Muchas veces, el cine no se da cuenta de que no siempre es buena idea adaptar un cómic a la gran pantalla. Con Mortadelo y Filemón les costó tres intentos darse cuenta de que la única vía posible para respetar el estilo del inimitable Ibáñez es la animación. La imagen real, pues como que no le iba mucho. A Astérix le pasa lo mismo. El dibujo animado es lo único que le va para ser tan simpático y divertido como el comic, como bien quedó demostrado en Astérix y las Doce Pruebas. Esta cinta se ve simplemente ridícula cuando intenta reproducir los superpoderes de los habitantes de la famosa aldea gala cuando toman la poción de Panoramix, y su entretenimiento es escaso también a pesar de lo mucho que lo intenta. Christian Clavier y Gerard Depardieu hacen lo que pueden y son dos actores de probado talento, pero ni siquiera su esfuerzo cómico es suficiente para aprobar la propuesta.
¿Y a quién se le ocurrió poner a Roberto Benigni de malo? En fin.

Lo mejor: Clavier y Depardieu, que hacen lo que pueden.
Lo peor: La imagen real NO le sienta bien a Astérix. Es así.