Escuchar en unas quince ocasiones en cosa de treinta segundos un chascarrillo sin gracia no es lo que entiendo por una buena comedia. Luego me entero que era de lo más gracioso del filme.

Todo me resulta irritante, el protagonista (parece primo-hermano de Forrest Gump), las ridículas caracterizaciones (la gracia parece residir en la mayor exageración que roce el surrealismo, en la recreación de la mueca más estúpida, en la actitud más idiota posible, por ejemplo el ridículo comportamiento de los empleados, ¿qué es una crítica a las relaciones laborales de la época?, pues obvio, el problema es que yo soy más amigo de la sutilidad, de los diálogos acerados y un mínimo tono de seriedad, porque hasta para montar un espectáculo circense, -que eso es lo que se ha hecho y tampoco bien- hay que tener ingenio), los diálogos, la trama es para echar de comer aparte: puro delirio y disparate sin el menor atisbo de rigor.

Los actores están todos horribles, a cual peor. Todo parece estar destinado a hacer reir pero nada lo consigue, un par de medias sonrisas es todo lo que me ha sacado la película. Toda la obra masca lo obvio y lo sazona con sal gruesa, queda claro cual es la visión de este autor del mundo laboral de la época: caracterizado por el peloteo, abuso de poder, al cual a su vez se accede por oportunismo y no por aptitudes de gestión empresarial o gestación de ideas innovadoras. Pero este esperpento que si bien no tiene una mala edición, carece de gracia, de interés y a nivel personal me ha parecido una película muy odiosa.

Nota: no he visto ninguna obra de Capra. ¿Es ese un requisito necesario para poder disfrutar de esta cinta? Pienso que no, por muchas relaciones que un cinéfilo pueda establecer entre una película en particular con otras que haya podido ver a lo largo de su vida, y eso a nivel personal le resulte de agrado, creo que una película de por sí ha de tener la capacidad de hacer disfrutar a uno, dando igual si se trata de la adaptación de un libro, una secuela o un homenaje.