Un capítulo de Seinfeld es como un pellizco a nuestras vidas. Como ese día que no encontramos el coche en el aparcamiento, ese día en que nos quedamos sin palabras, o ese día en que quedamos en ridículo, o ese otro en que alguien te hizo una broma y lo odiaste por ello. Seinfeld es la parte más cotidiana, más prosaica, más real y más divertida de nuestros días, de nuestras vivencias, de nuestras anécdotas y de nuestra vida.

Cada capítulo es un acercamiento a ese lado nuestro que todos tenemos y que a veces queremos ocultar, cada capítulo es un regalo y, por supuesto, cada capítulo es una auténtica maravilla.