Me ha sorprendido de sobremanera comprobar que la película no alcanza ni siquiera las tres horas. A mi me parecieron seis. Poco más que añadir.

Ahora bien, los primeros 20 minutos hay que verlos, sí o sí. Creo que esos son los que la bañan de tanto mito.

El problema radica precisamente en que esa intensidad es insostenible a lo largo de toda una película, y el contraste entre la acción extrema del principio y la lentitud del resto me pareció tremendamente dañino. La sensación de monotonía y de falta de avance me acompañó el resto del tiempo, hasta el punto de que terminé de verla por respeto al título, y porque en el fondo, tenía la esperanza de que se dinamitara nuevamente el polvorín de la acción en algún momento.

No he sido capaz de ver esta película haciendo zapping y continuar el mismo. Independientemente de en qué momento de la película la pille, tengo que quedarme a verla hasta el final.

El argumento podría ser más real de lo que muchos creen, el desarrollo es una americanada mayor que el meteorito y la banda sonora pone los pelos de punta. Si nos ponemos exquisitos con el rigor científico, no soportaremos sus descomunales desafíos a la realidad pero, ¿de verdad que no váis a ser capaces de apagar durante 150 minutos vuestro razonamiento quisquilloso? ¿Dejaréis que eso os impida disfrutar de un clásico Michael Bay & Jerry Bruckheimer? ¿Sabéis qué significa "ciencia ficción"?

Yo desde luego estoy dispuesto a ser crucificado por la comunidad científica como precio a pagar por disfrutar tanto de esta película.

Reconozco que la duración de la película me ha disuadido de verla en numerosas ocasiones. Me la había recomendado un amigo hacía casi tres años, conocedor de mis gustos mafiosos(cinéfilamente hablando, nada más). Sin embargo, no ha sido hasta esta pasada semana, cuando encontré el momento, la compañía y los planetas alineados adecuadamente para verla.

He de decir que si bien la duración puede asustar a priori, no supone problema alguno. Sin necesidad de provocar una taquicardia crónica a base de acción, la película transcurre a un ritmo excelente, sin prisa pero sin pausa. Los personajes evolucionan sin sobresaltos, pero si al final de la película, reflexionamos sobre dónde han llegado, nos sorprenderá cuán grande ha sido su cambio, y cuán paulatino ha sido el mismo, señal inequívoca de que no se ha forzado el argumento buscando el efectismo. En ningún momento tuve sensación de aburrimiento o pesadez, el estímulo se mantiene constante.

Así que, para exprimir hasta la cáscara del argumento de la duración, no dudéis en buscar tres horas libres, buena compañía y palomitas, y disfrutarla.

P.D: Recomiendo encarecidamente ver en versión original, con subtítulos o sin ellos, a gusto del consumidor. Pero la vso merece mucho la pena.

Hay muchísimos aspectos de Into the Wild que merecen toda una tarde de análisis profundo. Pero, al fin y al cabo, lo que quiero es transmitir lo que me aportó esta obra de arte a mi. Seré breve y conciso, al fin:

Sé que no he vuelto a ser la misma persona tras verla. Y no volveré a serlo jamás.