Bittersweet Days

Eso es de lo poco que se salva. Vale que la historia está manida y que el guión no es de lo más original. Pero lo peor de la película, lo que hace que sea infumable, es la actriz principal. No es que sea mala, al estilo de las pelis de terror de serie z, es que hasta molesta cuando habla. ¿En serio la directora no tenía otra actriz a la que recurrir? Aunque le haya salido gratis, es lo que echa a perder su película. Es una pena, porque la música está bien elegida y la cinta enseña una Barcelona mundana muy agradable con bonitos planos.

El sugerente cartel contrasta con el pobre guión y la formal realización (ambos de Marga Melià) de una película que se ve, todavía más, afectada por la nefasta "interpretación" de su actriz principal (Esther González). Una historia de amor que es más intención que resultado.

“Bittersweet Days”, es una película que mezcla la identidad sexual, el amor, la amistad y la búsqueda personal, enfocado en las inquietudes que reflejan una pareja de treintañeros que acaban compartiendo piso por casualidad. Julia, interpretada por Esther González, busca compañero de piso tras la marcha de su novio a trabajar a Londres. Ahí aparece Luuk, interpretado por Brian Teuwer, un fotógrafo holandés, extrovertido que acabará cambiando la visión cuadriculada de Julia.

No voy a entrar en detalles, porque el conflicto principal de la película ha sido guardado minuciosamente de la sinopsis, sin embargo la película por mucho que se escude en el subtítulo de “película independiente low cost”, le fallan más cosas que el presupuesto. El guión es muy flojo, sin profundidad, conversaciones banales, a pesar de que parte de una premisa interesante. La actriz principal me ha desentonado bastante, no la veía yo inmersa en el personaje, es más cuando habla, sobreactúa y me sacaba constantemente de la película y más hablando inglés.

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La directora Marta Melià nos cuenta una historia personal de una mujer joven que se separa de su novio cuando él marcha a trabajar temporalmente a otro país. Una situación habitual en parejas de hoy que ya nos contaban pelis como 10.000 kilómetros. En Bittersweet Days también se pone el acento en el que se queda, sin embargo, la deriva de la historia es distinta, se centra en el crecimiento personal de la novia. El hecho de conocer a un joven holandés al que alquila una habitación, abre posibilidades al descubrimiento de sí misma. Marta Melià, elige un ritmo lento, cuenta sensaciones, capta atmósferas que no nos resultan lejanas. Pero lo que más me ha gustado es un estilo naif que imprime a todo el conjunto y le dota de un sello personal muy sugerente. Una historia más veces contada, aunque hay que reseñar que en este caso, a diferencia de la anteriormente citada, el punto de vista, recae en la novia y no en el novio. Por lo tanto, otro protagonismo femenino, otra mirada femenina para una historia atractiva y muy actual.

Recomendable si nos sentamos a ver cine diferente y dejamos que la mirada de Melià imprima su sello personal naif.
www.cineparatodas.wordpress.com

Hay que agradecer el esfuerzo valiente de películas que se hacen con poquísimo presupuesto y con la valentía de quien se tira a la piscina y se pone a ello. Dicho esto, no cabe otra que hacer una crítica objetiva, y la verdad es que Bitterswweet days es una película amable y bienintencionada pero muy flojita: malas interpretaciones, guión cogido por los pelos, técnicamente mejorable en muchos aspectos y deficiente en sus transiciones. Intenta resultar trascendente en un par de escenas sin conseguirlo. El resto de sus apenas 72 minutos de metraje nada entre el montaje musical y la irrelevancia.