza de la simpatía de todos los que ahí trabajan llegando a crear un ambiente cuasi familiar alrededor de ella, la someten a un encierro que le provoca un repentino ataque de ira, golpeando salvajemente a una persona, por lo que la empresa decide enviar a una especialista (Kate Mara) y un médico (Paul Giamatti) para que diagnostiquen la viabilidad de continuar o no el proyecto.

Con un elenco multiestelar mayormente desaprovechado, que incluye además a Tobey Jones, Michelle Yeoh y Jennifer Jason Leigh (quien parece estarse encasillando en personajes que son salvajemente golpeados), la película tarda en arrancar y prolonga demasiado la parte central de la historia, que debería ser el enfrentamiento entre Morgan y el personaje que interpreta Kate Mara.

La historia incluye en su final un giro que debería ser inesperado, pero es tanto el cuidado que se pone para que el espectador no lo sospeche, que termina siendo muy predecible incluso antes de promediar el metraje, lo que le resta toda sorpresa y tensión a un acto final como sacado de alguna película de la saga ‘Terminator’.

Con muchos elementos de las diferentes películas que tratan el tema de la inteligencia artificial, ‘Morgan’ se queda a medio camino tanto en su discurso como en la historia que plantea, con una segunda mitad que fulmina la atmósfera de su primer tramo, dando un puntapié mortal a un inicio auspicioso, resultando una película interesante pero fallida.


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Es una película de finales de verano. Restos de un cine con escasa creatividad, donde lo que se cuenta supone un duro palo a quien pretenda seguir una historia con un mínimo suspense para descubrir que es lo que está pasando.

Pues pasa tan poco que Luke Scott, su director no logra remontar a Morgan, que hace aguas y se sostiene a duras penas.

Uno de los estrenos que los seguidores del fantástico esperábamos con cierta esperanza y que, sin llegar a defraudar, no ha dejado un buen sabor de boca por previsible y deudor en demasía de los antecedentes familiares del debutante realizador.
La historia es buena pero no termina de definirse y los actores deambulan por la trama con muy poco interés. Es como si todos esperasen un juicio previo con sentencia ya redactada.
La comparan con Ex Machina y con razón pero lo que en aquella era novedoso en esta suena a ya visto y eso lastra el resultado. Luce Scott ha saludo del horno sin estar del todo hecho pero promete.

Recomendación de un alma gemela.
Acertó en todo lo que me dijo, excepto su final, que fue mucho más de mi agrado. Es cierto que era previsible, y cuando sucede, es un giro que no te suena inesperado. Pero me gustó que terminara como termina. Los finales en el cine, fueron muy cuidados en las primeras producciones. Ya desde sus orígenes durante la etapa muda.

Entretiene de manera discreta y relajada, pero por lo menos, no resulta tan obvia como muchas de las producciones a que nos tiene acostumbrados Hollywood.