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España España · Santa Margarida i els Monjos
Críticas de Víctor Baylach
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Críticas 58
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
19 de diciembre de 2023
44 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde siempre me ha sonada como a un cuento popular la historia, tan trágica como milagrosa, de cierto equipo de rugby Uruguayo que fulminados por la desgracia se estrellaron en pleno corazón de los Andes, dados por muertos y obligados a sucumbir al canibalismo para sobrevivir un día más. No han sido pocos los documentales, libros, reportajes, películas y entrevistas que han dado voz a la fatídica historia, pero que, como ya le habrá pasado a la inmensa mayoría de la juventud (si es que aún puedo autodenominarme como tal), ya sea por inconsciencia, despreocupación o pasotismo, nunca he tenido más información de lo ocurrido. Para romper esta racha de ignorancia aparece en cartelera “La Sociedad de la Nieve”, el último relato cinematográfico que, basándose en el libro homónimo de Pablo Vierci, (amigo íntimo de los supervivientes y fallecidos), narra de nuevo la funesta desaventura de los pasajeros del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya. Pero, ¿quién se atrevería a darle una nueva forma al desastre? Efectivamente, no podía ser otro que J.A.Bayona.

Con la experiencia de “Lo imposible”, la historia de María Belón y su familia que, motivados a celebrar las fiestas de Navidad bajo los rayos de sol en las idílicas playas de Tailandia, lucharon a toda costa para sobrevivir al brutal tsunami que arrasó las costas del paraíso. Atraído como los osos a la miel, a Bayona no se le puede resistir otro milagro entre tanta tragedia, y es que han sido 12 los años de preparación del director para intentar llevar a cabo esta película, y ha sido gracias a la gran producción de Netflix y su fe ciega con el director, que ahora es un hecho.

Con tal increíble historia sería muy fácil descarrilarse por lo macabro, por la exageración hollywoodiense o por el melodrama desmesurado, ¿pero qué necesidad hay de ello cuando la misma realidad es aún más increíble que la ficción? Bayona, junto a su obsesión enfermiza del perfeccionismo narrativo y su gran sentido del respeto hacia lo ocurrido, consigue, desde el momento en que pones los pies en el avión, crecer en el espectador una tensión constante y creciente durante los minutos de su no corto relato; algo realmente jodido para mi bruxismo y mis cortas uñas. Las escasas escenas de acción, desde el accidente aéreo como la avalancha, consiguen, como un peso de mil demonios, aplastarme sobre la butaca y agarrarme a ella sin apenas poder respirar (y creedme, no he visto pocas escenas de acción opresivas). Junto a ellas algunas de escenas gravadas dentro del avión en ruinas, resguardados por un frio capaz de secarte el cerebro, con una luz apagada y gravadas en planos muy cercanos a los rostros de nuestros personajes ayudan, junto a unas actuaciones muy creíbles, a transmitir el gélido frio y padecimiento de todos ellos. En contraste, la mayoría de escenas de exterior, gravadas en planos generales y abiertos transmiten una falsa sensación de liberación gracias a los poco cálidos rayos de sol, y el blanco, precioso y mortal paisaje de los Andes.

Pero Bayona no solo quiere rozar la perfección de la realidad con el sufrimiento y la opresión de su relato. Construye una narración que busca adentrarse en la mentalidad de sus personajes, de su instinto de supervivencia, de la funcionalidad como grupo, de las difíciles y extremas decisiones para lograr vivir otro día, de la filosofía, la ética y los límites de la supervivencia, y del significado de la religión cuando todo parece perdido. Muestra un respeto incondicional sobre la evolución de la psique humana cuando día tras día menguan las esperanzas y aumentan el desgaste físico, la sed y el hambre. Pero por encima de todo muestra un respeto intachable a la moral y el derecho a sobrevivir a cualquier costo, aún que ello signifique tener que alimentarse de los cadáveres de aquellos que han sido tus compañeros y amigos.

Pero, evidentemente el mérito no solo se lo lleva un único hombre, y el reparto que acompaña el relato es sin duda un gran acierto, consiguiendo un trabajo actoral de gran autenticidad y credibilidad. A su vez, toda imagen cinematográfica que consigue atrapar al espectador, suele venir acompañada de una gran pieza musical, y en este caso no iba a ser menos. Como ya es costumbre, la genial banda sonora de Micheal Giacchino adorna el relato haciéndolo mucho más sentido y efectivo; efecto que también consigue su destacable trabajo de montaje y sus efectos digitales y de sonido. Pero si hay que ponerse quisquilloso y achacarle algo a la película esa seria, como la mayoría de filmes de hoy en día, su larga duración. Aún que en lo personal no se me ha hecho excesivamente densa, puesto que no he dejado de ir a la par con ella en ningún momento, puedo entender que sus 144 minutos puedan hacer mella a más de uno.

“La Sociedad de la Nieve”, por momentos, puede llegar a ser difícil de ver, y repito, no por el morbo de lo acontecido si no por su grado de veracidad. Consigue en mí que penetre un gélido frio que me envuelve los huesos, sentir alivio en cada rayo de sol, una gran opresión en sus momentos de acción, una enorme sensación desesperanza en cada revés del destino, una leve ilusión en cada pequeño instante de paz, empatía hacía toda posición moral y pensamiento que extralimita la ética, me mantiene los diez último minutos de metraje con un nudo en la garganta a punto de estallar, y hace que apenas pueda hablar durante la siguiente hora una vez ya terminada la película. Evidentemente no causará el mismo efecto en todo espectador, y quizá sea más sensible de lo que me creía, pero estoy feliz de al fin conocer esta increíble historia y haberlo hecho con el relato de J.A. Bayona.
Víctor Baylach
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7
1 de agosto de 2023
16 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Continuando con el movimiento “Barbenheimer”, y una vez ya vista “Oppenheimer” de Nolan, me quito la oscura camiseta y me pongo diva con la única camiseta rosa de mi armario y que me viene perfecta, puesto que, con ganas, le toca el turno a la película de la muñeca de plástico más famosa del mercado. Siendo un proyecto que viene sonando des de un lejano 2009, que ha pasado de mano en mano entre estudios, productores, directores, guionistas y actrices, llega a las buenas manos de Greta Gerwig, actriz y directora nominada hasta cinco veces en los premios de la academia gracias a sus anteriores dos trabajos “Lady Bird” y “Little Women”. Dos películas bien logradas, con gran reconocimiento entre la crítica y el público y centradas en contar unas historias “Comming of Age” protagonizadas por mujeres que se enfrentaran al despertar de la vida adulta armadas con un discurso de empoderamiento y de feminismo. Gerwig decide hacer equipo con su pareja sentimental Noah Baumbach y juntos co-escriben el guion de la película. ¡Notable dupla! Pues si algo destaca este filme es en su ambicioso y directo guion, pero ya llegaremos a eso. Para poner rostro a la figura de la muñeca Barbie, no podíamos contar con ninguna otra que Margot Robbie. Ella es Barbie, siempre ha sido Barbie y siempre será Barbie, y no sólo por el ideal de belleza femenina de la muñeca que tanto encaja con la actriz, si no por mucho más y al que también llegaremos a ello. Y para acabar esta larga introducción, a Barbie siempre le ha acompañado un Ken, y a Robbie no le podía acompañar otro que no fuera Ryan Gosling, al que el papel de Ken le sienta como anillo al dedo.

Como sinopsis podríamos avanzar que la maravillosa y perfecta vida de ensueño que Barbie vive en Barbieland se verá truncada por unos inhóspitos e incomodos pensamientos que no tienen cabida en el lugar mágico y maravilloso donde las Barbies viven. Así que cuando se da cuenta que es capaz de apoyar los talones en el suelo, se verá obligada a calzarse zapatos planos y viajar al mundo real para solucionar su desfavorable situación.

Barbieland, el lugar idílico para todas las Barbies. Altas, bajas, de todas las etnias, transgeneras, flacas, grasas, con enfermedades, lesiones, embarazadas, e incluso raras. Donde cada día es tan perfecto como el anterior, repleto de vivos colores rosas, donde está implantado un matriarcado y donde los Kens (y un ocioso Allan) solo viven para poder tener una pizca de la atención y la aprobación de las Barbies. Conectado con el mundo real gracias a las mentes de quienes juegan con Barbies, idea que nos puede recordar tanto a la fantástica “The LEGO Movie”, crea una película con metalenguaje entre la fantasía y nuestra realidad que como poco es del todo interesante. Pero nuestra Barbie estereotipo será golpeada por un aire de realidad (nunca mejor dicho) al darse cuenta que aquello en todo lo que creía no son más que puros cuentos que nada tienen que ver con la verdad, creando así una crisis existencial en ella misma con la que explorará unas emociones que nunca había sentido antes. Junto a ello, Ken, se verá fascinado con el mundo real, puesto que en él descubre el patriarcado y el gran poder que tienen los hombres.

Y es que como antes decíamos, el guion de Gerwig y Baumbach, si bien es muy directo y carente de sutilezas, es, en gran parte, de lo mejor de la cinta. Hecha como una película de comedia familiar con números musicales, poco a poco se adentra en terreno adulto, donde los niños no entenderán ciertos gags y tendrán gran dificultad para seguir el argumento, pero que aun así disfrutaran de sus imágenes, la música y de la comedia. “Barbie” empezará a tratar sobre el existencialismo y la falta de identidad, ligados a una lectura sobre la sociedad actual y la condición humana que permite desarrollar a nuestra protagonista y con el que más de uno ha podido llegar a sentirse identificado. Y para ello, tenemos la gran suerte de contar con una increíble Margot Robbie, quien consigue hacerse con la ingenuidad e inocencia de una Barbie estereotipo que, como pez fuera del agua, luchará para entender un mundo completamente diferente al que ella conocía. Todo sin dejar de lado la comedia que caracteriza la película, repleta de gags punzantes y satíricos; y aquí es donde brilla Ken. Ryan Gosling se lo pasa pipa haciendo de Ken, pocas veces he visto al actor tan desatado y expresivo, con el que te lo pasas bomba y brilla en todo su esplendor cuando baila, canta y hace aquellas tonterías propias de machito que todos hemos hecho, aun que te duela aceptarlo.

Pero a este punto de la crítica ya os habréis hecho a la idea de que esta película puede ser polémica como poco. Y así es. Aquellos que vienen a ver un filme distraído de comedia familiar también se llevarán una grata o ingrata sorpresa al encontrarse con una película satírica con un fuerte mensaje feminista, crítica y paródica con la sociedad patriarcal en la que vivimos, con más capas que una cebolla y que si no se sabe leer entre líneas podría entender que a más de uno le petara la cabeza o un testículo (o los dos). “Barbie” es muy consciente del mensaje que quiere dar y, a falta de sutileza, decide ser más que directa en su propósito. Evitaré un análisis exhaustivo, pues ya existe más de un video en YouTube que hace muy bien dicho trabajo y, visto lo visto, daría para un análisis completo con el que poder debatir gustosamente y dudo que la mayoría de lectores quisieran que una persona random como yo les chafara la guitarra y os evitara descubrirlo por vosotros mismos, cosa que os animo encarecidamente.

CONTINUO EN APARTADO DE SPOLIERS (SIN SPOILERS), POR FALTA DE ESPACIO.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Víctor Baylach
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6
31 de julio de 2023
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como buenos cinéfilos que somos no podíamos ser menos y no dejarnos sucumbir por el movimiento cinematográfico ultra mediático del momento. “Barbie” VS. “Oppenheimer”, una feliz coincidencia de estilos cinematográficos que no podían ser más opuestos. Pronto vieron la luz ingeniosos memes que hacían comedia de la dualidad, pero que sin quererlo ni pretenderlo fue creciendo de manera imparable hasta llegar al punto que los mismos estudios, directores y actores de dichos filmes se sumaron al movimiento y aprovecharon la gran cantidad de publicidad gratuita que el público les estaba dando. Así que ¡“Barbienheimer”, allá voy!

Empezando por la nueva película de Christopher Nolan, del que a estas alturas no necesita de ninguna presentación, se dispone a realizar la que, junto a “Dunkirk”, sería la película menos Nolan de toda su filmografía, apartando todo atisbo de ciencia ficción y acción y centrándose en un género completamente novedoso para él. Encandilado por la figura de J. Robert Oppheimer y la creación de su bomba atómica, Nolan nos presenta su primera película biográfica con la que decide no querer depender de efectos digitales y usar solo efectos analógicos para la grabación de sus imágenes y sobretodo la explosión de la bomba atómica. Interesante como poco, y que al tratarse de una película con su sello autoral, para lo bueno y para lo malo, es un biopic contado y adornado con todo el estilo del director.

Todos sabemos de la obsesión enfermiza casi esquizofrénica de Nolan al querer aportar los máximos datos científicos posibles, que se escapan del conocimiento del público promedio y que nos comemos con patatas al contar, en su mayoría, con la aprobación de aquellos entendidos. Así que al tratarse de la figura del físico teórico denominada como el padre de la bomba atómica, sin decepcionar, la película cuenta con todo lujo de detalles del mundo de la física. Pero más allá de la ciencia, los acontecimientos sociopolíticos ocurridos durante ese período son de gran importancia; post-guerra de la Gran Guerra, enaltecimiento del nacismo, II Guerra Mundial, muerte de Hitler, Nagasaki, Hiroshima y la Guerra Fría. La vida de Oppenheimer, como bien podemos imaginar, no estaba exenta de pensamiento político; simpatizante de la izquierda del progreso, de la república española, del antifascismo y del comunismo europeo, aunque nunca formó parte de ello. Así que física y política, interesante mezcla, pero que aún le queda por añadir un importante factor en esta prometedora ecuación: la introspección.

Apoyado en su conocimiento de la física, su curiosidad de científico, sus orientaciones políticas y el contexto sociopolítico del momento, “Oppenheimer” se adentra en la mentalidad de su protagonista, al que escribe con mucha destreza reflejando su gris temperamento y que en su primer acto, ya nos define la personalidad de un físico que poco tolera la humillación y que busca un reconocimiento profesional, al que con el tiempo decide meterse de lleno en el proyecto Manhattan autoconvenciendose de hacer un bien para su país hasta que, años después, arrepentirse y posicionarse en contra la experimentación armamentística y la temible bomba de hidrogeno, para en consecuencia ser perseguido por el país que tanto lo alabó. Así que todo su conjunto forma una interesante ecuación de conocimiento, ideologías y personalidad a la que si le añadimos una carrera a contrarreloj contra el nacionalsocialismo alemán, se obtiene un fatídico resultado: El fuego de los dioses.

Como es costumbre, Nolan, no puede hacer las cosas sencillas, y decide dividir la película en tres líneas temporales que, mezcladas entre sí con minucioso detalle, explican la historia por completo, siendo la primera la juventud de Oppenhemier, seguida por la creación de la bomba y finalizada por la trama más anodina de todas, la caza de brujas del protagonista centrada en el personaje de Lewis Strauss interpretado por un magnifico Robert downey Jr.

Y es que “Oppenheimer”, como he dicho antes, posee todas aquellas cosas buenas del cine de Nolan, y también las malas (ya llegaremos a ello), sobredestacando para bien su atmosférico diseño de sonido y su maravillosa banda sonora de la mano de Ludwing Göransson que, si bien no es la mejor de su filmografía, si consigue el mismo efecto que las anteriores, crear una atmosfera aplastante y agobiante a la vez que emocionante. En su suma de factores positivos, se le añade planos recurrentes en sus obras pero de innegable belleza y efecto, donde encontramos la secuencia de la implosión atómica de la Prueba Trinity o la, aún mejor, secuencia del discurso de la contradictoria y amarga victoria después del lanzamiento contra Nagasaki e Hiroshima. También destacar el reparto de excelencia y repleto de múltiples actuaciones muy veraces, destacando a un espectacular Cillian Murphy que por fin consigue el rol protagónico en un film del director, siendo este el actor secundario estrella de Nolan. Junto a Cillian, destaco a los personajes femeninos de Emily Blunt y Florence Pugh. Aún que creo que ambas estan bastante desaprovechadas, si destaco la primera por su fuerte carácter que rivaliza con el del protagonista, y la segunda por su actuación que de nuevo consigue hechizarme, a pesar de ser rebajada a un rol menor y muy sexualizado. Junto a ellos, también destacar el pequeño pero contundente cameo de Casey Affleckal, y al ya nombrado Robert Downey Jr. que es un placer verlo en un personaje creíble y diferente al de Tony Stark. Entre tantísimo personaje, aquellos que hemos visto cine nos encontraremos con caras conocidas hasta debajo de la alfombra, y que siempre son un gusto de ver, pero que si me pongo a nombrarlos a todos me quedo sin caracteres. Y añadido a ello, la película nos da la oportunidad de ver grandes eminencias de la ciencia como Albert Einstein, Werner Hesienberg y Edward Teller, entre otras figuras importantes del momento.



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Víctor Baylach
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6
14 de junio de 2023
32 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre las miles e incansables series que semana tras semana son estrenadas y con mi poco esfuerzo a seguir las tendencias del momento, atraído por el morbo del género criminal y por sus dos actores protagonistas, Elizabeth Olsen y Jesse Plemons, me animo a ver “Love & Death” mini serie traída de la mano de… ¿HBO?, ¿HBO MAX?, ¿MAX? ¡Que alguien detenga esta locura! Sigo… Una serie de 7 capítulos, dirigida por Lesli Linka Glatter, escrita por David E. Kelley basada en el capítulo “Love & Death In Silicon Prairie, Part I & II” del libro “In the Suburbs” escrito por Jim Atkinson y John Bloom, que a su vez se basa en el crimen real ocurrido el 13 de junio de 1980 en Wylie, Texas, del que se enriquece la serie. Ambientada a finales de los 70s y el primer año de los 80s, viene a contarnos la historia real del crimen a hachazo limpio de Cany Montgomery, una mujer de bien, llena de vitalidad, afable, dulce, buena madre, buena amiga, cristiana como la que más, feligresa de la parroquia local, y esposa de un aburrido matrimonio condenado al fracaso. Allan Gore, marido de la amiga de Candy, Betty Gore, sin saber cómo, se verá envuelto en un lio extramatrimonial con Candy, una inocente relación amorosa que ninguno de los dos podrá imaginar su fatal desenlace.

Contando con otra versión de los mismos hechos, “Candy”, de la mano de HULU, protagonizada por Jessica Biel y traída a nosotros el largo tiempo de hace tan solo unos meses, parece que los estudios han decidido explotar la historia y competir por quien la tiene más larga. Desconozco lo eficacia de “Candy”, pero si puedo asegurar la de “Love & Death”. Dividida en dos partes muy evidentes, a simple vista esto parece más un culebrón que otra cosa, pero a pesar de su sinopsis, no estamos ante ninguna telenovela de media tarde. Sus primeros tres episodios destacan por su presentación y exploración de personajes; conocemos sus comportamientos, sus sentimientos, sus rasgos más característicos y el triste vacío emocional al que llenan con apariencias. Pronto empiezan las miradas y la atracción, y de una manera muy poco dinámica nuestros protagonistas se envuelven en un mar de acaricias llenas de deseo y sonrisas tontas que denotan la carencia de cariño.

Si bien esta primera parte, puede resultar un tanto lenta para cierto número de espectadores, en lo personal me he podido sentir cómodo con ella. La situación es sencilla, los personajes gozan de una buena escritura, y reflejan bien las motivaciones de cada uno para aventurarse al adulterio. Pero a partir de su cuarto capítulo la serie despega y cambia completamente de registro, convirtiéndose en un relato de drama criminal, investigación y thriller judicial. Es indiscutible que sin la escritura de su primera parte, la secuencia del crimen y todo lo consecuente carecerían de efecto en el espectador, puesto que apenas conoceríamos a los personajes y veríamos los hechos con relativa distancia. Como punto a favor, si tienes la suerte de no saber los hechos que ocurrieron antes de ver la serie, ésta logra mantenerte con la incertidumbre constante y dudar, capítulo a capítulo, de la culpabilidad de la acusada, más no de su inocencia.

En un relato como este, los personajes son tan o más importantes que la historia en sí, y Elizabeth Olsen destaca sobremanera. A pesar de encontrarle ciertas expresiones y gesticulaciones que ya he visto de ella en otros proyectos, es innegable que esta actriz está viviendo su mejor momento actoral. Sabe mantener el peso del protagonismo dándole carisma y matices al personaje, adecuándose a las diferentes situaciones emocionales que esta vive. Jesse Plemons, del cual estoy encantado con él desde su interpretación de Todd en la temporada final de “Breaking Bad” y en “El Camino”, al igual que sus destacables papeles en “I’m Thinking of Ending Things” y "T'he Power of the Dog", está más comedido pero adaptándose bien a los rasgos placidos y sosegados de su personaje. Lily Rabe convence como la casi inaguantable Betty Gore, al igual que lo hacen Patrick Fugit, como el marido lejano a la vez que preocupado, y Tom Pelphrey como Don Crowder, abogado de Cady, muy inadvertido en su inicio pero con mucho peso en su segunda mitad.

Como otros aspectos, la ambientación de la serie está muy bien lograda, tanto en la vestimenta, peinados y accesorios, como las casas y todo el vecindario. La serie posee una fotografía poco saturada, con la que gana en realismo y en ambientación de suspense, pero en el apartado musical, si bien es funcional, tampoco hay nada por lo que destacar, más allá de su música setentera. Como apartado final, y por ello menos importante, la escena del crimen en un inicio resulta un poco descafeinada, asestando los los golpes fuera de cámara, haciéndola para todos los públicos. Pero a medida que los detalles van saliendo a la luz, gana en el sentido de lo tétrico, hasta el momento en que, en pleno juicio, se describe el crimen con pelos y señales, repitiendo la escena de los 41 hachazos de manera mucho más gráfica y macabra. Un detalle menor, que a los enfermos que disfrutamos del género nos dejará satisfechos.

“Love & Death” es una serie guiada por las decisiones y las acciones de sus protagonistas y no tanto por los acontecimientos que ocurren a su alrededor, y si bien este tipo de productos suelen enriquecerse por una mayor introspección de sus personajes, no es tanto el caso de “Love & Death”, que si bien lo hace y puedes llegar a entender las actuaciones de Candy, hubiera preferido una mayor profundidad en su psicología, sin quedarse en algo tan superficial; aun que con 7 capitulos tampoco podemos pedir mucho más. A su vez, consiste en un relato que hemos podido ver ya en más de una ocasión pero que a pesar de ello y de sus pequeños problemas contiene cierta destreza y agilidad, y junto a un buen elenco, en especial de Olsen, consigue entretenerte y que sea vista con interés, creciendose en su segunda parte y manteniendo la incertidumbre hasta su episodio final.
Víctor Baylach
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8
8 de junio de 2023
17 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 99% de la crítica: Sony Animation consiguió revolucionar el cine de animación con “Spider-Man: Into the Spider-Verse”, es imposible que vuelva a conseguirlo.

Sony Pictures Animation: Sujétame el cubata.

Poca es la fe que le tenemos al maquiavélico estudio cinematográfico de Sony cuando de Spider-Man se trata. Desde su ya lejano y conflictivo acuerdo con Marvel Studios, los fans nos olíamos a chamusquina las intenciones de Sony al compartir a medias tintas con el UCM a su personaje estrella y que adquirió al comprar, de la casa de las ideas, sus derechos cinematográficos a finales de los 90 para que ésta no se fuera a pique. Y es que solo hace falta ver para creer: “Venom”, “Venom: Let there be Carnage”, “Morbius”, excusas muy mal argumentadas para conectar sus proyectos, y un sinfín de películas anunciadas que cada una suena más ridícula que la anterior, solo para meter mano a los bolsillos de los que aún sueñan con ver una buena adaptación de sus personajes favoritos. Pero de entre tanta oscuridad, en 2018, brilló un destello de luz. Una luz de la mano de Sony Pictures Animation que rápido fue creciendo, colorida, enérgica, animada, y de la que surgió la soberbia “Spider-Man: Into the Spider-Verse”, una película de animación revolucionaria, única, creativa, colorida, comiquera, audaz y tan frenética como fresca, con unos personajes que rebosan carisma y un guion muy bien escrito; muy separada de los aburridos y simples live action que Sony nos ha ofrecido estos últimos años.

El público quedó maravillado con Miles Morales, aquel chico de Brooklyn que corría la misma suerte que Peter Parker y que por las malvadas hazañas de Wilson Fisk, conocía a las versiones de Spider-Man de otros universos con los que viviría una peligrosa aventura a la vez que hacía un acto de fe y se convertía en un nuevo Spider-Man. Han pasado 5 años desde que se nos cayera la baba, y con unos diseños y técnicas de animación que ha inspirado a varios proyectos de otros estudios de animación, con un Oscar a mejor película de animación bajo la manga, y con el honor de ostentar una de las mejores películas del trepamuros, Sony Pictures Animations nos trae a día de hoy “Spider-Man: Across the Spider-Verse”, secuela que promete ser aún más grande que su anterior, construida como una gran historia dividida en dos, al confirmar que viene atada a una tercera parte (“Spider-Man: Beyond the Spider-Verse”) y que llegará el año que viene. Así que, si, las expectativas están por las nubes.

Tras reencontrarse con Gwen Stacy, el Spider-Man de Brooklyn se verá catapultado a través del Multiverso, donde se encontrará con un equipo de Spidermans encargados de proteger su propia existencia. Pero cuando los héroes se enfrentan sobre como manejar una nueva amenaza, Miles se verá enfrentado a las otras Arañas y deberá redefinir lo que significa ser un héroe para poder salvar a la gente que más quiere.

Si su precuela ya era audaz en sí misma, “Across de Spider-Verse” pretende ser aún más grande. Si bien parece seguir con el mismo patrón, con su espectacular animación y una acción que sigue manteniendo todo aquello que la hacía única, con imágenes frenéticas y enérgicas, repletas de detalles y estilos, onomatopeyas, viñetas, bocadillos de texto y texturas de un mismo cómic; remarca, si cabía aún más, sus diferentes estilos de cómic, su técnica en stop motion, sus colores, sus texturas y sobretodo su narrativa visual. Un estilo visual que satura la pantalla pero que nunca llega a saturar nuestras cabezas, a nos ser que sufras de epilepsia fotosensible. Gracias a una maravillosa dirección, todo su conjunto es aprovechado para profundizar y desarrollar más en sus personajes, en especial a Miles y a Gwen, usando estilos mucho más pintorescos para diseñar sus escenarios más íntimos y, a partir de sus diseños y colores, sientas las emociones de nuestros protagonistas, tanto en sus escenarios cerrados (sigo enamorado de todas las secuencias en la casa de Gwen), como en sus escenarios más abiertos donde encontraremos grandes planos de exteriores preciosamente encuadrados, como aquel donde la pareja protagonista están sentados al revés, enfrente de toda la ciudad de Nueva York, y que a más de uno le gustaría tener como fondo de pantalla.

Si bien Miles es el protagonista de la cinta, con una evolución de personaje considerable al mantener una confrontación entre el deseo de querer mantener sus dos vidas y la responsabilidad de proteger a los suyos, un arco al que brilla junto a sus padres, el guion decide desarrollar también a Gwen Stacy. Era innegable que en “Into the Spider-Verse”, tanto Gwen como Peter B. Parker destacaban como unos personajes secundarios muy prometedores, teniendo el segundo una mayor influencia. Así que en su secuela deciden indagar más en la personalidad de Gwen, sus vivencias, emociones, y su conflicto paternal, para así junto al arco familiar de Miles, se desarrollen ambos personajes y entiendan el verdadero sacrificio de ser un trepamuros. Peter B. Parker, a pesar de tener un peso menor, también goza de sus momentos de gloria, manteniendo su carisma y su figura de mentor. A ellos se les unen otros personajes carismáticos como “Spider-Punk” o “Hindi-Spider” que se comen la pantalla cada vez que aparecen. Miguel O’Hara (AKA. Spider-Man 2099), hace de un buen antagonista, con quien comprendes sus razones a pesar de su conflicto con Miles, pero él no es el villano, no, ese papel se los dejaremos a “La Mancha”. ¿Y ese quién es? Bah, será solo el villano de la semana. Error querido lector, pues de la misma manera que Miles creía que no supondría un problema mayor, el villano crece y crece hasta ser una amenaza imposible de frenar. Así que ¿cómo narices podrás hacerle frente, Spider-Man?



CONTINUO LA CRITICA EN APARTADO DE SPOILERS SIN NINGUN COMENTARIO QUE DESTRIPE LA TRAMA.
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Víctor Baylach
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