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Judy

Drama Durante el invierno de 1968, treinta años después del estreno de 'El mago de Oz', la leyenda Judy Garland llega a Londres para dar una serie de conciertos. Las entradas se agotan en cuestión de días a pesar de haber visto su voz y su fuerza mermadas. Mientras Judy se prepara para subir al escenario, regresan los fantasmas que la atormentaron durante su juventud en Hollywood. A sus 47 años, la cantante se enfrenta a las inseguridades que ... [+]
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Críticas 58
Críticas ordenadas por utilidad
21 de febrero de 2020
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Vuelvo al tema de siempre cuando se trata de biopics. Debajo de toda esa máscara está Renee Zellweger? Podría estar mi tía Paquita y ver igual a la Garland. Luego, cuando tratase de que nos la creyésemos sería otro cantar.

Con esto quiero decir que el maquillaje ayuda demasiado en componer un papel. Luego, si no hay un actor/actriz solvente de poco sirve. Pero no tiene más mérito ver a la actriz, reconocerla y, al mismo tiempo olvidarte de ella para ver el personaje que interpreta? Me pasé casi las dos horas intentando encontrar a Renee!

Al margen de esto, la Zellweger hace un mejor trabajo que mi tía Paquita, faltaría más, y la película es un sin vivir sufridor de su protagonista.

Es tristísimo ver como una actriz, cuyas películas parecían indicar lo contrario, tuviese una vida tan dramática. La denuncia al antiguo sistema de los grandes estudios, que aunque ahora no remedie daño alguno, donde la vida de la estrella principal era poco menos que una boñiga y de dónde no extraña la vida autodestructiva que esta llevase.

Me sorprende bastante la escena final que imagino es una licencia para provocar una emoción pero que queda muy bonita.
jesus
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14 de abril de 2020
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Judy Garland fue una estrella infantil sometida a una gran presión típica de la industria del cine, así que su vida fue un torbellino que acabó de mala manera.

Es entretenida, la actuación de Zellgewer es memorable, la lucha contra los demonios internos que tantas veces hemos visto. Un juguete roto que lucha por sobrevivir. La escena final es lo mas destacable del film.
savenda
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7 de junio de 2020
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Judy es Renée Zellweger. No hay duda.
La película de Rupert Goold no tiene nada de malo por sí misma. Al contrario: es elegante, cuenta con un vestuario y una caracterización de extraordinaria calidad, un reparto impecable (atención a las escenas de Rufus Sewell y Finn Wittrock, los amores pasados y presentes de la protagonista) y un guión que sabe combinar la parte quizás más "histórica" y profesional de Judy Garland con la más personal (atención a las emotivas escenas con sus hijos pequeños, especialmente aquella en la que los tres se abrazan dentro de un armario, o cuando discute con Sydney Luft sobre su custodia y sufre por la ausencia de los pequeños, o su lucha por ser una buena madre para ellos, pese a sus muchos demonios).
Pero todo sería un telefilme de calidad, algo bastante habitual en los biopics, por otra parte, si no fuera por el esfuerzo descomunal de la intérprete de Cold Mountain por metamorfosearse en la inolvidable Dorothy de El Mago de Oz. Mucho se habló en su día del bótox que se inyecto Zellweger en la cara y cómo sus actuaciones se vieron afectadas por ello. Se comentó incluso que esa fue la razón de su desaparición de la primera línea, junto con el hecho de ir haciéndose mayor, como por desgracia les sucede a muchas actrices a partir de los 30 o 35 años. Sin embargo, ya asentado el "desastre", quedó demostrado que nada, ni todo el bótox del mundo, puede ocultar que Zellweger es una excepcional actriz, cuando quiere y cuando acierta con el proyecto, como probó de sobras en la excelente tercera parte de El diario de Bridget Jones. En esta ocasión, incluso su nuevo rostro ayuda a contar la historia de Garland en sus últimos años. El ocaso de la diva es claro en la interpretación de Zellweger: delgadísima, demacrada, con tics extraños en el rostro por las drogas, hundida cada vez más y más en la ansiedad y la desesperación, la protagonista de Chicago es la viva imagen del juguete roto en que se convirtió la madre de Liza Minnelli. Se trata, como decimos, de un trabajo finísimo de Renée Zellweger, en lo físico y en lo emocional, capaz de emocionar hasta a las piedras. Atención, como decíamos, a las escenas con sus hijos o al espectacular final, cantando su tema estrella, o intentándolo. Sencillamente espectacular.
Notable homenaje a una mujer que lo tuvo todo, pero vivió en una permanente tragedia personal.

Lo mejor: Renée Zellweger.
Lo peor: Nada realmente, salvo que es correcta sin más.
Sibila de Delfos
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17 de octubre de 2020
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Renée está genial, y hace un buen papel, eso es inegable. Es una lástima que ya mucha gente no sepa quien es Judy Garland, y aún me da mucha más pena que la gente piense que el tema "somewhere over the rainbow" es de Israel y no de Judy....

Una buena película, para disfrutar un poquito más de Judy y también para volver a "saber" lo mal que lo pasaron los actores y actrices desde sus infancias.
edugrn
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17 de diciembre de 2020
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Cinta musical basada en hechos reales sobre la última etapa en la vida de Judy Garland. El metraje se une a toda la colección de biopics sobre figuras musicales que nos ha regalado el cine (desde "Te veré en mis sueños" (1951) hasta "Clouds" (2020), pasando por las indispensables y muy loables "Amadeus" (1984), "Ray" (2004), "La vie en rose" (2007), "Behind the Candelabra" (2013) o "En la cuerda floja" (2005)) pero no destaca dentro de este subgénero y se queda sin pena ni gloria como "una más" (está al nivel de largos como "Love & Mercy" (2015), "Dreamgirls" (2008), "Mientras estés conmigo" (2020), "Rocketman" (2019) o "Beyond the Sea" (2004))... aunque no llegue a ser un completo desastre como el que sufrimos con cintas como "Jersey Boys" (2014).

Y es que este melodrama con números musicales notablemente ejecutados resulta en su conjunto entretenido y liviano, la lástima es que no pase de ahí pues tenía una temática que se podía haber tratado con mayores virajes y matices, y con más madurez, complicidad y profundidad (es cierto que incluso "Bohemian Rhapsody" (2019) sabe jugar en el guión con mayor arrojo, sustancia, valentía y transformación que "Judy". Pero si es cuestión de comparar libretos de biopics musicales excelentemente ejecutados, tenemos "La vie en Rose" que también trata de una gran figura musical femenina y logra en el desarrollo argumental la calidad de la que "Judy" carece).

Y es que resulta que el libreto de "Judy" (que se centra en un momento muy concreto de su vida: su ultimo año y su ocaso personal y profesional, con ciertos flashbacks que nos "explican" el porqué de su desdicha) no es que escoja mal sus momentos, es que no incide en ellos con dimensiones, realismo, complejidad y hodanadas. "Judy" se conforma con exponer lo más básico entre lo básico de sus situaciones y pasa de puntillas por todo (desde las enfermedades mentales y adicciones ocasionadas por su explotación laboral hasta sus romances y divorcios), no se explora nada con avidez y nos limitamos a observar unas situaciones tan revistas y simplonas como tópicas y previsibles (en especial todo lo que envuelve la infancia de la artista) con conflictos cargados de clichés y "malos muy malos". Y es que la construcción de personajes (más allá de la que aporta la protagonista) es nula y la falta de capas en ellos no les hace parecer ni siquiera seres humanos, más bien maniquíes que deambulan para rellenar la pantalla. Los diálogos que sueltan son limitados, tipicones y anodinos, y hacen alejarse al espectador.

Una pena que Goold y Quilter no se esmeraran un pelín más. Porque distraída y cadenciosa la cinta sí llega a ser en un visionado... pero esto es más gracias a la labor en su puesta en escena y fundamentalmente gracias a la interpretación que se marca Renee Zellweger. Porque es cierto, la oriunda de Texas imprime a su personaje la identidad, el carisma y el carácter necesarios a una protagonista del celuloide. Quizás no sea una interpretación que vaya a quedar en los anales de la historia del cine, pero si se trata de dilucidar si es la mejor interpretación femenina principal de 2019... desde luego ella destaca por si sola.

Zellweger tiene rodaje en la gran pantalla... y en el cine musical (sigo pensado que mereció el Oscar a mejor actriz principal en 2002 por "Chicago" en lugar de Kidman). Y aquí lo vuelve a demostrar en un personaje cuyas carencias de edificación en el guión quedan cubiertas gracias al empaque, solidez y presencia que despliega la actriz. Zellweger aprovecha lo poco que le da el libreto y muestra una natural (el tema de los tics en este caso sí resulta natural dado que su personaje está puesto de todo ya sea líquido o sólido) sutileza en su dualidad (su personaje es el único mínimamente elaborado), mostrando o humana fragilidad o fortaleza poderosa sin caer en la caricatura en ningún momento. Además en el plano melódico y coreográfico cumple con creces (realmente lo único recomendable (que no memorable) de la cinta son sus números musicales).

Otros puntos a favor del largo que elevan en cierta medida su calidad son su maravilloso y acertadísimo vestuario, su minuciosa iluminación, y su rítmica edición que agiliza el progreso del relato sin aburrir al espectador (aunque lo que nos cuente ya lo hayamos visto incluso en telefilms, nos lo cuentan con un compás dinámico). El resto de su ambientación por su parte es completamente apropiada, con algunos detalles agradecidos para con el público, y la cinematografía solo pasa de lo aceptable, al igual que su poco destacada fotografía y composición de planos que cumple sin más (pudo dar muchísimo más). La realización (que opta por bastantes planos subjetivos y paneos entre plano/contraplano estático) por su parte pasará sin pena ni gloria al ser conveniente pero no elevadora de la trama. Y la banda sonora, más allá de las canciones interpretados por la Garland de Zellweger, es inexistente.

En definitiva estamos ante un biopic musical del montón (la experiencia del visionado será la misma que se puede tener al ver cintas como "Clouds" o "What's Love Got To Do With It" (1993)), que se pasea por situaciones jugosas pero no indagadas en el desarrollo argumental. Esto hace que resulte un entretenimiento musical pasajero, con canciones bonitas y una actuación principal que saca oro entre tanta mundaneidad.

Solo recomendable a los muy fans del género musical o del melodrama telefilmero, o a los seguidores de Zellweger (cuyo trabajo aquí es de los mejores que ha realizado), aunque en "Chicago" se puede disfrutar aún más de su interpretación actoral y melódica, pues esa cinta contiene mucho más a nivel argumental y de puesta en escena. Pero si el resto de público quiere acercarse a este género, las que son indispensables son otras ("Amadeus", "Ray", etc.) ... incluso "Bohemian Rhapsody" es más recomendable en todos sus aspectos cinematográficos.

Lo mejor: La actuación de Zellweger. Sus números musicales.
Lo peor: Su guión en líneas generales.
Spark
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