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El hombre que conocía el infinito

Drama Narra la historia de Srinivasa Ramanujan, un matemático indio que hizo importantes contribuciones al mundo de las matemáticas como la teoría de los números, las series y las fracciones continuas. Con su arduo trabajo, Srinivasa consiguió entrar en la Universidad de Cambridge durante la Primera Guerra Mundial, donde continuó trabajando en sus teorías con la ayuda del profesor británico G. H. Hardy, a pesar de todos los impedimentos que ... [+]
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Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
5 de agosto de 2016
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las matemáticas pueden resultar fascinantes si se saben explicar. Os propongo un juego. Escoged un número del 1 al 10. Multiplícalo por 0, como diría Bart Simpson. Sí, el resultado es 0. No hay ningún misterio. Ahora hagámoslo más difícil. Pensad otro pero esta vez del 1 al 100. Si multiplicas por cero el resultado es el mismo. Parece fácil. Pero si multiplicamos cero por infinito la cosa cambia. La solución puede dar cero, infinito o trece. Resolver este ejercicio es una nimiedad en comparación con los hallazgos de Ramanujan que describe la película “El hombre que conocía el infinito”.

Narra la vida de Srinivasa Ramanujan, un joven indio con el don de las matemáticas. Descubre series infinitas y propone nuevos teoremas a los que no había hombre preparado para descifrarlos. Y mucho menos para hallar alguna utilidad a todas las ecuaciones que Ramanujan dibujaba en sus cuadernos. G. H. Hardy, profesor de Cambridge, le ayudará a traducir sus números a un lenguaje comprensible.

La cabeza del genio matemático imaginaba todas las respuestas en su cabeza. Los números venían a él. Luego plasmaba la solución en una hoja de papel. El problema es que no sabía explicar cómo había llegado a esa conclusión. Por eso sus descubrimientos no tenían ningún valor hasta que no se corroboraran con pruebas. Para Ramanujan sus soluciones les parecía totalmente obvias así que será el profesor Hardy el encargado de llevarle por el duro sendero de probar sus afirmaciones.

Mientras que Ramanujan era una fuente incesante de nuevos teoremas, Hardy ejercía de poli malo al exigirle por escrito el proceso deductivo que había desarrollado antes de que se lanzara a descubrir más enigmas. Formaban una pareja al estilo de los televisivos Doctor House y la directora Cuddy. Uno diagnosticaba deduciendo la solución de los síntomas del paciente, la otra le exigía pruebas antes de iniciar el tratamiento, no vaya a ser que matara al enfermo de turno. Un tiro y afloja que alcanzaba el mejor resultado cuando la disputa se mantenía en equilibrio.

“El hombre que conocía el infinito” es un biopic al uso sobre la figura de Ramanujan. Conocemos su forma de trabajar pero sus estudios no acaban llegando al espectador quizá por la complejidad de sus teoremas sobre la Teoría de Números. No cautiva tanto como “Una mente maravillosa” pero mantiene el interés hasta el final. La película puede pecar de ser un poco fría debido a una amistad carente de complicidad entre el joven indio y el profesor. Además, las escenas de su esposa en la India apenas aportan emotividad al relato.

Dev Patel, bien conocido por su papel de “Slumdog Millionaire”, interpreta al genio matemático. Una oportunidad para reafirmarse como un actor bastante solvente. La dirección de Matt Brown es correcta. El guión coloca de trasfondo el interesante tema sobre la eterna disputa entre la ciencia y la religión.

La película nos descubre a Ramanujan. Una figura poco conocida pero que su original trabajo ya se utiliza para describir el funcionamiento de los agujeros negros. “El hombre que conocía el infinito” es la historia de un profesor que pone a prueba los límites de la intuición de un genio de las matemáticas. Porque si se sabe explicar, los números pueden resultar fascinantes.

Mucho más en https://butacasundance.wordpress.com/2016/08/05/el-hombre-que-conocia-el-infinitoforzando-los-limites-de-la-intuicion/
Jorgemr
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11 de septiembre de 2016
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nuevamente en sintonía con la "desalmada" crítica de Ferdyduke -aunque algo más piadoso- encuentro a este biopic de Ramanujan, el "místico matemático" (según su propia confesión), un modesto producto cinematográfico al que, como mayor mérito, agradezco haberme hecho conocer la existencia del personaje.
Es cierto que según lo que se sabe del matemático indio por fuera de su legado, tuvo una vida corta y en ciertos aspectos íntimos bastante sufriente, pero es justamente la excesiva presencia de tales circunstancias de su derrotero, tratadas a mi gusto con sesgo melodramático, lo que degrada la calidad del film. Y no porque no fuera importante conocer su origen, extracción de clase (casta) dependencia edípica y conflicto matrimonial, así como por la recepción xenófoba y destrato del estáblishment científico británico -salvando algunas honrosas excepciones-, sino por el escaso, superficial y mal presentado conflicto entre sus formulaciones de procedencia supra racional y el método "hipotético-deductivo", tradicionalmente encarnado en la ciencia occidental y (no casualmente) tan atacado por el fundamentalismo religioso.
En pocas palabras, "The Man Who..." es una película "antigua", de una estética bastante pasada de moda -aunque bien resuelta dentro de sus parámetros-, con un discreto nivel de lenguaje que no profundiza en la cuestión medular, limitándose a contar "más o menos" que pasó y cómo fue, pero dándole muy poco espacio a lo científico en sí, tanto desde un enfoque epistemológico como de difusión.
Fiel a su estilo, todo lo relativo a lo técnico-actoral está bien resuelto, pero atento a la crítica precedente, poco serio sería decir que me satisfizo la labor del guionista. Ni del director...
Por último, cabe mencionar que "el fenómeno Ramanujan" guarda alguna relación simbólica con la obra que mucho años después publicaran F. Capra, I. Prigoyine y tantos más; una combinatoria de formulación científica con sustrato místico.
En síntesis, lejos de ser una gran película es -al menos- útil para conocer una historia que merece ser contada.
Adrián Klas
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23 de agosto de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay una vida científica interesante, que a todas luces amerita ser contada, es la de Srinivasa Aiyangar Ramanujan, matemático indio de formación autodidacta que llegó a revolucionar la matemática moderna a partir de su extraordinario trabajo centrado en series, fracciones continuas y teoría de números junto a su alma mater británico G. H. Hardy. Más allá de su talento excepcional, convengamos en que su biografía contiene los elementos ideales para el desarrollo de un melodrama cinéfilamente sustentable: infancia pobre en Madras, en el corazón del Tamil Nadu británico de fines del siglo XIX (hoy India), el descubrimiento muy temprano de una disciplina en la que luego descollaría deslumbrando a seguidores y detractores, un casamiento arreglado con una novia que en el momento de desposaría contaba con solo 10 años, una relación que devendría hostil con una suegra desconfiada y sobre todo, su camino al estrellato en el escenario bien acartonado y seductor del Cambridge de comienzos del siglo XX, formando una parábola perfecta de éxito del oprimido que haría las maravillas de cualquier melodrama con pretensiones de corrección política. Encima actúa como Hardy Jeremy Irons, un monstruo del cine capaz de aportarle sobriedad y sentido a cualquier personaje del montón, y, como remate podemos decir que Raj Patel, eaquel de “Slumdog Millonarie”, no desentona en el papel estelar. Sin embargo, aunque sabemos que hacer películas de genios redimidos generalmente vende mucho y bien - "Una mente brillante" o "The imitation game" no me dejan mentir-, a veces es necesario aporar más que un buen formato y actuaciones correctas para ponerle pimienta a un biopic de este tipo. A ver, no es que la vida de Ramanujan no sea interesante y adecuadamente épica, ni que el conflicto entre carcamanes encumbrados y el pobre y brillante indio para ingresar a la “Royal Society” no esté bien retratado, ni que el advenimiento de la Primera Guerra Mundial en la atmósfera acartonada de Cambridge, con zeppelines alemanes incluidos, no brinde el clima adecuado para poner en escena el combate entre justos y poderosos. Es más, hasta el filósofo Bertrand Russell (Jeremy Northam), apodado "Bertie" por Hardy, su amigo, se suma a la cruzada pacifista, atea y progresista y le aporta dramatismo y corrección política a la trama.
Uno de los problemas con esta película, me parece, es que su desarrollo está demasiado amoldado a lo esperable, haciendo que los aciertos actorales y climáticos no brillen lo suficiente y que aparezcan, por ejemplo, demasiado diferenciadas y hasta polarizadas las narrativas del momento británico y el indio de la historia, acaparando todo el dramatismo y la humanidad en el segundo y casi todo el acartonamiento en el primero. Posibles objeciones históricas mediante, parece poco creíble, además, que alguien con el vuelo intelectual de Ramanujan parezca tan patéticamente incapaz de justificar sus hallazgos como lo presentan. Sus creencias religiosas, convenientemente exacerbadas, también redondean una oposición algo sospechosa entre el raciocinio deductivista de Hardy y el intuicionismo del protagonista, habilitando una visión paternalista y algo eurocéntrica que, según leí por ahí, tal vez no le haga justicia al hecho de que la India representó y representa, más allá del innegable prestigio y glamour de Cambridge, uno de los centros matemáticos de mayor reputación en la historia de la humanidad.
Al margen de la fidelidad a los hechos reales de la historia, de remate podemos decir que el componente afectivo e intimista de la trama, su tonalidad sentimental, tampoco llega a tener una dimensión central, haciendo que el espectador quede atrapado, por momentos, entre los vericuetos de las genialidades inexplicadas de Ramanujan y un sufrimiento personal que es más exhibido que explotado en sus matices.
En fin, interesante historia y correcta realización, pero, al igual que algunos enigmas que aún siguen atormentando a los matemáticos actuales, algo quedó sin resolver en el relato.
Giorgio1967
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13 de enero de 2018
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué sucedería, si un traje de modista de barrio, se lo vestimos a Kate Moss, en el mejor momento de su carrera, para que desfile en una importante pasarela?

Pues, eso ha sucedido. Jeremy Irons, vestido en esta película, con un sencillo traje interpretativo, que ha tratado de dignificar, se nos ofrece mal cortado, ni siquiera con un diseño que atrape. EL HOMBRE QUE CONOCÍA EL INFINITO, resulta tan aburridamente obvia, tan escasa en complejidad, que el discurso de fondo se desvanece, y lo que queda, son un montón de escenas hilvanadas por algo que ni te importa, y lo más triste... tampoco aporta.
ALIENTO
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26 de septiembre de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es una película que atraiga. La verdad es que es un descubrimiento y algo mas que puedo aprender gracias al cine. La historia se hace amena gracias a la interpretación de Dev Patel y sobre todo Jeremy Irons que se come a pantalla y engrandece la película.
Para conocer algo mas sobre uno de los grandes de las matemáticas y no salir defraudado. Un placer.
Megustaelcine
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