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España España · Zaragoza
Voto de Juan Solo:
8
Drama. Comedia En una zona del sur de Estados Unidos, durante la Gran Depresión las gentes malviven en la pobreza y la marginación. Jeeter es expulsado por no pagar sus deudas e intentará sacar adelante a su familia pero no será fácil. (FILMAFFINITY)
2 de abril de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un año después de llevar al cine “Las uvas de la ira” John Ford vuelve a ambientar otra de sus películas en los años de la Gran Depresión norteamericana. Si en la adaptación de la novela de Steinbeck el maestro describía de una forma absolutamente desoladora aquella época tan oscura, en “La ruta del tabaco” opta por un tono en apariencia más ligero y por registros tragicómicos en los que el recurso del humor ayuda a hacer más digerible el drama. En su película, Ford define a sus personajes con trazo grueso, rayando incluso en la caricatura, pero ese humor tan particular suyo, tan naif y simplón en el fondo, está más justificado que nunca en una obra que se adentra en los terrenos del gótico sureño y abraza en ocasiones el surrealismo de una forma nada disimulada.

Apenas hay épica en “La ruta del tabaco”, tampoco hay lírica. Los elementos más típicamente fordianos brillan prácticamente por su ausencia. No hay ni siquiera dignidad en unos personajes que parecen abandonados a su suerte, dejados de la mano de Dios en un lugar en el que es posible que una vez existiese el paraíso. Los Lester no tienen el arrojo de los Joad para moverse a tierras más prósperas a ganarse el pan una vez son expulsados de ese paraíso. La tiranía del moderno capitalismo actúa a modo de antigua maldición bíblica, y ante eso nuestros protagonistas deciden quedarse a verlas venir. Estos pobres diablos no merecerían el perdón divino que reclaman de manera constante y cansina, y en cambio, Ford termina por redimirles dedicándoles una mirada condescendiente y convirtiéndoles a nuestros ojos en seres entrañables (o casi).

Desde luego, no hay ninguna garantía de que al final sean felices y coman perdices. Ofrece incluso más esperanza el mensaje final de “Las uvas de la ira” con aquel vehemente alegato de Mama Joad en favor de la clase campesina y trabajadora que el contenido en el título que nos ocupa. Que no quepa duda de que los bisnietos sus protagonistas, nietos de los 16 ó 17 hijos que dicen tener, seguirán votando hoy a Donald Trump.
Juan Solo
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