En su día, muy exitosa obra de Broadway que en su paso al cine cosechó buena crítica y respuesta popular.
Y no me extraña por cuanto resulta muy simpática, divertida y con números musicales (sobre todo de baile) excelentes.
Bien dirigida por David Swift que, además, puso la pasta, la película resulta un buen ejemplo de cine musical competente, donde los números musicales se intercalan de maravilla en los humorísticos.
En este film descubro a Michele Lee, una actriz/cantante simplemente preciosa.

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