‘Blasted‘ (titulada en España ‘¡Caña al extraterrestre!‘… es lo que hay) es una comedia noruega de Netflix que combina despedidas de soltero y aliens. ¿Cómo decir que no a algo así? Lo sé, imposible, y por eso estáis leyendo esta crítica. Una vez vista, puedo confirmar que estamos ante una entretenida propuesta que da lo que promete, aunque deje la sensación agridulce de que podría haber sido algo más, en especial teniendo en cuenta su atractivo punto de partida. Pero mejor vayamos por partes.

Técnicamente la película es sorprendente, ya que podría haber pecado de conformista, pero se nota el cariño tras las cámaras, a pesar de ser una cinta de serie B. Mención especial a los convincentes efectos especiales, los cuales hacen palidecer a los de cualquier serie de Marvel en Disney Plus. Y no, no es broma. Aunque no es oro todo lo que reluce, ya que el film dura casi dos horas, totalmente excesivo para un producto de estas características (hora y media hubiese sido lo deseado y acertado). Obviamente, el ritmo se ve afectado, con una trama que tarda demasiado en despegar, poniendo toda la carne en el asador en su potente clímax, cuando ya es demasiado tarde para convencernos de que estamos ante una estupenda comedia, quedándose en simpática, sin más.

Respecto al guion, se nota la desesperación en buscar la nueva ‘Shaun of the Dead (Zombies Party)’, y sólo hay que fijarse en el montaje del film para darse cuenta. El problema es que es una comedia que despierta sonrisas (gran parte del mérito es cortesía de sus achuchables secundarios), pero no risas, fracasando a la hora de hacer gracia. Una pena, porque una premisa semejante invitaba a pensar en una propuesta desternillante, pero no ha podido ser, aunque lo intente a marchas forzadas.

Tampoco se puede obviar el hecho de que a los dos protagonistas les falta garra y carisma, siendo holgadamente superados por los secundarios, mucho mejor dibujados. A pesar de todo, la película ofrece emotividad y química entre sus personajes, aunque navegue por lugares comunes para el gran público. Por último, no se le puede encontrar ningún reproche al entregado reparto, notándose que se lo están pasando en grande, agradecidos por unos personajes entrañables, en especial los secundarios.

En conclusión, creo que es una propuesta simpática, entretenida y que sirve para pasar un buen rato, pero que se queda a medias al no querer ir más allá, cuando tenía potencial para ser una comedia mucho más gamberra (le falta mala baba) y desenfadada, pero no ha podido ser. Pero oye, tampoco es el nuevo desastre de Netflix, así que toca celebrar que al menos este film noruego esté por encima de la media en lo que respecta a la plataforma. Ni tan mal.

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