Realmente, prácticamente suscribo lo dicho por Edmundo en la crítica anterior. En el elenco de este drama «familiar» figuraron actores del renombre de William Hurt o John Hurt, siendo el director el inefable Chris Menges, en la que es hasta el momento su penúltima incursión tras las cámaras. ¿Cómo es que posible que esta película sea proyectada casi tres lustros después y en un canal relativamente «minoritario»? Esto corresponde más bien a la sociología del séptimo arte. Es triste que el actor que encarna al niño, Chris Cleary Miles, no volviera a intervenir en película alguna, salvo en dos cortos.
Quizás podríamos argüir que la filmografía de este realizador británico incide una y otra vez en ciertos tópicos, pero por otro lado este afán, probablemente involuntario, de proselitismo no es privativo de Menges, que adapta una novela del también británico David Cook (1940-2015).