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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Comedia Última película muda de Buster Keaton. La actriz Trilby Drew se casa con Elmer, quien está locamente enamorado de ella. Pero ella no parece sentir lo mismo... (FILMAFFINITY)
8 de marzo de 2012
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo puede una mujer casarse con un hombre al que no ama, solamente por despecho?, ¿Cómo puede un hombre casarse con una mujer que sabe bien que no lo ama, sólo por salirse con la suya? Necedades de unos y de otros, pero el cine siempre se las arregla para que, aquellos hombres que resulten utilizados abusando de su predisposición incondicional, tengan la oportuna ocasión de un acto heróico con el cual merecer el amor-agradecimiento de aquella mujer que no es más que una tonta.

Con un amén para estas condescendientes salidas, y en beneficio de los finales felices que a tantos nos agradan, la última película muda que hizo nuestro apreciado Buster Keaton, tiene también como tema central una idea como aquella.

Elmer (nombre que desde aquí, y en homenaje al gran perro San Bernardo que le acompañó por muchos años, Keaton seguiría utilizando en buena parte de su filmografía sonora), es un modesto planchador de pantalones quien, tras asistir a la representación de una obra teatral, resulta tan prendado de la actriz Trilby Drew, que sigue yendo todos los días mientras la obra sigue en cartelera. Lleno de envidia por un comparsa que, al final de la obra, se da el lujo de besar a la chica, Elmer se propone ocupar su lugar aunque le toque sobornarlo, y para su “suerte”, la policía llega ese día en busca de aquel privilegiado y el sí para que lo reemplacen no se hará esperar, pues tiene que tomar las de Villadiego.

Abierto luego un triángulo amoroso, pues el hombre amado se ha comprometido con una rubia, surge luego un matrimonio por despecho donde Elmer es la “feliz” víctima y Trilby la despechada.

El filme se mueve luego en aguas muy saladas, la comedia y el drama han ocupado, y seguirán ocupando, lugares plenamente compartidos, y el filme entretiene de palmo a palmo aunque sin grandes sorpresas o descrestes de originalidad, excepto en ese climax muy bien logrado desde los encuadres, las acrobacias y la acción en general.

Edward Sedgwick, quien ya había dirigido a Keaton en esa gran joya titulada “El cameraman”, no tiene aquí tanta fortuna, pero logra un filme muy atractivo, con suficiente encanto y sin duda entretenido. A Vincente Minnelli tuvo que haberle gustado porque, 14 años después, lo tomaría como base para su filme “Marido por accidente” (I dood it)… Y, a algunos otros, hubo partes que también les interesaron.

Título para Latinoamérica: “MATRIMONIO FORZADO”
Luis Guillermo Cardona
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