Film dirigido por Anthony Mann y protagonizado por su actor fetiche James Stewart en la que los dos hacen un trabajo impresionante.
James Stewart es un capitán del ejército de los Estados Unidos que va a vengar la muerte de su hermano a partir de ahi comienza este gran western que no abunda por sus tiroteos sino por su magnífico guión, por sus actores, por su atmosfera, por sus fantásticos paisajes y todo esto comienza con una bonita canción al principio de la cinta.
Los secundarios como he dicho no fallan, un gran Donald Crisp, un Arthur Kennedy muy convincente, un Alex Nicol que antes de actuar en algunos spaghetti-westerns se forjo en piezas tan buenas como esta y una excelente Cathy O´Donnell que pone el protagonismo femenino en la cinta como la señorita Barbara Weiggoman.
Anthony Mann sabía muy bien como dirigir el cine y para mi que sus westerns son dignos de admiración, con esa puesta en escena, ese saber hacer que hacía únicas sus films y entre ellos sus westerns.
Este fue el último western con James Stewart y Anthony Mann juntos y de verdad que fue una despedida más que notoria en la que un hombre llamado Will Lockart será el protagonista de esta acertadísima producción que con toda seguridad gustará a los amantes del buen cine y del buen western de antaño donde no había ordenadores y si había un denominador común:
el cine es un arte y cintas como esta así lo demuestran y dignifican.