Drama, tildado por "romántico", aunque yo lo pongo no poco en duda, ambientado en el mundo del tenis y que tiene tres vértices, tres personajes principales, que se necesitan, desean, quieren y usan según la ocasión.

Gudagnino, lo mejor que hace, en mi opinión, es presentarnos la historia de forma muy atractiva visualmente, gracias a su espléndida dirección artística, preciosa fotografía y estupenda banda sonora. Además de ello, tiene como protagonista a Zendaya, que aparece como una diosa sensual y sexy, capaz de volver loco a cualquier hombre y, más o menos, plegarles a sus deseos. Aunque no todo lo que reluce para ella es oro.

Su juego es interesante, pero a mi modo de ver también irregular y no siempre tan profundo como parece. Y es que, en ocasiones, parece que se nos quiera narrar una historia shakesperiana, cuando todo es más mundano.

Con todo, no aburre, aunque su metraje se me antoja excesivo para lo que cuenta. Su parte final se alarga más de lo debido, creo yo.

Pero, indudablemente, tiene tomas, escenas, de gran plasticidad, muy bien rodadas, como las del partido final, amén de momentos de gran cine, como la conversación entre los personajes de Zendaya y Josh O'Connor, ambos solos en la habitación y con la cámara yendo de uno a otro cual partido de tenis.

No está nada mal pero creo sinceramente que se la está sobrevalorando.

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