Shrek para siempre

Mucho mejor de lo esperado, repito. Nada hacía preveer que después de dos secuelas del que ya podemos llamar clásico iba a remontar vuelo, y de qué manera. Pocas veces se ha mostrado en el cine el peso de la rutina tal y como se muestra en la última entrega de Shrek. El desarrollo posterior quizás no esté a la misma altura, aunque pedirlo sería creer que existen las hadas y los ogros, pero está lleno de aciertos y de toques humorísticos dignos de todos elogios.

En el fondo nos encontramos ante un revisitación del clásico de Frank Capra, “Qué bello es vivir”, con un protagonista casi tan guapo como James Stewart, perdón por la broma. Eso es ir por senderos seguros por transitados, aunque eso sí, le resta un pizca de originalidad que a bien seguro y viendo el resultado global, sabremos perdonar. ¿A qué sí?

Sinceramente no es el mejor film de las cuatro pero mejor que el tercero por lo menos lo es.
Desde luego ninguna es decepcionante, aunque la tercera si se compara con sus antecesoras es obvio que baja pero igualmente fue buena. Una tristeza ver que una saga de personajes tan buenos y con los que te has encariñado se acabe ya, pero por lo menos nos queda nuestra querida "Cómo entrenar a tu dragón" que esperemos y no se acabe fastidiando con esa idea que han tenido de ser una saga.
Nada tengo que decir de este film, vela y dime si no te causa tristeza el fin de esta gran era.

Otra vuelta de tuerca más a la fórmula agotada del ogro Shrek (como ya se vio en la nefasta tercera entrega). Aquí nos presenta a un Shrek cansado de su vida como padre y esposo, hecho por el que firma un contrato con una especie de mago, por el cual pasará 24 horas siendo un ogro soltero, cosa que echa de menos. Lo que no sabe es que el contrato conlleva que todo lo que conoce nunca volverá a ser igual. Entonces descubrirá que la familia es lo más importante y intentará recuperar su antigua vida (el repugnante mensaje de siempre).
El problema es que los chistes son los mismos que en la primera entega, al segunda y la tercer, los tics también son los mismos y ni el gran Gato con botas hace gracia, lo cual es un crimen. Esperemos que esta familia de ogros se vaya de nuestras pantallas y así no contínuen borrando el recuerdo de sus dos estupendas primeras entregas.

Shrek siempre ha sido, es y será entrañable y carismático, especialmente para esos locos bajitos. Lo cierto es que Dreamworks ha dado en el clavo con el personaje.
Shrek 2 amasó más de 800 millones de dólares en todo el mundo y salvó a la sección de animación de Dreamworks del cierre, y la tercera entrega llegó a los 790 millones. Así, pues, era lógico que hubiera una cuarta entrega.
Con Shrek asentado como cabeza de familia, pero proprenso al estrés de la vida diaria, los guionistas han ideado una pirueta por la cual esta estrella de Dreamworks vuelve al pasado para hacer lo que más le gusta: gritar, asustar a la gente, bañarse en barro,... aunque sólo sea por un día, pero todo será distinto.
El guión, pues, es bastante simple y quizá acusa ya el agotamiento de la saga. Esta cuarta entrega sigue manteniendo las señas de identidad que han hecho grande al Ogro verde: humor, atractivos personajes secundarios complementarios, un villano llamativo, un mensaje bondadoso y accesibilidad a todas las edades.
Sin embargo, si echamos la vista atrás, puede verse cómo se ha desgastado la capacidad de sorpresa y ha perdido enteros en el en el entusiasmo que provocaba anteriormente. No es que sea una mala película, pero quizá se esperaba una despedida algo más elaborada y espectacular.

De todas maneras, Shrek es Shrek y siempre gusta y deja algo (el graciocísimo ¡Ruge ya! o el baile). Para los nostálgicos, no se preocupen, habrá película del Gato con Botas.

Muchas aventuras y hechizos tendrán que experimentar nuevamente frente a las adversidades.

Un mundo de grandes fantasías y diversiones se viven.

El amor en esta pelicula muestra el cariño y el afecto entre estos dos personajes "Shrek y Fiona" .

Es muy buena, trae mucha comedia y explica lo que se puede llegar hacer para proteger el verdadero amor y vivir "felices para siempre".